Bienvenidos a un mundo pacífico, donde la función de cada persona dentro de la sociedad es establecida según sus habilidades. La salud mental es lo más importante y se incentiva a la población a mantener niveles saludables de estrés para asegurar el bienestar personal, una convivencia pacífica y la armonía entre todos.
Nada fuera de lo común, es algo que pasa también en nuestra realidad. La diferencia es que no contamos (aún) con un sistema que constantemente vigile nuestra salud mental, niveles de estrés y personalidades.
En el mundo donde Psycho pass se desarrolla, el sistema encargado de tener el vigilar todo esto se llama Sybil. ¿Cómo lo hace? Pues cada persona tiene un Psycho pass, que lee constantemente lo que pasa en nuestro cerebro. Como la mayoría de los inventos, nace con un buen propósito, en este caso prevenir el crimen y asegurar el bienestar de todos.
Si una persona aumenta sus niveles de estrés un poco fuera de lo normal, es prevenida y se le brinda ayuda para que recupere la paz 🙂
Si el nivel de estrés es muy alto y se jala alguna torta no tan grave, o si le pasa algo medianamente traumático, se le recluye por un tiempo para rehabilitarlo y después liberarlo de nuevo en la sociedad.
Pero si ya los niveles de estrés son peligrosos (mató a alguien, tiene tendencias psicópatas o si le pasó algo muy traumático) hay 2 posibilidades:
1- que lo encierren de por vida, por que es un peligro para la sociedad
2- chao pescao (sí, lo mandan a conocer a su creador).
Obviamente existen aquellos que violan la ley y para esto existe la Unidad Uno, inspectores y “enforcers” (que son criminales rehabilitados, pero que su psycho pass no puede volver a lo normal y son reclutados para server de herramientas, tipo sabuesos, que hacen el trabajo sucio de los inspectores, asegurando la estabilidad mental de los mismos – bestias que cazan bestias -).
Todos usan un arma llamada “Dominator” que puede ser usada solamente si se está autorizado por Sybil. Cuando se activa, escanea el nivel del Psycho pass del blanco y determina la acción correctiva: aturdirlo para ser llevado a rehabilitación/aislamiento o eliminarlo.
Sencillo, justo y necesario. Nadie necesita libre albeldrío cuando se tiene paz, ¿cierto? Una por otra.
En un mundo viciado por crímenes, violencia y eventos cotidianos (serruchadas de piso, por ejemplo) que nos distraen de vivir plenamente, es lindo soñar que haya un sistema que vele por deshacerse o prevenir cualquier cosa que atente contra la paz (propia y colectiva). Como dije antes, una por otra. Pero es fácil imaginar que en algún momento lleguemos a ese punto, donde la tecnología nos facilite tanto la vida, que nos pribe de la libertad que nos caracteriza como seres humanos: el poder de decidir.
Claro que hay excepciones a la regla, como dijo Iam Malcom en Jurassic Park: “La naturaleza siempre encuentra el camino” y van a existir personas que se salgan naturalmente del sistema, a las que su psycho pass no se les nubla aunque cometan crímenes que harían sonrojar a Jack el destripador, dando pie al cuestionamiento de este sistema y catalogándolo de castrador.
Los personajes principales:
Akane Tsunemori, una chica linda, joven, nueva en la Unit One, cuyo psycho pass se mantiene siempre en niveles bajos y estables.
Shinya Kogami: un enforcer que antes fue inspector, pero su psycho pass está nublado para siempre después de un evento muy traumático con su mejor amigo.
Shogo Makashima: un psicópata al que le gusta manipular a la gente para que cometa asesinatos atroces y de paso, desafiar al sistema.
Si les gustan las series con una dosis considerable de violencia y un plot cargado de argumentos que lo dejan cuestionando un poco lo que pasa o podría llegar a pasar, esta serie es para usted, empiece a verla AYER.
