Por Daniel Matarrita
Alejandro González Iñárritu es un director muy interesante. Hemos visto ya 6 de sus películas y cada vez nos sorprende de formas diferentes. En su más reciente filme nos enseña la verdadera historia de Hugh Glass y su viaje físico y psicológico para tomar venganza del hombre que lo traicionó.
El proyecto pasó por muchas manos antes de que llegara a Iñárritu, entre ellos el director Park Chan-Wook, conocido por su filme Oldboy, en el que Samuel L. Jackson tendría el protagonismo y luego se habló de Christian Bale sería el protagonista, con dirección de John Hillcoat.
Al final estuvo a cargo del mexicano y fue grabado en su mayoría en paisajes de Canadá, Estados Unidos y en Tierra del Fuego en Argentina.
Pero ya empezando a hablar de la película hay algo importante que decir. The Revenant NO es para cualquier persona, aunque sí, es muy fácil decir esto de cualquier película de Iñarritu.
A pesar de que es una historia de un hombre buscando venganza, no es recomendable que lleguen esperando un Kill Bill en el bosque, por que quedarán muy decepcionados. Eso sí, cuando la violencia llega, se siente muy real, sin ningún filtro hasta el punto en el que podría ser inquietante para algunas personas.
Las actuaciones son muy respetables. Leonardo DiCaprio se luce una vez más pero con una actuación un poco diferente a lo que le hemos visto, con mucho menos dialogo y dando una actuación más física, aferrándose más a los gestos y a sus movimientos. Tom Hardy también muestra de lo que está hecho y es un fuerte contendiente del premio de la Academia.
Las actuaciones secundarias también son muy sólidas con Domhnall Gleeson mostrando una vez más del por qué es uno de los mejores actores relativamente joven en la industria. Will Poulter muestra la mejor actuación que le he visto hasta el momento, después de estar en comedias mediocres (We’re The Millers) o en sagas de libros (Narnia y The Maze Runner).
Pero lo que se lleva toda la gloria es una vez más la hermosa cinematografía del mexicano Emmanuel Lubezki quien es el favorito de muchos para que gane su tercer Oscar de forma consecutiva. Siendo la primera persona en esta categoría en lograr dicha hazaña.
El trabajo de Lubezki es magistral, grabando toda la película sin ninguna luz artificial, aferrándose a la luz que otorgaba el sol, de día, y en las tomas oscuras usar elementos como el fuego para que en el trabajo final uno sienta que está ahí, muriéndonos de frio junto a DiCaprio. Otro punto es el increíble uso de los planos secuencia que logra en las escenas más tensas y dejándonos boquiabiertos y preguntándonos cómo lo lograron hacer.
La historia se mueve con lentitud en algunos tramos de la película y en algunas ocasiones puede tornarse un poco pretenciosa con las escenas de los sueños de Glass, que no lleva a nada a los simples ojos de un espectador.
En fin, The Revenant es una película que se debe ver tanto por sus aspectos técnicos, cinematografía y efectos especiales en su mayoría, como por las actuaciones que se merecen todos los elogios que se les están dando.
