Adiós Breaking Bad – «Felina»

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Por: Sue Mey Pacheco y Elena Faba

Mr. Chips to Scarface, la deconstrucción de un ser humano

Por Sue Mey

Sé que muchos van a usar esa referencia que dijo Vince Gilligan al hablar sobre la serie, pero es imposible dejarla de lado, tiene mucha razón. El señor dulce y amable era solamente una máscara creada para sobrellevar lo patética de su existencia, las manipulaciones de Walt lo convencieron incluso a él, se creyó su mentira y la vivió hasta el final.

En lo personal pienso que el final de BrBa se dio dos episodios atrás, mientras que estos dos últimos, configuraron una suerte de coda, para darnos el lazo final, donde se cerraron la mayoría de capítulos de los personajes más importantes.

Como había dicho en este artículo sobre Jesse, Walt/Heisenberg, el ego maníaco, siempre estuvo ahí, desde sus épocas de rockstar cuando creía que su vida iba a significar algo, simplemente el tiempo se dedicó a hacer mella en su confianza, escondiendo su codicia y la necesidad de ser alguien más, ese 1%.

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Cuando Walt estaba en el bar viendo el Charlie Rose show, mientras Gretchen y Elliott comenzaban a hablar sobre el dinero que iban a donar, se hizo evidente que esa era la única manera de lavar los millones que le sobraban, para poder así, ayudar a su familia de alguna manera.

Lo único que me molesta es que trataran de redimir a este viejo cerdo, al darle unos minutos con su hijita, que pudiera hablar con Skyler frente a frente una última vez y que lograra darle un adiós a Flynn, aunque fuera de largo. Este señor no merecía nada de eso, pero en fin, creo que la gente se hubiese molestado demasiado si ellos no hubiesen salido un momento en escena.

Bueno, yo sí quería que se revelara el lugar donde estaban enterrados Gomie y Hank, no sé de cuánta ayuda le será esto a Skyler como para poder llegar a un plea bargain con el fin de salir libre completamente, aunque al menos para una condenatoria reducida, sí lo veo plausible.

Por otro lado tenemos las muertes de los sospechosos usuales, yo no quería que Lydia la señora arenosa muriera, era un delicioso manojo de nervios, pero todos querían que mataran a la perra. Y era claro que la stevia era el medio idóneo para hacerlo, un pelín obvio.

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Todd, el personaje más sangre fría de la serie, era mi favorito para perecer mediante una muerte dolorosa. Me resultó tan emocionante y gratificante cuando Jesse lo asfixia, parecido a la escena aquella donde Walt mata al latino en el sótano de Jesse. Toda la frustación de ser el cocinero esclavo, el dolor del asesinato de Andrea, etc, le salía por los poros a Pinkman. Die, bitch!

Bastante satisfactorio fue ver ese último “abrazo” entre Walt y Jesse, cuando lo tira al piso para salvarlo de la que se venía. Me encantó que Jesse, harto de las manipulaciones de Walt lo pusiera en su lugar, haciéndolo decir la verdad once and for all. Yo tenía pavor de que algo le pasara al señor rosado, aunque queda abierto a interpretación si la policía habrá parado un carro que venía de una escena del crimen a velocidades ridículas. En fin en mi imaginario, Jesse el carpintero es un flashazo futuro a un tiempo, en donde Jesse tiene la paz que merece. (Mi esposo me acaba de corregir, la cara de Jesse se ve prístina, por lo que o es una fantasía o un flashback a cuando estaba en el cole e hizo esa misma caja)

En general el episodio se siente muy justo, pero hay que preguntarse a cuál noción de justicia se está equiparando, porque si no se clasifica, es externar básicamente nada, un vacío del lenguaje. Lo que vivió Walt, sus acciones ¿son realmente un resultado consecuente? ¿O le fue demasiado bien en comparación?

Para Aristóteles la justicia representaba igualdad, pero no relacionándolo con el tratamiento igualitario para todos, se hablaba de justicia distributiva suponiendo proporcionalidad en el trato distinto de los sujetos en cuestión. En el caso de Walt existe una suerte de justicia subjetiva, es decir relacionada con la virtud, lo que la gente concuerda es el deber ser, la cualidad de la persona. Por eso he visto que muchos nos sentimos satisfechos, con una sensación de finalidad real.

Breaking Bad puede ser interpretado como un comentario sobre la maldad pura, donde el resultado no siempre es positivo, las decisiones tendrán lógicamente una consecuencia negativa, si se sigue el camino incorrecto. Al menos yo lo he visto de esa manera, aunque al principio caí en el error de querer a Walt y ser víctima de sus manipulaciones, del mismo modo en que lo fueron su familia y todos a su alrededor.

Pero al pasar el tiempo entendí que no hay nada justificable en esa persona, dejando de lado el pensamiento colectivo, el cual se expresaba por medio de un tipo de apología del delito. La seguridad de la sala del televidente se transformaba en un cuarto de juzgamiento en donde se condonaba y ensalzaba las acciones criminales del personaje principal.

La serie tuvo sus lunares como los hermanos T1000, la explosión con Gustavo, el asalto al tren e inclusive el «robot» que al final sí le construyó Walt a Jesse, la mighty M60, pero a lo largo de estas cinco temporadas, los escritores se han lucido con personajes que se sienten completos e historias que nos hacían quedarnos sin respiración. Ha sido un buen viaje, muy sólido del cual los creadores pueden estar orgullosos.

So Long, and Thanks for All the Fish

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Odio las despedidas

Por: Elena Faba

Antes de comenzar a hablar sobre el capítulo final de Breaking Bad, quiero dejar claro el amor que he sentido durante los últimos 5 años por esta serie. Definitivamente mi favorita en muchos años, y posiblemente en toda la vida. Una serie que para mí cuenta con una historia fuerte y multidimensional, personajes diseñados a la perfección y un sentido de suspenso que nos hace querer más y más después de cada capítulo.

Dentro de las predicciones que hacía antes del capítulo final estaban: la muerte de Walt, el enfrentamiento con Jesse, y su escape. Lo cual se me cumplió.

Este capítulo es el vivo ejemplo de un final justo, un final donde todos tienen lo que merecían: Un escape y reinicio para Jesse, una muerte majestuosa para la familia de imbéciles de Todd, una despedida para Skyler y Holly, y un adiós simbólico y de lejitos para Walt Jr.

«Chemistry is the study of change»

Lo que más me gustó del episodio fue cómo Walter White por fin se desenmascara ante Skyler y ante sí mismo, tomando completa responsabilidad de sus actos, al decirle a su esposa “I did it for me… I was good at it. And I was really… I was alive”. Haberse convertido en Heisenberg realmente completó a Walter. Era ese alter-ego que le permitía sentirse vivo y lleno de adrenalina. Era su escape del mundo real y ordinario: de las clases de química, del trabajo en el lavado de autos, de su evidente crisis de los 50s y de una familia promedio. Y finalmente, Walter entiende que eso que lo hizo sentirse tan vivo, lo había llevado a alejarse de lo que importaba más: su ordinaria familia. Lástima que lo entendió tan tarde. Finalmente Walt da la cara ante Skyler para admitir su culpabilidad y por fin logramos ver la verdadera identidad y susceptibilidad del Señor White. Especialmente en el momento en que Walter logra ver a Walt Jr… de largo. Sin poder ni siquiera acercarse y abrazarlo por una última vez. Un escena que nos rompió el corazón.

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Por otro lado, algo que disfruté muchísimo fue su último “masterplan”, al acabar con el gang nazi de Todd y su tío Jack, de una manera terriblemente ingeniosa. Una perfecta manera para Walter de despedirse de Heisenberg, de dejarlo ir con broche de oro.

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En general, el final me pareció brillante: fue elegante, consistente y justo. Aborda cada espacio y le da fin a cada personaje, … el único problema es que yo odio las despedidas. Siento  que en parte, el único mal sabor de boca que me dejó el final es que yo esperaba cabos abiertos, pero es algo personal. Simplemente porque soy del tipo de persona que no le gusta que le cuenten toda la historia. Quería mi espacio para conjeturas, quería imaginar más historias después del final. La única historia que pudo quedar abierta es la de Jesse, pero yo quería más.

Y analizándolo sin parar desde el domingo, llegué a la conclusión de que simplemente estoy en estado de negación: No puedo ni podré aceptar nunca que Breaking Bad haya acabado. No puedo vivir con un capítulo cerrado. Definitivamente odio las despedidas, y esta es la despedida más fuerte que me ha tocado afrontar. Creo que inclusive el hecho de que fue ingeniosa, simple y consistente (a diferencia del final de Dexter, por ejemplo), me hace negar más el hecho de que no habrá más Breaking Bad los domingos. No más “Bitch!”, no más “Say My Name”.

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Por ahora, el único cabo suelto que el final no logró cerrar es: ¿Qué carajos pasó con el pobre de Huell? (jeje)

dsds

All bad things must come to an end … they say 🙁

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