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Desde el 5 de junio está disponible en el Sagradísimo Netflix, la nueva serie que sacó a las hermanas Lana y Lilly Wachowski (creadoras de Matrix) de la categorización de “One Hit Wonder” que estuvieron a punto de ganar.

Junto a J. Michael Straczy, el veterano creador de Babylon 5, se dedicaron a preparar una receta televisiva muy lejana a sus parámetros tradicionales. Un mezcla que ha resultado repugnante para algunos, y deliciosa para otros.

Antes de su estreno oficial, ya circulaban rumores y críticas negativas de la serie, posiblemente porque al ver los primeros episodios es muy difícil darse una idea clara de lo que trata. A series como Sense8 hay que darles tiempo para saborearse y más tiempo para ser digeridas, y todavía más tiempo para agarrarles el “gusto adquirido”.

¿De qué se trata?

La serie empieza con una escena donde vemos a Daryl Hannah, a quien ya conocíamos desde los 70s por películas como “Kill Bill” o “A Walk To Remember”, quien figura como una de las pocas actrices conocidas de la serie. Hannah encarna a una frenética mujer (Angelica Turing) en medio de un episodio suicida, siendo apoyada o acompañada por nada más y nada menos que a Naveen Andrews como Jonas Maliki (como si no fuese suficiente el parecido a Lost, nos recetan a Sayid Jarrah desde el primer episodio).

A partir de esto, 8 personas en diferentes  partes del mundo (los «sensates«) parecen estar conectados en espacio y tiempo de una manera misteriosa, que no logramos entender hasta más adelante en la historia.

En dos días vi la primera temporada completa, me costó detenerme, inclusive llegué a olvidar el estreno del domingo antepasado de Game Of Thrones (en palabras del muy sabio Homero: “¡sacrilegioso!”); pero mi relación con Sense8 fue extraña desde un principio: cuando no entendía qué pasaba, hasta un final, donde no entendía por completo por qué no podía dejar de verla. Algunas cosas me parecieron algo “tacky”, sin embargo, continuaba justificándola, porque sabía que por cada mínimo detalle que miraba mal, habrían escenas cargadas de excitación que pagarían por las anteriores (y no me refiero a las escenas explícitamente sexuales -únicamente).

En Sense8 nos encontramos en un escenario de ciencia ficción desde un principio, la historia juega con la evolución del ser humano y nuestra capacidad para conectarnos con otros y ser capaces de aceptar cosas que están más allá del nuestro entendimiento actual como especie. (vía HIPERTEXTUAL) 

Pero entonces ¿qué me gustó y que no me gustó de Sense8?

LO BUENO

Los Personajes (contradicen su contexto)

Cada uno de los personajes de Sense8 es un mundo diferente. Tanto a nivel de cultura como de personalidad, sin embargo todos sienten entre sí una conexión que va más allá de su estado de «sensates». Por otro lado, es interesante como cada uno de ellos contradicen ya sea su cultura, como su contexto. Desde una chica de la India mega independiente (Kala) que no quiere casarse con su prometido (anhelado por todas) y quiere triunfar profesionalmente; como el galán de telenovela latino (Lito) que en una sociedad patriarcal se le hace dificilísimo declararse hombre gay y pretende ser heterosexual frente al ojo público. ¿O qué tal del caso de Nomi (Michael)? Así como Lana Wachowski, Nomi es transexual, solía ser Michael y ahora es una chica enamorada de otra chica.

El género… ¿o géneros?

Al hablar de Sense8 no me atrevería jamás a etiquetarla como una serie de acción solamente (a pesar de que hay dosis de acción altísimas -incluidos lanzacohetes y artes marciales-); si  la analizamos detenidamente, la serie combina estilos de muchísimos tipos de narrativa. Por ejemplo, si nos transportamos a India podemos encontrar una comedia romántica, si nos movemos a Nairobi (Kenia) o a Korea del Norte veremos acción pura mezclada con drama, al igual que en Alemania; o en México, donde podemos ver definitivamente una mayor carga de comedia de un tipo muy latinoamericano.

La música

Tom Tykwer es el responsable de la banda sonora de la serie, así como lo fue de “Corre, Lola, Corre” o “El Perfume” y queda de más mencionar que se lució con Sense8. Como parte de la música que compone la serie, encontramos bandas y artistas como The Antlers, Sigur Rós, French Horn Rebellion, Youth Lagoon y Aviicii. La música destaca en Sense8, no solo porque son canciones geniales, si no porque las utiliza a la perfección en momentos clave de la serie, lo cual le agrega al menos un 25% extra de dramatismo.

LO GENIAL 

Las locaciones y culturas son los personajes más importantes

Suena como un cliché esnob, sin embargo es completamente cierto en esta ocasión. Lo más interesante que tiene Sense8, por encima de la ciencia ficción y las escenas de acción tan sólidas, es que el contraste entre los diferentes personajes donde su lugar de procedencia (que influye directamente sobre sus referencias contextuales, cultura, costumbres, preferencias y visiones de mundo) está por encima de su individualidad, y al mismo tiempo sus muy distantes condiciones y contextos complementan a los personajes, creando un inevitable sentido de cohesión y dependencia entre humanos (en un mundo cada vez más distante, encontramos un lazo íntimo que nos recuerda -por medio del sufrimiento- que todavía hay humanidad).

La edición

Sense8 tiene el cielo ganado solo con su edición. En serio, es nítida. Lo que la diferencia de otras series o productos similares (como Babel o la mismísima Lost), es que el trabajo de estructura narrativa es mil veces más complicado. Los personajes se transportan constantemente (todo el tiempo) entre locaciones (reales) por lo cual lograr continuidad es verdaderamente complicado y aún así, lo hacen. ¡Y cómo lo hacen!

LO MALO (pero aceptable y/o argumentable)

Los clichés culturales

En los primeros episodios esto es lo que más nos choca. Si bien es cierto, los Wachowski antes de filmar viajaron a todos los países en los que filmarían con el fin de investigar, parece ser que se llevaron un cliché muy genérico de cada uno de esos países. Algunos de estos clichés mueren con el tiempo, algunos lastimosamente se mantienen a lo largo de la temporada (pero por dicha se van reduciendo, al lograr mayor profundidad los personajes). Artes marciales en Asia, telenovelas, violencia y patriarcado en México, marchas de orgullo gay en San Francisco y más.

Los chistes malos

Un recurso muy común dentro de la serie son los chistes malos, específicamente en los escenarios de comedia romántica como México (que a veces se siente como ver «Sin Tetas No Hay Paraíso) o con Kala, en India, como el siguiente claro ejemplo:

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Los idiomas

Un detalle que habría hecho de Sense8 una genialidad (mayor y más fina de la excelente propuesta que es) habría sido el hecho de que los personajes de orígenes no anglosajones hablaran su propio idioma. Algo que le quita una pizca de calidad a la serie es el hecho de que en México todos hablen inglés, al igual que en Seúl y Nairobi.

Si ya la viste, coméntanos con tus impresiones. Si no, vete a Netflix de inmediato o prueba a buscarla en Internet. Vale completamente la pena. Para muestra, el trailer.

 You are no longer just you. You will start to feel strange things – anger and joy, pain and pleasure – without any reason. You have seven other selves now.