El primero de septiembre apareció en mis sagradas recomendaciones de Netflix, la serie australiana «Sisters» con su primera temporada. Al principio, su descripción me atrajo:
«Su padre agonizante hace una confesión, y Julia descubre que tiene cientos de hermanos y dos hermanas: una estrella de TV problemática y una abogada que nunca se relaja»
-Netflix
Esto fue suficiente para lanzarme a descubrir una nueva serie original (adquirida) de Netlflix cuyo género puede categorizarse en la dramedia (uno de mis géneros favoritos por excelencia). La serie originalmente salió en octubre del 2017 en Network Ten para ser luego adquirida y mostrada al mundo por Netflix, fenómeno similar a lo que pasó con Brooklyn 99, por ejemplo.
https://www.youtube.com/watch?v=lh1Jpeyolbo
¿Que pasaría después de 30 años de pensar que eres hija única de una madre y padre que se aman con locura, despiertas al día siguiente y la prensa te deja saber que eres hermana, no de una o dos personas más, sino cientos de personas a quienes no conoces? Tu vida es prácticamente una mentira.
Después de la muerte de su madre, Julia (Maria Angelico), una chica treintañera, soltera, «alocada» y bien particular, absolutamente dedicada a su familia (en este caso su padre, Julius Bechly (Barry Otto), (ganador de un premio nobel de ciencia por sus dedicación al área de la fertilización en vitro), se encuentra en el papel de cuidadora de su padre, que parece estar en estado casi terminal y ante las acusaciones sobre la «mala praxis» del susodicho, decide reunir a sus hermanos y hermanas en una reunión familiar.
Todo empieza a complicarse cuando en esa misma fiesta ve ciertas caras conocidas, a su mejor amiga de la infancia Edie (Antonia Prebble), a su exnovio (ahora esposo de Edie) y amor de los veintes Tim (Dan Spielman), e inclusive un tipo con el que justo acababa de tener relaciones sexuales la noche anterior.
Después de varios tragos de más de parte de Julia, después de darse cuenta de que su vida es básicamente una mentira, que su mejor amiga es su media hermana, que pudo haber tenido sexo con su medio hermano y que básicamente cualquier persona entre las edades de 20 a 40 años podrían ser hermanos suyos, la fiesta se torna en algo ciertamente embarazoso para Julia (inclusive viral). Por otro lado, esa noche se da cuenta que solo tiene dos hermanas (en teoría) y cualquier cantidad de hermanos (adiós vida sexual), y a pesar de sus buenas intenciones la fiesta se va abajo; pero al día siguiente todo vuelve a empezar.
Nuevos hermanos y hermanas parecen aparecer, las historias de amor sobre sus padres se alejan muchísimo de la concepción original de cuento de hadas, a una clínica de fertilización in vitro; algunos hermanos y hermanas empiezan a tomar un rol más importante en su vida (al punto de pasarse a vivir con ella), familias se rompen, estados emocionales se quiebran, las enemistades aparecen e inclusive, alguna que otra verdad incómoda sale a la luz. Sin embargo Julia se mantiene fuerte ante esta nueva realidad, dándose cuenta a la vez que la familia no se marca por la sangre, son relaciones en las que hay que trabajar y por más duro que sea, se mantienen vivas, con optimismo y mucha paciencia.
¿VERLA O PASAR?
Si eres fan como yo de la dramedia, no la pases, ¡vela! Ya que es un ejemplo maravilloso de lo complicado, entretenido y empático del género. Y si no, trata de darle una oportunidad.
De las mejores cosas que he visto últimamente en Netflix. Mil veces recomendada y espero con todo el corazón que la renueven para una segunda temporada lo antes posible.