Aquí, en Bad Hair Days, nos encantan las listas. De hecho, son parte del ADN que caracteriza nuestra página. Por eso, los rankings, por más arbitrarios que parezcan de la persona que los hace, siempre son agradables de hacer y de leer. El elemento sorpresa de llegar al número uno —o darle una numeración personal— hace de las listas un buen rato entre tanto contenido en Internet.
Por eso, en honor al estreno de Toy Story 4, la nueva película original del estudio de animación Pixar, decidí atreverme a enlistar el resto de los filmes (largometrajes, eso sí) que tienen la firma del aclamado estudio. No es tarea fácil. Los primeros cuatro puestos de la lista pueden pelearse el primer lugar cuando la época de oro de Pixar no podía ser negada; al menos, desde su fundación y hasta que pudieron desarrollar las primeras ideas que fueron concebidas. Con el transcurso que llevamos de una nueva era (creativa y tecnológica) del estudio, este resulta, más que todo, un intento de darles importancia y revitalización a las mágicas historias que todavía son válidas y tienen el mejor carácter de repetición que muchos otros filmes no poseen.
Para divertirnos un rato y recordar la inmensa calidad narrativa y técnica que ha ido logrando el estudio a través de los años. Disfruten y compártannos su propio ranking.
20. Cars 2
Este es el puesto más fácil de asignar y la que parece que será el peor traspiés que caracterice a Pixar por siempre. Aún con la cantidad de magnificencia visual y cuidado por los detalles estilísticos, los factores narrativos y de trama no llegan a tener sentido ni coherencia. Parecía original cambiar el enfoque de su predecesora al seguir al amigo incondicional. Pero aquí, Mate no solo es el personaje más molesto posible, sino que termina como un protagonista perezoso que no puede sostener su propia película. Los juegos intricados de intento de narración de espías y los cambios de escenarios tan brillantes hacen de esta historia un bostezo entre carburadores.
19. Finding Dory
Hay varias razones por las cuales Finding Dory está tan bajo en la lista. Sin compararla con su predecesora e historia original, los rastros de magia y exploración del fondo del mar se pierden cuando la mayor parte del relato sucede en tierra firme, dando varias secuencias poco creíbles, incluso para los estándares de fantasía establecidos. Al contrario de Cars 2, el encanto de Dory siempre se mantiene por la manera en que está caracterizada y en cómo su propia historia parecía ser tan importante como la de Nemo. Pero ni el reto de animación más rudo del estudio, el pulpo Hank (personaje animado muy interesante y bien logrado), logró colocar en un buen puesto el tratamiento de esta historia tan predecible.
18. Cars 3
Porque no se me ocurre otra manera de forzar al cine una nueva historia de los personajes más rígidos del estudio, Pixar encaja muy a la fuerza un regreso a este mundo que muchos han interpretado como post apocalíptico (no me meteré aquí con la Teoría Pixar). Cars 3 funciona como un reciclaje de las partes que hicieron buena la historia original y la tecnología del año en que termina de completarse. Con buenas intenciones hacia sus personajes nuevos y temas interesantes pero olvidados durante su metraje, esta es un poco mejor que su segunda parte, pero no llega a concretar el montón de ideas que surgieron para plantear la versión final de la historia.
17. The Good Dinosaur
Cuando los pasos para completar un producto audiovisual se ven truncados por diferencias creativas o por sustituciones del equipo de producción, sabemos que habrá que tenerle cuidado al resultado final del filme. Con The Good Dinosaur sucede este cambio y parece que los cortes o cambios de la historia tuvieron un impacto importante en el desarrollo de la historia y cómo se terminaría viendo en pantalla. Aquí, parece que ciertos aspectos de ese desenvolvimiento de personajes tuvieron que ser replanteados para adecuar mejor la historia que no siempre logra calzar las piezas pequeñas en el rompecabezas más grande. Se salva la parte visual, la cual asombra ante la magnificencia de los paisajes que consiguieron diseñar por computadora.
16. Brave
Es una lástima que Brave no sea mejor de lo que en realidad es. No es por quitarle méritos ni traer al piso una importante historia de comprensión entre una madre y su hija, pero el intento de hacer a la primera protagonista femenina del estudio llega solo a medias. Su planteamiento tiene sentido y corazón detrás de una protagonista sin ataduras ni miedos de vivir su propia vida. Eso debe ser suficiente para concretar un filme bien hecho y agradable en varios momentos. Pero no le puedo pasar por alto el hecho de que su giro narrativo sea igual al de “Tierra de Osos” (Brother Bear), filme animado en 2D, también de Disney.
15. Monsters University
Por alguna movida más interesante y singular (y la mejor manera de mantener vivos a los personajes sin traicionar el final de la primera), la extensión de la historia de “Monsters Incorporated” es, más bien, una precuela. Tiene más riqueza, en términos conceptuales, la exploración de las locuras en juventud de los personajes que ya se conocían. Más como una profundización de lo que fueron y en los llevó a ser quienes vimos en la parte anterior. Siempre con la tendencia de hacer al amigo fiel como el protagonista de la segunda parte, Monsters University se permite explorar los altos y bajos de la vida universitaria y las competencias que ocurren en el campus monstruoso. Funciona como historia para niños y agradable regreso a ese universo sin tener mucha más relevancia más allá de su propia existencia.
14. Cars
Cars es buena. ¡Lo es! Su concepción original es adecuada e interesante. Los aspectos que la hacen brillar vienen de un claro viaje de un protagonista que fácilmente tendrá lecciones por aprender. Esta es la que funciona como ensamble de personajes tan bien como en las de Toy Story y permite que todos tengan su momento de brillo singular para culminar con un clímax de moraleja excelente en ejecución, intención y desarrollo final del famoso Rayo McQueen. Sucede dentro de una atmósfera de desolación (en la carretera) y nostalgia representa el aprecio y la nostalgia por las cosas viejas y el significado que les da “vida” para que perduren en el tiempo. Por eso es que creo que es muy subestimada y porque aquí sí parece que la franquicia llegó a su mejor momento y que debió haberse quedado ahí.
13. Toy Story 3
Así como el regreso a un mundo y personajes conocidos puede ser motivo de emoción y alegría, el exceso o explotación de temas e historias conocidas puede generar un desgaste de eso. A pesar de estar tan bien animada y tener uno de los mejores epílogos de la historia del cine, Toy Story 3 no se sale de la zona de confort durante su segundo acto (al verla de nuevo, los primeros veinte minutos se sostienen mejor de lo que recordaba). Las aventuras de escape son las mismas y las bromas no tienen tanta originalidad como antes, pero eso no le quita sus fortalezas como filme de aventura y con moraleja, desde una perspectiva más formal.
12. Toy Story
El inicio de toda franquicia siempre tiene un lugar especial en estas listas. Pero, como toda continuación de una historia, la evolución de las ideas y planteamientos lleva a mejorías y cambios de los personajes y planteamientos (como una serie de televisión). El caso de Toy Story es especial, más por cierta nostalgia y por ser el filme original que marcó el inicio de la nueva era de la animación. Un poco salida de tono, sus personajes y aventuras siguen siendo relevantes e universales. Algunas secuencias no se sostienen, eso sí, como pudieron haberse visto cuando estrenó, en 1995; pero el sentimiento de amistad sigue ahí, cuando la unión hace la fuerza.
11. Up
Con el prólogo más devastador y enternecedor de cualquiera de las películas de esta lista, Up tiene la ventaja (y desventaja) de que la aventura que le sigue a eso es mucho más tradicional. El avance de la historia funciona conforme se introducen los personajes y cómo tendrán sentido para la historia. Si bien se vuelve un poco muy tradicional al final, las motivaciones emocionales se mantienen y logra su cometido de unir dos personajes muy distintos que pueden llegar a ser los mejores amigos. Una de las fórmulas secretas de Pixar para una historia exitosa.
10. A Bug’s Life
Esta es una de las películas más inocentes del estudio. A Bug’s Life toma la vida de las hormigas y la hace colorida, astuta y dinámica. Dándoles antagonistas y necesidades más concretas, la película funciona de manera efectiva en las maneras en las que involucra a los demás bichos, que resultan ser actores de circo. Es una premisa genial para una escala tan pequeña que encuentra sus fortalezas en las bromas pequeñas y las que funcionan para la historia en general. “Imagina que es una semilla.”
9. Incredibles 2
Cuando parecen totalmente agotadas e insaciables las decisiones de hacer secuelas de películas populares, llega Incredibles 2 y hace lo que hace, sin miedo, con astucia y lleno de vitalidad (creativa y narrativa).
8. Finding Nemo
Hay tres cosas que hacen de Finding Nemo una maravilla: su aspecto visual, el sumergimiento que se logra hacia el fondo del gigante oceánico y las maneras en que podemos ser parte de la aventura como un pez más debajo del mar. La exploración de ese mundo, las maravillas que existen cuando se sale de la zona de confort y Dory. Agreguen los amigos tiburones, la visita a las tortugas y a un dentista con una pecera en su consultorio para completar una de las misiones de búsqueda más ingeniosas que hay. El auto descubrimiento de los peces personajes garantiza que la historia de Nemo todavía sea una de las que más se pueden disfrutar cuando se repiten.
7. Inside Out
Pocas historias contienen el ingenio, dedicación y profundidad emotiva que tiene Inside Out. Si algo tiene la animación a su favor es la oportunidad de explorar mundos insólitos y fuera del alcance de una cámara real tradicional. Si los gráficos detallados no fueran suficientes y los elementos de aventura para niños apenas suficientes, las partes de crecimiento y madurez terminan de elevar este filme. Así, con inmensa madurez narrativa, las cinco emociones protagonistas crean una atmósfera de comodidad mientras todo a su alrededor cambia. Es el viaje humano de los miedos, tristezas, enojos y alegrías que nos caracterizan, representados en fineza visual y de una riquísima profundidad conceptual.
6. Monsters Inc.
Es curioso: Monsters, Inc. no deja de tener enorme relevancia el día de hoy. El subtexto y análisis que puede hacerse de esta historia va ligado a nuestro mundo real y los aspectos económicos que mueven prácticamente toda la sociedad. ¿Qué cosa más universal que la energía? Esa fuerza de avance y movimiento que caracteriza una ciudad y la dependencia que tienen sus habitantes. Lo genial es ver cómo la atención se desvía hacia la pequeña niña inocente que le cambia la vida, directa o indirectamente, a todos los habitantes de “Monstruópolis”. Esta, probablemente, tiene el final más espectacular que el estudio ha ingeniado. No hace falta más que eso: ¡que ni se les ocurra continuarlo!
5. Coco
Y así como avanzan los métodos y las tecnologías para contar historias, se descubren nuevos mundos por explorar (fuera de las fronteras norteamericanas). El mundo que Coco construye permite que se eleven los estándares de contar una historia emotiva, crucial, profunda y llena de vida, aunque se trate de la muerte. No hay mucho espacio para criticar aquí, solo queda la dicha de poder verla y aprender de la creatividad que fluye con cada encuadre diseñado en esta película.
4. Wall-E
Como simple historia de amor, Wall-E vive su soledad con tranquilidad y paciencia, solo para ser recompensado con alguien a quien puede descubrir y querer y la aventura ideal que lo saque de su rutina. Las capas conceptuales que logra este filme van desde un primer acto sin un solo diálogo que acompañe la historia (reflejo del mejor cine mudo—cinematografía pura), hasta la cautelosa denuncia de una sociedad en inmenso avance tecnológico pero un completo retroceso, pues, humano. El desenmascaramiento de los excesos y el rayo de esperanza que viene de Wall-E, el robot y la película, conforman este filme, desde lo sencillo y hasta la complejidad narrativa en apenas una estructura clásica del relato de tres actos.
3. Toy Story 2
Más que su atmósfera cálida y maneras tan ingeniosas de introducir nuevos juguetes como personajes, Toy Story 2 tiene peso emocional desde dos perspectivas: la industrial y la casera. Resulta increíble que esta película consiga que el espectador se identifique y sienta empatía con la historia de juguetes que apenas y quieren ser apreciados y utilizados. La idea del villano no es más que un pobre señor que tiene delirios de grandeza con los objetos que quiere vender y, del otro lado, la nostalgia de amores pasados perduran para forjar nuevos lazos de amistad. Excelente.
2. Ratatouille
A ver: una rata que cocina y un lavaplatos que hereda un restaurante. El balance entre la fantasía y los aspectos más realísticos, localizados en París, de Ratatouille permiten que muchas de sus secuencias sean simplemente inmejorables. De ahí, se conjugan en lo exquisita que es esta película: desde lo visual hasta su deliciosa catarsis. La salsa especial es la vigorosa música de Michael Giacchino (la mejor de toda esta lista, creo yo) y el plato principal es la jugosa imitación de la preparación de los platos que va más allá de un mero antojo. El gusto del paladar de Remy es transmitido con delicadeza en su historia. Y el postre es la increíble secuencia con el crítico, Anton Ego, y la reflexión que nos da como simples comensales que somos.
1. The Incredibles
Desde su concepción y hasta el mínimo detalle de vestuario, cabello o movimiento de la ropa, Los Increíbles es, fácilmente, una de las mejores películas de superhéroes que hay (si no, la mejor). El cuidado entre “lo mundano y lo fantástico”, como dice su director, Brad Bird, es la clave para verla desde el punto de vista de transición antes que el de emoción. Ese viaje emocional por el que pasan todos sus personajes, y cómo ni una sola motivación es desperdiciada por motivos narrativos, es creativo, sincero y emocionante. Con The Incredibles no hay parte mala.