¿Por dónde empezar a hablar de algo con tal magnitud? Una espera de dos años y medio tenía que valer la pena. No había opción. En el 2016 éramos mucho más ingenuos pero en esa cantidad de tiempo, hemos visto cosas como The Leftovers, Dark, Twin Peaks: The Return, Legion, Maniac, entre otras… cada una fascinante a su manera. Todo guion tiene su grado de dificultad, pero ¿qué tienen en común esas series? Técnicamente hablando, el derroche visual, pero además, no son nada de lo que estamos acostumbrados a ver. Todas lograron descolocarnos en distintos niveles.
La misma sensación me dejó The OA y por eso es algo tan refrescante y especial. En un mundo en dónde hay tantas ideas que parecen calcadas las unas de las otras, no queda más que agradecer por este brote de creatividad. Una conversación con Brit Marling y Zal Batmanglij debe ser muy estimulante. Después de todo, ellos están detrás de este admirable producto cargado de simbolismo. En esta nota, ellos hablan de todo su proceso, y cómo hacer esta temporada se sintió casi como hacer cuatro películas en el tiempo que toma hacer una.
Ya que pasaron varios años, puede costar recordar mucho de lo que transcurrió en su primera parte, pero por suerte, también escribí de ella en su momento (¡aquí!). Aun así, aquel cliffhanger no creo que sea fácil de olvidar: ¿Murió Prairie? O, cuando le dispararon, ¿logró viajar entre dimensiones? Muchos escépticos y detractores de la serie pensaron que eso de los movimientos en la cafetería era un poco ridículo. Quisiera ver su expresión ahora, al realizar que lo que dijo Prairie era cierto y, efectivamente, existe un multiverso. ¿Dónde quedó la fe? Yo no la perdí.
En esta segunda entrega, todo es más grande. Hay más enigmas, más confusión, más mitología, más personajes, más presupuesto y como resultado, una historia más ambiciosa y enriquecedora (con moluscos gigantes, árboles que tienen algo que decir, casas que albergan secretos y flores que brotan de los oídos). Así como lo oyen. Es un hard reset a todo lo que pensábamos y esto es así gracias a que ya no estamos en el universo 1. Como si de un cuento de hadas terrorífico se tratase, se siente un cambio de tono y atmósfera: ya quedaron atrás aquellas dudas que no nos dejaban en paz, esto es sci-fi puro y duro. En astronomía, un syzygy o sizigia (como el título del episodio 4) es cuando tres objetos celestes o más están alineados en un sistema gravitacional. En el gnosticismo, se refiere a un par de mitades complementarias, usualmente pensado como energías masculinas-femeninas. En la serie, se hace alegoría a la sombra que poseen ciertos personajes: luz y oscuridad. ¿Coincidencia? No lo creo.
La mayor adición al elenco en esta segunda dimensión es Kingsley Ben-Adir como Karim, investigador privado quien se ve abrumado por la desaparición de Michelle Vu, una joven vietnamita (quien en realidad es Buck, el chico trans). ¿Qué más ha cambiado? Prairie ahora es Nina, heredera rusa, y ella no perdió a su papá a una corta edad ni fue adoptada. Hap (Jason Isaacs) es el director del hospital psiquiátrico Treasure Island, Homer (Emory Cohen) es su mano derecha y no recuerda nada acerca de Prairie, ¿y los demás? Renata, Scott y Rachel son tachados de locos y más bien son pacientes del hospital.
De alguna manera, era claro que los acontecimientos de la primera temporada tuvieron que haber afectado a los Crestwood 5 (Steve, French, Buck, Jesse y la maestra BBA). Pónganse en sus zapatos: Prairie les vino a decir aquel montón de cosas que parecían delirios de una esquizofrénica y los hizo sentir parte de algo enorme para luego “morir” frente a sus ojos. Esto creo que traumaría a más de uno, y logran explorar muy bien el frágil estado mental de los personajes posteriormente a ello.
The OA: Parte I polarizó a la audiencia como pocas series lo hacen… pero esta vez es como si Marling y Batmanglij hubieran dicho: “¿se burlaron de los movimientos y su verdadero potencial? Ustedes no tienen ni idea… plantamos los libros en su casa al propio para que dudaran de Prairie. Ese era el punto, ¿no lo ven?” El desenlace de esta segunda parte es solo indicio de ello. Cuando lo vean, quedarán boquiabiertos por lo atrevidos y audaces que demostraron ser. Es todo muy meta y a la vez brinda las respuestas que necesitábamos. No todas, pero sí las suficientes.
Tengo muchas razones para estar disgustado con Netflix, su modelo de negocio, y sus decisiones arbitrarias (jamás les perdonaré la cancelación de One Day at a Time), pero el hecho de que le den una voz y la luz verde a Marling y Batmanglij para hacer lo que ellos quieran con esta serie, hace las cosas un poquito mejor. Aparentemente está pensada para 5 temporadas y ojalá no encuentren obstáculos en el camino. Con ese final abierto, ya sabemos cómo podría desarrollarse la eventual tercera entrega y queda claro que esto fue su plan desde un inicio. Genios.