No recuerdo cuándo vi Seinfeld por primera vez, pero sí sé que desde el principio me llamó mucho la atención el formato del show pues era algo completamente nuevo para mí: una serie que se trataba de NADA y que al mismo tiempo era tan insanamente divertida. Cada personaje es sumamente ególatra y sus interacciones se caracterizan por carecer de profundidad, aun así, es talvez el mejor sitcom que ha parido la televisión y cualquier persona que se precie de seriéfila realmente no lo es si nunca ha visto Seinfeld.
Jerry, Kramer, Elaine y George son, en definitiva, las peores personas. Salvo contadas excepciones, siempre alguno intentará salirse con la suya de manera poco honesta usando tretas y mentiras; pero lo interesante de la serie es que uno no puede más que quererlos, con todo y sus defectos porque finalmente son una caricatura de alguien que conocemos o, incluso, de nosotros mismos. Seinfeld no solamente es ahora un clásico de la tele, es también fuente inagotable de inspiración para muchas otras series que le sucedieron; hoy día no es raro ver algún personaje, alguna situación e irremediablemente pensar «eso ya lo hizo Seinfeld»
Podría hablar por horas sobre muchos episodios y porqué son legendarios pero prefiero explicar por qué amo a uno de sus protagonistas: George Costanza. Si no sos fan de Seinfeld, te invito a leer igual. Si sos fan de Seinfeld, podrás entenderme y compartir tus momentos favoritos de este personaje 🙂
“…For I am Costanza, Lord of the Idiots”
Pocas personas podrían auto definirse como idiotas y realmente hablar en serio como George. Aun cuando en algunas ocasiones quiera verse por encima de sus semejantes, en el fondo se conoce y sabe que es un verdadero perdedor… ¡quizá el mejor en ser el peor! Pero lo admite sin reservas, con absoluta resignación.
Toma siestas en la oficina
George no se caracteriza por ser un empleado modelo, y eso queda claro en el episodio The Nap, cuando contrata a alguien para que le acondicione un espacio para dormir con todo y un reloj despertador, debajo de su escritorio. Todo bien hasta que su propia vagabundería lo acorrala y lo deja en evidencia frente al jefe.
Tiene la mejor contestadora del mundo
En The Susie, George está evitando a toda costa hablar o ver a su novia del momento, porque intuye que ella va a terminarlo. Para postergar ese momento, se abstiene de verla, hablarle, ir a lugares comunes e inclusive, contestar el teléfono porque “If she can’t find me, she can’t break up with me”. Es ahí donde tenemos la oportunidad de escuchar su máquina contestadora, él mismo cantando el tema de Greatest American Hero.
Es un buen sidekick
Pase lo que pase, George es leal con Jerry y lo apoya todo el tiempo. Han sido mejores amigos desde que se conocieron en una clase de gimnasia cuando estaban en el colegio. Por supuesto, George era víctima de bullies pero encontró en Jerry la amistad verdadera: alguien que lo aguanta y que, contra todo pronóstico, lo escucha.
Alter ego de alter egos
El personaje de George está basado en parte en el alter ego de Larry David, co-creador de la serie (desarrollado más adelante en otra gran serie suya, Curb Your Enthusiasm) y esto hizo más sencillo para Jason Alexander el interpretar a alguien cuyo comportamiento es inadecuado la mayor parte del tiempo. Pero este dato no impidió que George se inventara un alter ego propio: Art Vandelay. Algo así como un inception de alter egos.
Es tan miedoso como yo
La primera reacción de George ante un peligro es correr. Me puedo sentir identificada con eso.
Proviene de una familia disfuncional
Los papás de George son verdaderos sociópatas y él afirma que heredó de ellos sus tendencias neuróticas. El señor y la señora Costanza pelean constantemente y no se inhiben frente a otras personas. George vive con ellos por algunos cortos períodos de tiempo, pues la incompatibilidad le impide quedarse más. Frank Costanza, el papá de George, es el creador de una festividad que no hace más que avergonzar a su hijo: Festivus.
Es imposible para él pensar en un buen comeback
George se enoja con frecuencia suficiente como para perder el control de sus emociones y obsesionarse con algo. Esto le impide idear respuestas acertadas cuando alguien intenta humillarlo en público. No deja de ser gracioso verlo tratar, como en el episodio The Comeback, donde se le ocurren buenas respuestas hasta mucho rato después.
Es arquitecto
¡MENTIRA, NO ES! Pero siempre quiso serlo, por lo que es común que mencione eso como uno de sus grandes sueños. Es tal la genialidad de este personaje que el mismo Jason Alexander lo ve repetirse en su vida, años después de que terminó la serie, como lo indica en este gracioso tweet:
