Veía muy difícil intentar superar (o al menos, mantener a un nivel similar) el fenómeno que fue la adaptación para la pantalla grande de Deadpool de hace dos años.
Esta película que mostró a las grandes compañías de la industria del cine que una calificación R (o para mayores de 18) no significaba menos taquilla, y le abrió el camino a otras bajo esta calificación, Logan por poner un ejemplo.
Ahora, Deadpool vuelve con un nuevo director, nuevos personajes, una nueva historia y más presupuesto para con todo esto junto, lograr una digna secuela que, me alegra reportar, es en muchos aspectos mejor que la película original.
Rhett Reese y Paul Wernick regresaron a escribirla, con ayuda de un tercer guionista: el mismísimo Ryan Reynolds.
Tim Miller, director de la primera parte no volvió, pero el reemplazo no pudo haber sido más orgánico. Contratando a David Leitch, conocido por ser co-director de John Wick y director de Atomic Blonde. Leitch, que no es un novato para la dirección y al igual tiene un futuro prometedor, tampoco es un desconocido en cuanto a películas de acción, al ser coordinador de doble de riesgo en películas como The Matrix Revolutions, Troy o The Bourne Ultimatum, se puede notar que tiene una visión diferente y muy especial en cuanto a grabar una escena de acción.
Y la mejora en estas escenas se puede ver desde el primer momento. Movimientos más naturales de la cámara, trabajo más fluido con los dobles y lo más importante, lo que muchos directores han estado olvidando en los últimos años, saber diferenciar lo que está pasando en una escena de acción.
En esta película vemos a Deadpool en una misión muy personal en la que tiene que salvar a un niño mutante de ser asesinado por un viajero del tiempo llamado Cable (interpretado de excelente manera por Josh Brolin).
Para lo cual, Deadpool decide crear un grupo de mutantes al cual llama X-Force.
Creo que eso es básicamente lo que necesitan saber de la película para que su experiencia sea la mejor pues en las casi dos horas de duración, hay muchas sorpresas que realmente no quiero arruinar así que con lo menos que sepan, mejor.
Ahora, hablando de las actuaciones. Para empezar, una vez más es claro que Ryan Reynolds ES Deadpool. No puedo imaginar ver a alguien más dentro de ese traje rojo y negro y que logre una actuación con tanta pasión y corazón como lo logra Reynolds.
El humor y el timming de los chistes es algo súper importante para esta película y para este personaje en específico así que no puede ser cualquiera quien lo podría lograr.
Al igual, Josh Brolin supo capturar la esencia del Cable que yo conocí viendo la serie animada de X-Men en mis tiempos de escuela.
Zazie Beetz, que muchos la conocemos de la serie, Atlanta, también cumple de forma increíble como Domino. Julian Dennison también fue una buena adición aunque ya lo esperábamos de su película anterior con Taika Waititi, Hunt For The Wilderpeople (háganse el favor de verla).
El único que siento que quedó debiendo un poco fue T.J. Miller quien aunque en algunos momentos canalizó su humor a lo Erlich Bachman de Silicon Valley, no aportó mucho, repitiendo chistes de la primera película.
La historia y el humor de esta secuela sí sube unos cuantos escalones. La trama es más compleja en comparación a la primera, sin complicarse innecesariamente. Los chistes y referencias siguen siendo actuales y eso le da un plus, aunque en ocasiones siento que se exceden con la cantidad de bromas en una sola escena sin dar tiempo para recuperarse de la anterior.
Las alusiones de la primera parte también son llevadas a otro nivel de maneras más graciosas e inapropiadas.
Un aspecto que fue bastante inesperado, es el crecimiento y la delicadeza al tratar la relación entre Wade y Vanessa (Morena Baccarin). Las escenas en las que están juntos son tratadas con el poco humor necesario pero con mucho corazón. Realmente no esperaba que esas escenas funcionaran así de bien pero fueron de mis momentos favoritos de la película.
Asimismo, lo que hicieron con el X-Force me dejó fuera de base y fue lo mejor que pudieron haber hecho con esos personajes. Cuando lo vean sabrán exactamente de lo que hablo.
Para finalizar, la escena después de los créditos, sí, es una de las mejores escenas post créditos de la vida.
Deadpool 2 supera las expectativas con muchas sorpresas, humor y corazón. Muestra el amor que se le tiene a este personaje y a este universo, también dando esperanzas de lo venga en el futuro.
Calificación: 8
