La deconstrucción del héroe en la década del 2010

Daniel Matarrita
Daniel Matarrita

 

 

 

Una historia contada en tres actos.

Prólogo

La idea de que un héroe siempre va a estar ahí para salvar el día se nos ha impuesto desde el inicio de los tiempos. Ese arquetipo del hombre perfecto que nos demuestra que, sin importar las adversidades de la situación, estaremos bien al final. Y se ha mantenido por años esa idea. Película tras película. Cómic tras cómic. Historia tras historia. Las cosas no cambian porque así es como le gusta al público. ¿Cierto?

Pues sí, eso nos hace sentirnos a gusto. A salvo incluso. El héroe vence al villano y salva el mundo al final del día.

Pero ¿qué pasa cuando las mentes detrás de dichas aventuras ven de una forma más profunda la mente de estos personajes y cambian, al menos solo un poco, esta fórmula que tanto les ha servido por años?

Con base en esta premisa, quiero que recordemos cómo, en tres películas diferentes entre sí, se ve subvertido este arquetipo del héroe común para (cada uno en su propia historia), darle un realismo y una cara más a personajes que conocemos desde hace décadas.

**Spoilers de The Last Jedi, Spider-Man: Into The Spider-Verse y Avengers: Endgame**

 

Acto I: Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana…

Corría el año 2017 y la emoción de ver The Last Jedi, la segunda de tres nuevas secuelas en la saga de Star Wars para una nueva generación, estaba en el aire. Por fin veríamos de nuevo a Luke Skywalker, el gran héroe de la trilogía original, el hombre que logró traer de vuelta a Darth Vader a la luz, el que logró traer paz a la galaxia hace tantos años.

¿Qué pasó cuando lo encontramos en aquel planeta remoto, aislado de todo tipo de conexión con la gente? Simplemente, no era lo que esperábamos.

Deconstrucción del héroe
Deconstrucción del héroe

La historia del mentor malhumorado se ha visto en muchas ocasiones, en todo tipo de formas. Sin embargo, ese no es el único pecado del viejo Skywalker. Luke ha cambiado y ya no es el héroe que conocimos hace años. Más allá de su mal genio, tiene miedo de un error que cometió en el pasado y que llevó a la creación de Kylo Ren. Es extraño ponerlo en palabras, pero sí, el Luke Skywalker con el que nos encontramos es un cobarde.

Al mismo tiempo, el temor de volver a fallar es algo que nos puede pasar a todos. La diferencia es que nosotros no estamos en un pedestal, no somos una leyenda, no tenemos un legado así de gigante.

Él, similar a lo que veremos en los otros casos que hablaremos, es un personaje que ya conocíamos. Ya sea desde el inicio de la saga de Star Wars para algunos de los fans más veteranos, como los que han ido conociendo al personaje recientemente. De igual forma, conocemos su historia. No es como cualquier otro personaje malhumorado que tuvo un pasado glorioso que imaginamos o damos por sentado. Así que reconocer a un personaje como este en una posición tan vulnerable, al menos psicológicamente hablando, siempre me pareció algo muy interesante de observar.

Deconstrucción del héroe
Deconstrucción del héroe

El punto de cambio para Luke es el reencuentro con un viejo amigo. Yoda, al igual que en su juventud cuando se encontraron en Dagobah, le ayudó a entender información que ya Luke daba por un hecho.

«The greatest teacher, failure is» le dice Yoda a Luke en esta excelente escena y esto hace que cambie su perspectiva respecto a lo sucedido con Ben Solo en su momento. Lo impulsa a terminar lo que inició hace mucho tiempo. No necesariamente el entrenamiento de Ben, pero sí convertirse nuevamente en el símbolo de esperanza que la galaxia necesitaba.

Acto II: Un salto de fe

En cuestión de diecinueve años, hemos tenido tres versiones live action del personaje de Peter Parker, seis películas estrenadas, una que está por salir en unos meses y aun así, nos tomó dieciocho años tener la mejor representación de Peter Parker vista en el cine y ni siquiera es uno de estos tres actores que lo han interpretado en sus versiones previas.

Spider-Man: Into The Spider-Verse nos dio la mejor versión de Peter Parker que hemos visto sin tratarse de la versión que vemos al principio de la película (aun cuando este Parker es el Spider-Man ideal, con la voz de Chris Pine).  Es hasta un poco más adentro de la película, cuando llega Peter B. Parker: un Spider-Man que ha estado activo en su versión de New York por veintidós años y mejor que perfecto, es una versión más realista que no pierde la esencia de las características que tanto amamos de ese personaje.

Deconstrucción del héroe
Deconstrucción del héroe

Este Parker, interpretado de forma magnífica por el carismático Jake Johnson, le da vida a una versión de nuestro héroe arácnido que, aunque desconocida para nosotros, no carece de relevancia y es un cambio orgánico que tiene todo el sentido del mundo de existir tanto dentro del contexto de la película, como un reflejo de todo lo que los grandes estudios han hecho con este personaje.

Además de esto, todo lo que ha pasado. Se enamoró de Mary Jane, se casaron para divorciarse años después, un cambio en la historia en la que su Tía May murió y él terminó en un apartamento comiendo pizza y en el peor de sus momentos.

Es en serio la primera vez que vemos algo así en una película de este súper héroe, sin embargo, y esto cambia la regla de estos personajes, Peter no odia su trabajo.

Sigue siendo funcional como Spider-Man. Aun estando más viejo que sus compañeros arácnidos de la película, a pesar de estar un poco más gordo que el héroe común (volveremos a este tema en unos momentos), sigue siendo el Spider-Man que recordamos y amamos.  No puedo evitar notar similitudes, como si nosotros fuéramos los niños perdidos y Peter B. Parker fuera Peter Pan en la película Hook.

Deconstrucción del héroe
Deconstrucción del héroe

También hay una frase a la mitad de la película que me encanta porque demuestra, con un intercambio de palabras muy simple, mucho de este personaje. Al encontrarse con la Tía May de la dimensión de Miles, May reconoce a Peter de inmediato y dicen lo siguiente.

May: You look tired, Peter.

Peter: Well, I AM tired.

Aunque lo que dice es algo que en otro contexto se puede ver como una muestra de enojo, él lo dice, efectivamente cansado.

Todo esto empieza a cambiar con su relación con Miles. Joven, energético, emocionado por lo que está viviendo. Le recuerda, tal vez, a sí mismo en sus primeras andanzas como el amigable vecino Spider-Man.

Y pues, el momento donde tiene que asumir la serie de cambios que se avecinan, sucede casi al cierre de la película cuando es su turno de volver a su realidad. Cuando le pregunta a Miles cómo sabe que no lo va a arruinar otra vez, a lo que él responde que no va a saberlo.

Ahí es cuando Peter recuerda la misma lección que antes en la película ya le había enseñado a Miles. No va a saber si lo va a arruinar o no. Es un salto de fe. Ya no hay excusas para sacrificarse o morir por la causa. Es enfrentarse a la realidad y caminar hacia adelante.

Acto III: Sigo siendo digno

La razón principal por la que quise hablar de este tema surgió cuando, por dos días seguidos, vi cómo terminó de transformarse un personaje que en los inicios de toda la saga Avengers y el mítico MCR no podía importarme menos: Thor. Gracias a eso, en los últimos tiempos se ha convertido en mi vengador favorito, sin ninguna duda.

El cambio lo hemos visto desde que Taika Waititi puso sus manos sobre la tercera película de Thor, llamada Ragnarok, pero quiero enfatizar lo que vimos en Avengers: Endgame. Una prominente alteración tanto física como psicológica.

Thor tuvo la oportunidad más evidente de asesinar a Thanos en el final de Infinity War pero fracasó por no apuntarle a la cabeza, así el villano logró su cometido al desaparecer la mitad de la población en todo el universo.

Así que al inicio de Endgame, claramente siente culpa porque falló, pero ya para este punto nada se puede hacer al respecto.

Deconstrucción del héroe
Deconstrucción del héroe

Así que cuando se da la oportunidad de buscar a Thanos y saldar cuentas con él, Thor obvio tiene que ir. Y logran encontrarlo y en cuestión de quince o veinte minutos de película, Thor hace lo que creíamos sería el final de la película. Le pone fin a la vida de Thanos cortándole la cabeza sin pensarlo demasiado. Pero, aquí es donde entra el tema de las repercusiones para este personaje: ¿Qué pasa cuando se vence al enemigo, pero eso no mejora ni cambia las acciones que dicho villano ya logró? ¿Qué se hace después?

Cinco años después de este suceso, y con mucho misticismo, Rocket y Bruce Banner encuentran a Thor un tanto diferente en una casa ubicada en un nuevo Asgard.

El cambio que más divididos dejó a los fans del personaje fue estético. Thor engordó y ahora el Dios del Trueno está viviendo con Korg y Miek, comiendo pizza, tomando cerveza y jugando videojuegos como un ser humano cualquiera. Su depresión y represión de malos recuerdos lo hizo caer en este estado mundano y tan poco común en un Dios.

Y aunque la apariencia y las actitudes de este Thor se desenvuelven en una forma cómica, podemos ver que sí, incluso este hombre perfecto que conocimos en el 2011, ha cambiado.

Deconstrucción del héroe
Deconstrucción del héroe

En su caso, el punto de quiebre es casi toda la secuencia en la que él y Rocket tienen que ir a Asgard en el 2013, durante los sucesos de la segunda película de Thor, donde tiene que recordar tanto su relación con Jane Foster, como el evento donde muere su madre, Frigga.

A la vieja forma de cualquier película de Marvel, el plan de buscar la Gema del Infinito no funciona a la perfección y esto lleva a Thor a reencontrarse con su madre, cara a cara.

Ella escucha la historia que tenía que contarle y sabe exactamente lo que tiene que responder de vuelta. Ella reconoce que su hijo sí falló y por consecuencia, se puede considerar un fracasado, sin embargo, similar a lo que Yoda le dijo a Luke, el fallo es algo natural.

“Todos fallan en lo que se supone que deben ser, Thor. La medida de una persona, de un héroe, es qué tan bien logran ser quienes son” fueron las palabras que Thor necesitaba escuchar en ese momento.

En conjunto con otro momento que, a pesar de que fue motivo de risas para muchos, tiene más significado en su núcleo. Cuando Thor intenta traer de vuelta el Mjolnir, lográndolo y demostrando que a pesar de todo lo sucedido, sigue siendo digno según la magia del martillo.

Todo esto le da fuerza mental para prepararse y enfrentar junto a Iron Man y Capitán América, de una vez por todas, al culpable de todas sus inseguridades y depresión.

Comentarios finales

Si bien el arquetipo del héroe, representado de manera adecuada, puede ser muy provechoso y satisfactorio para el espectador, este tipo de deconstrucciones pueden ser el futuro de los personajes si son tratados de la forma correcta. Los surte de más capas o dimensiones para jugar con ellos y sus historias, e incluso lograr una conexión con nosotros, quienes estamos en el otro lado de esta forma de arte.

 

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