Lazzaro felice: sutileza hipnótica, misterio memorable

Sergio Beeche Antezana
Sergio Beeche Antezana

 

 

 

Siempre son interesantes las ofertas fílmicas de buena calidad que no nos llegan desde Norteamérica. El esfuerzo de traerlas a la pantalla grande dejó de hacerse cuando solo los títulos de las grandes distribuidoras atraían espectadores a las salas. Ahora, solo mediante medios no muy legales es que se tiene acceso a los filmes más pequeños. Aparece Netflix y la oportunidad cobra mayor facilidad —y de legalidad— para poder ver la variedad tan amplia en historias fílmicas del mundo. La lástima es que la plataforma, entre otros títulos, no haya promocionado mejor el reciente estreno, traído desde el mismísimo festival de Cannes, de la película italiana Lazzaro Felice.

Lazzaro felice
Lazzaro felice

Verán: luego de haber ganado el premio a mejor guion en el festival francés de este año (2018), Happy as Lazzaro es adquirida por el gigante rojo y estrenada con poca promoción y casi completo silencio. En una aldea olvidada en Italia de los años setenta, los aldeanos de la comunidad son forzados a trabajar para una marquesa que no les reconoce ni un céntimo de paga. Entre ellos, Lazzaro, joven trabajador, siempre pone atención y hace caso a las órdenes y diligencias que le dan. Así, conforme transcurre el filme, el recorrido de Lazzaro tomará los caminos menos esperados para una narración como esta, pausada y observadora.

Lazzaro felice
Lazzaro felice

La directora, Alice Rohrwacher, a través de su cálida fotografía, construye el mundo de su película con cautela y precisión. Los escenarios calurosos del lugar (Inviolata) son parte de la concentración de la historia que solo debe expandirse cuando necesita hacerlo. Es el recorrido de un personaje como narración que habita su propio universo y que, de cierta manera, su universo lo habita a él. Al transcurrir todo con cierta tranquilidad, el punto medio del filme llega y la complejidad de la historia se realza con acertada imaginación cautelosa.

Lazzaro felice
Lazzaro felice

Sin ir más allá de su texto, Lazzaro Felice hace planteamientos de bondad y sinceridad entre las acciones de las personas y las circunstancias que les rodean. El descuidar ciertos aspectos de la vida no quiere decir que hayan quedado perdidos; devueltos con el tiempo. Luego de perderse, el regreso de Lazzaro es parte del mundo que lo había olvidado y al cual está dispuesto a volverse a incorporar. Pero los años no siempre significan cambio o experiencia, sino el recordatorio de que el momento de ser buenas personas es ese en el que vivimos constantemente, no en el pasado ni en el futuro. Así, los subtextos del filme nadan en una piscina de posibilidades que deberían refrescar la mirada calurosa durante la primera hora del metraje; aislada y vuelta concreto en su segunda mitad.

Lazzaro felice
Lazzaro felice

Es maravillosa la manera en que la directora coloca a Lazzaro dentro del encuadre. No siempre como el foco de interés, pero constante y presente, casi como presencia inmutable y etérea. Ahí, Adriano Tardiolo consigue una actuación memorable, hipnótica, profunda y misteriosa del joven Lazzaro (extraordinario). Por otro lado, el ritmo que tiene la edición permite que el universo de la película lo asuma para construir su personalidad, una en constante observación de este peculiar ser. Al mismo tiempo, la sutileza que caracteriza a Lazzaro hace que la suavidad de la imagen permita cierto viaje emocional que no necesariamente se debe entender con la razón. Es cine de sensaciones; de más preguntas que respuestas, pero son las mejores preguntas que pueden plantearse en una historia. La historia de nuestras vidas.

Lazzaro felice
Lazzaro felice

Al terminar de verla, no queda más que esperar con ansias el poder repetir el viaje e inmersión a ese curioso mundo real y mágico que consiguió crear Lazzaro Felice. ¡Y es posible hacerlo! El símbolo de reproducción se puede volver a presionar y comenzar, una y otra vez, este tipo de historias de otras latitudes; historias, me atrevo a decir, hasta más universales que muchas de las que llegamos a ver en las salas comerciales de cine. No podemos dejar que pasen desapercibidas estas películas curiosas, más interesantes e iniciadoras de conversación que están tan fácilmente disponibles para disfrutar en la comodidad del sillón. Si títulos así siguen apareciendo, ahí está una razón de peso para que valga la pena la mensualidad.

Prego!

Calificación: 10

 

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