Mary Poppins Returns

Sergio Beeche Antezana
Sergio Beeche Antezana

 

 

 

Practically perfect in every way.

 

Cuando Mary Poppins se da cuenta de que ya es tiempo de partir, cuando los vientos han cambiado y la familia ya no necesita de su ayuda, un aire de tristeza se refleja en su rostro. No debe hacerlo evidente, pero su propia partida es nostálgica. Su papel en el núcleo familiar al que acude es de facilitadora y observadora de las conductas humanas, no puede encariñarse con nadie y deja que los demás tomen el protagonismo que merecen. La curiosa soledad que ella representa contrasta con el agradable rato que se pasa viendo su nueva película (igual, pero diferente de la original).

Mary Poppins Returns
Mary Poppins Returns

Al salir de verla, un amigo me dijo que Mary Poppins Returns era como un genuino abrazo de alguien siempre sonriendo. Es verdad que las partes complicadas y preocupantes están ahí, pero siempre se puede notar que el estrujón nunca perderá su cariño y ánimo de espíritu. Ahí está la clave para dejarse llevar por un viaje de fantasía y canciones como este. Incluso, más allá de ser un musical hecho y derecho, la alegría de una historia conserva la tristeza que se debe sentir en algún momento (importante balance). La cosa es que esta curiosa figura nos recuerda que no siempre hay que pensar solo en los aspectos negativos de la vida. Por más que ella oculte y premedite sus movimientos, siempre busca simplificar hacia las partes inocentes y más imaginativas que puede tener el ser humano. Eso evoca esta película que debería ser más profunda de lo que es.

Mary Poppins Returns
Mary Poppins Returns

Claro, podríamos hablar de los aspectos de la historia y cómo no siempre calzan unos con otros (sobra una secuencia con Meryl Streep). O cómo el esqueleto de la nueva es demasiado parecido al de la original, sin asumir una nueva identidad que la destaque. Pero no lo haremos evidente. Al igual que la misma Mary Poppins, la imperfección es parte de la perfección que la caracteriza y que la sostiene como figura de cuidado que es. Entre una premisa sencilla, que percibe cada aspecto de lo cotidiano como algo que puede agrandarse hacia juego y diversión para el camino, Returns se abre camino entre ilación correcta de su historia y secuencias musicales dignas. Aquí, la historia se conjuga mejor que nunca con la súper bien lograda secuencia de dibujos animados en 2D (el costoso regreso al dibujo en papel).

Mary Poppins Returns
Mary Poppins Returns

Para Mary Poppins, la creación de un mundo animado es parte de cierta libertad que ella siente: entre los animales no tiene que esconder su gusto por que la admiren. Su trabajo en el mundo real no es reconocido de la misma manera, por lo que lleva a los niños a espacios en los que ella y ellos pueden disfrutar sin limitaciones adultas. Así es como demuestra que no hay que juzgar a las personas solo con la primera impresión o que el pensar demasiado en ciertas cosas no siempre les dará la solución que buscamos. Mary Poppins, al igual que su filme, vive en el momento y no deja que nada interrumpa el curso de las cosas.

Mary Poppins Returns
Mary Poppins Returns

Su caracterización viene de la literatura, lugar de amplio espacio para la imaginación. Aquí, Emily Blunt le da su toque personal y la interpreta con una nueva calculada distancia. Si bien podía pensarse en una más suave y cariñosa versión anterior, Blunt permite que su reinterpretación sea de una Poppins más madura, más misteriosa, más vanidosa. Con el escepticismo de la época en expansión, su papel queda más escondido que nunca; ella se adapta. El desenlace de la historia no le pertenece a ella, sino a los aciertos de un guion en el cual los niños son protagonistas; los niños de hoy y de ayer. Mary no olvida.

Mary Poppins Returns
Mary Poppins Returns

Por más que sienta que debe controlar el resultado, al final, no puede ser parte del viaje emocional que tendrá la familia. Cuando sus miembros consiguen la verdadera unión es que Mary Poppins debe separarse. Eso sí, su rastro queda en canciones astutas y apropiadas para el momento en el que se cantan. Tonadas que, a pesar de no causar una muy fuerte primera impresión, espero que sean recordadas con la mejor memoria de una historia que cumplió su cometido antes de terminar de enterarse que debía ser más importante. El tiempo dirá.

Mary Poppins Returns
Mary Poppins Returns

Así, no queda más que dejarse llevar y disfrutar el amoroso abrazo que este nuevo filme trae consigo. Un filme que no necesariamente fue solicitado, pero que recibimos con los brazos abiertos, listos para devolver el cariño que puede ser transmitido al momento de verlo. Porque ese es el que vale la pena: el instante que se disfruta, se ríe, se canta, se llora, que confunde o que se baila. Y a como vino, así debe marchar, dejando huella de imágenes propias de un sueño que distingue la vida en partes que se deberían unir. Esas pequeñas separaciones de la vida las entiende nuestra protagonista y decide atarlas con lecciones mágicas que aterrizan en nuestra cotidiana realidad.

Mary Poppins Returns
Mary Poppins Returns

Mary Poppins no pide ser recordada. A ratos, hasta prefiere mantener su popularidad entre los dibujos animados. Pero unos cuantos sí la recuerdan y reconocen su lado especial de siempre revelar las enseñanzas de la vida —sin tomar el crédito— cuando no nos damos cuenta de que estaban ahí desde un principio. Considérenme uno de ellos.

 

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