Este fue un curioso año para la oferta de programas en televisión. Que quede claro que se les llama televisión porque tienen aspectos de continuidad y porque son vistos en casa; la pantalla puede ser hasta la más pequeña, si disfrutan ver series en sus teléfonos. De ahí, el número de producciones originales aumenta de tal manera que los programas que ve cada persona pueden diferir casi totalmente con los de los demás. Sea porque se las encuentra de manera tardía o simplemente parecen surgir cada vez más estilos totalmente diferentes, los gustos por ciertas series quedarán determinados por la facilidad de alcance o búsqueda de cada opción. Eso se ve claramente en las listas individuales del equipo de redacción de BHD.
Por eso, este 2018, el tiempo de duración fue el factor más relevante a la hora de escoger los gustos más generales. Entre tanta cosa, las series cortas consiguen un mayor alcance por su no tan extensiva duración, pero el mismo —o más significativo— peso narrativo que los dramas de una hora. Los aspectos dramáticos son vistos desde lentes formales más espectaculares o desde premisas creativas que abarcan a sus personajes de maneras que no nos imaginaríamos. Los dramas también son parte importante, claro está, con finales y comienzos emocionantes y terroríficos. Entre el número interminable de nuevas producciones, aquí está la recopilación de diez que consiguieron gustar y destacar por sus propios méritos, cosa que fue difícil de lograr para una serie este año.
10. High Maintenance (HBO)
Sí, la premisa de la serie gira alrededor de un repartidor de marihuana, en la ciudad de Nueva York. Sí, es muy explícita en su contenido, y no trata de censurar a nada ni a nadie. Sí, es uno de los mejores retratos de una sociedad contemporánea, que se ve enriquecida al reunir a tantas personalidades genuinas. Cada apartamento que Ben Sinclair visita durante la serie, nos da un vistazo al día a día de alguien del cual no imaginábamos que queríamos (o debíamos) conocer. Pero una vez que pasamos un corto espacio de tiempo con ellos, aunque seamos más bien voyeuristas, nos acordamos de que el mundo está conformado por personas singularmente fascinantes y siempre tendrán la capacidad de sorprendernos o de socavar expectativas. Sin saberlo, Sinclair y su ex esposa, Katja Blichfeld, convirtieron su serie en un experimento antropológico del cual se deben de sentir orgullosos todos los días de su vida. [Alfredo]
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9. Homecoming (Amazon)
El particular y simétrico/asimétrico estilo visual de Sam Esmail es de los principales atractivos que Homecoming ofrece, lo cual es un verdadero deleite para quienes somos seguidores de su otra exitosa serie, Mr. Robot (que ocupó el 4to lugar en nuestra lista de mejores series del 2017). Con una primera temporada aclamada por la crítica, y diez episodios de alrededor de media hora cada uno, Homecoming logró mantener el suspenso como elemento clave de una historia a la que fuimos arrastrados de manera irremediable, gracias a un guion cuidadosamente construido para avivar el análisis del espectador. Las actuaciones de Julia Roberts (en su primer papel protagónico dentro de una serie) y Bobby Cannavale contribuyen a ese encanto con que esta serie se ganó el aplauso de la audiencia. Muchos de sus episodios se mueven bajo interrogantes éticas, políticas y hasta filosóficas, todo dentro de bellísimos encuadres y atmósferas alucinantes. Realmente, siento muchísima curiosidad por ver qué nueva historia traerá la próxima temporada, si la serie consigue ser renovada. [Jenny]
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8. BoJack Horseman (Netflix)
Aparte de ser una de las mejores series que hemos tenido en los último años, BoJack Horseman es una de las más importantes. La manera en la que se sigue manteniendo relevante, al tratar temas que suceden en nuestra actualidad. El movimiento #MeToo, abusos de personalidades importantes de la farándula, e incluso, temas con un humor meta acerca de esta era dorada de la televisión. Sus personajes tienen problemas que solemos torcer un poco para buscar similitudes con nuestras propias características. Entre tanto, deberíamos estar agradecidos de que tenemos una serie animada para adultos que siga teniendo una calidad tan admirable, incluso en su quinta temporada. [Daniel]
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7. The Haunting of Hill House (Netflix)
¿Será que todas la casas están embrujadas? Cada una tiene un espíritu diferente, cada cuarto tiene una manera de comportarse y todas son diferentes en sus propios términos. ¿Qué pasaría si una casa no solo tuviera un espíritu, sino varios y cada uno de ellos trate de lastimar a tu familia? Esa es la premisa más importante con la que se desarrolla The Haunting of Hill House, la serie revelación del año en términos del terror. Llegó para asustar a más de uno, pero a mostrar el lado más interesante de los demonios familiares. Cuando cada hogar tiene más de un secreto guardado, entre odios, rencores y más de una adicción. Al tratar de salir adelante, en medio de una serie de tragedias sufridas cuando eran niños, los Crain son perseguidos por sus traumas hasta convertirse en adultos y no podía ser más terrorífico y entretenido de lo que logró ser esta serie. [Luis]
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6. Kidding (Showtime)
Me enteré de la existencia de Kidding la misma semana en que se estrenó y casi podría decir que aposté el todo por el todo con ella. Rápidamente, se convirtió en la serie más importante que vi este año, y es bastante satisfactorio verla entrar en nuestra lista de mejores series del 2018. Tomarle cariño a Kidding es fácil: no solo porque representa el regreso de Jim Carrey al escenario mientras se acompaña por Michel Gondry, consagrado genio de visuales y puesta en escena, también porque la serie le hace honor a su nombre. En algún lugar entre comedia y drama, Kidding nos ayuda a sentir empatía con el intento de un hombre, superficialmente infantil, por vivir bajo sus propios términos, lejos de vocabulario apto para niños y de marionetas que siempre ofrecen alguna moraleja al final de una historia. Algunas veces, confusa; y otras, maravillosamente lúcida, la serie se apropia de nuestra atención y siempre ofrece el elemento sorpresa, algo sumamente apreciado en esta época tan llena de producciones televisivas que abusan de lo predecible. Actuaciones impecables y un guion excepcional hacen de Kidding una serie imperdible que seguirá dando de qué hablar el próximo año, cuando estrene su segunda temporada. ¡Salud por Jeff Pickles! [Jenny]
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5. Barry (HBO)
Barry es una serie que simplemente no tenía que funcionar. Un sicario que está aburrido de su vida y entra a clases de actuación en Los Ángeles. Sin olvidar que dicho sicario es interpretado por Bill Hader (papel por el cual gana el Emmy), graduado de SNL. Sí: se trata de Stefon haciendo de malo en una comedia de HBO. Entre ese talento, más el de Henry Winkler (quien también ganó el Emmy este año) y de Stephen Root, en tan solo ocho episodios se nota el nivel de comedia oscura y, ¿por qué no?, de intenso drama que estos actores pudieron llegar a mostrar. Mención especial a Noho Hank, por mucho, uno de los mejores personajes que nos dejó el 2018 en televisión. [Daniel]
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4. The Americans (FX)
¿Fue The Americans el último suspiro de la Era de las Grandes Series, aquel período en donde la televisión era definida por un puñado de series sobresalientes y que luego dio paso a nuestra época actual caracterizada por el abrumador exceso de oferta televisiva? Mi teoría es que sí, aún cuando The Americans siempre fue algo distinta a sus contemporáneas: esta serie sobre espías soviéticos pretendiendo ser una familia toda-americana tomó una premisa que bien pudo ser sensacionalista y la canalizó en un drama sombrío y sutil lleno de personajes comprometidos moralmente y en donde el conflicto global de la Guerra Fría se vio interiorizado en los problemas íntimos del núcleo familiar. Su estilo visual grisáceo, alicaído, ambientado en un perpetuo invierno y puntualizado por la ocasional escena de violencia visceral la distinguió todavía más de sus contrapartes más ostentosas. The Americans fue una serie que exploró, como pocas, las lealtades en competencia: entre nuestro país de origen o el país de acogida; el ideal de igualdad socialista o el confort del capitalismo; la fidelidad de pareja o las demandas del trabajo; los lazos familiares o el individualismo. Eventualmente, los Jennings saldaron estos dilemas de una forma desoladora, pero aquellos que mantuvimos nuestra lealtad hacia esta gran serie durante sus seis años fuimos ampliamente recompensados con una última temporada que, sin sacrificar la coherencia, logró ser tensa y sorprendente hasta el minuto final. [Manfred]
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3. Atlanta (FX)
Después de una primera temporada que dio de qué hablar, no estaba del todo seguro si Donald Glover lograría superarse a sí mismo. En un momento de suficientes picos para su carrera, musical y actoralmente hablando, nos llegó Robbin’ Season en marzo, con un conjunto de episodios aún más experimentales. De alguna manera, Glover lo logró; dio en el clavo. La temática de la temporada: el ser privados de algo, representado a través de una pérdida material o de algo intangible. Todos sufrieron estas consecuencias: Earn y el detrimento de la relación con Van y su trabajo como manager musical; Paper Boi y la pérdida de tiempo en la barbería, pero más importante, el recuerdo de su madre; Teddy Perkins y la falta de atención durante su infancia; Devin, el niño de FUBU, quien fue robado de su futuro. Al no encasillarse en un solo género, se convirtió en una de las series más impredecibles del año. No quería que se acabara nunca. Si esto no es una buena señal para ser una de las mejores del año, no sé qué lo sea. [Alfredo]
2. Killing Eve (BBC America)
Desde que hace un par de años, Phoebe Waller-Bridge tomó por sorpresa el firmamento televisivo con su serie Fleabag, con la cual quedó claro que estábamos ante un talento singular al que deberíamos seguirle la pista. Aún así, la noticia de que su siguiente proyecto iba a ser una adaptación de una novela sobre agentes secretos y “sicarias” desalmadas fue un poco desconcertante, considerando que su CV hasta el momento consistía puramente de comedias más o menos vulgares. Pero no debimos haber dudado. Killing Eve es un thriller “dramédico” de corte feminista y un humor exquisitamente morboso, con una narrativa y un tono poco convencionales que pueden pasar del suspenso a las risas a la violencia horrorosa en cuestión de segundos. El punto más alto de la serie es la retorcida relación de atracción y repulsión que une a la asesina Villanelle (Jodie Comer) con Eve (Sandra Oh), la agente que la persigue. Este cautivante juego de gato y el ratón es el corazón palpitante y la razón de ser de la serie, de ahí que la química entre sus dos actrices principales sea esencial para su éxito. En ese sentido Comer y Oh no defraudan; sin estas dos actrices, Killing Eve sería tal vez una muy buena serie como muchas otras, pero ellas dos la elevan a nuestra lista de lo mejor del año. [Manfred]
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1. The Good Place (NBC)
Las maneras en que se estructura la comedia pueden ser muchas. Pero solo cuando la premisa es tan inventiva y original como la de The Good Place puede sobresalir entre las demás. Más aún, porque esta serie consigue, por los menos, entretener hasta al que piense que sus bromas no son tan buenas. Porque siempre se siente una bocanada de aire fresco cada vez que empieza un episodio; entre un desarrollo y evolución de sus personajes, pero con una aventura y moraleja cada semana. De ahí que sus personajes sean tan entrañables y llenos de energía. Entre dos temporadas diferentes este año (la segunda al inicio de año y la tercera al final), The Good Place solo es ayudada por su disponibilidad en Netflix (recuerden que no es original de la plataforma) y su popularidad que crece poco a poco. Aquí, la reconocemos por nunca perder su centro, por siempre mostrar un mundo en el cual no hay que perder la esperanza de ser cada vez mejores. Y, ante todo, por ser una de las genialidades más “humildes” en términos de buena televisión. [Sergio]
Menciones especiales
No todas las series entran en la lista de las 10 mejores del 2018, pero algunas merecen ser comentadas por tratarse de propuestas diferentes que lograron maravillarnos durante el año, y de las cuales esperamos ver más en un futuro cercano. Estas son algunas de ellas:
Maniac (Netflix)
La razones por las cuales Maniac encabeza mi lista personal de series para finalizar este 2018 con broche de oro son numerosas. No les voy a decir de qué trata, porque lo pueden leer aquí, pero puedo relatarles mi opinión, sin spoilers. Cada aspecto de la serie tiene un simbolismo o significado acorde a su narrativa y las referencias socio-econo-psicológicas son clarísimas y cohesivas. Todo tiene un mensaje, que en pocas palabras y a modo general (ya que los detalles son incontables) refleja un futuro distópico de una sociedad, no muy diferente a la actual, donde el materialismo y el capitalismo -en un grado hiperbólico máximo, cada vez nos inducen a un escenario de conexión con lo inanimado y desconexión con el otro. Una nueva propuesta de humanidad, que desencadena un caos a lo interno de los individuos, llevándonos directamente a las peores consecuencias. Maniac nos transforma a nuevos mundos, en su sabor a ciencia ficción, que evocan el pasado y nos permiten echar un vistazo a la mente de Don Quijote (cuya referencia es esencial en la serie), el mundo de los “árboles” y las conexiones humanas (que representan la esperanza)… En fin. Véanla con atención, eso sí, y entenderán la complejidad y belleza conceptual de la serie. Una experiencia agradable para la mente, la vista, y el oído. Drama, cinema ficción, comedia, retro-futurismo: ¡Todo bien logrado! (OPINIÓN PERSONAL, hay que la ama, o la odia, y está bien en ambos casos) [Elena]
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Sally4Ever (Sky Atlantic/HBO)
Justo cuando uno pensaba que el humor británico había llegado a su cúspide…llega Sally4Ever. Fresca, divertida, incómoda e irreverente, esta serie revive el Cringe Comedy sin caer en los extremos de Sacha Baron Cohen, o en los excesos de Mostly 4 Millenials (las dos excelentes, pero en ciertos momentos se necesita un poquito más de callo en el estómago para aguantarlas). La serie es un respiro del estado de la comedia televisiva actual (por lo menos comparada con las series que están en esta lista), rompiendo la tendencia de seriedad, melancolía y comentario político en la que se han sumido, que, si bien es cierto dan otra dimensión a la comedia a la que estamos acostumbrados y la elevan a una nueva forma, también nos hacen añorar una serie que uno pueda ver y no preocuparse por nada. Aquí es donde entra Sally, con sus actuaciones frescas, diálogos improvisados, personajes memorables y situaciones muy British, donde el sentido del decoro tiende a permear las interacciones más absurdas (de verdad, no hay una sola interacción con alguien que no lo haga a uno cuestionarse de donde salen estos guionistas superdotados). Para reírse a carcajadas, sin compromisos y sin asco, Sally es la serie perfecta. [Mauro]
The Chilling Adventures of Sabrina (Netflix)
Tal cual “veintiañera” crecí con la versión de Sabrina la bruja adolescente y escuchar sobre una posible serie que traería Netflix, me hizo recordar todas aquellas tardes queriendo ser como aquella Sabrina; este 2018 Netflix nos trajo a una Sabrina más fresca, mucho más adolescente y con muchos más líos que la versión que todos conocíamos. Cuenta concepto bastante interesante, excelente escenografía y además, trae a conversación temas como brujería, vudú, magia negra, espíritus, satanismo, canibalismo, entre otros, todo lo que no veíamos en la versión antigua. Basada en el cómic de Archie, hace referencia a un mundo conectado con Riverdale (atención fans de Jughead), cuenta con 11 episodios y se encuentra disponible en Netflix. Adicional, la serie nos dejó un pequeño regalito navideño con su versión festiva, la cual da continuación a los cabos sueltos del último episodio de esta primera temporada. [Tayi]
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Pose (FX)
Pose sin duda es la joya más preciada en la corona del 2018 de la dupla Murphy-Falchuk. Después de habernos dado unas increíbles temporadas de American Horror Story y American Crime Story, cualquiera podría pensar que ya estarían satisfechos, sin embargo no pararon ahí. Pose no es solo una obra de arte a nivel visual y de guión, sino que es un statement para una comunidad que ha sido segregada no sólo en la vida real, sino también en las pantallas grande y chica. Con un cast mayoritariamente de mujeres trans y una temática de época, Ryan Murphy nos lleva a un paseo a un Nueva York de los 80s que no es el que todos conocemos: menos Madonna y más RuPaul Charles. La relevancia de esta serie no sólo se da en representar las competencias de «Ballroom» y todo el glamour y glitter que nace de ellas, sino en las famosas casas: lugares donde individuos que sus propias familias y la sociedad les hicieron a un lado, pudieron encontrar un lugar y elegir a su propia familia por decisión. Un lugar seguro, un lugar de amor y un lugar de apoyo. Las caracterizaciones de MJ Rodríguez, Indya Moore y Dominique Jackson, son más que estelares y para mujeres trans poder ver su propio reflejo en la TV, representaciones de género, variedad racial, transfondos sociales y hasta situaciones económicas, no es solo necesario, sino refrescante. Con ansias espero las siguientes historias que vendrán en la próxima temporada y que esta serie no sea el pináculo, sino la piedra base para seguir representando de manera correcta y atinada a todos los miembros de la comunidad LGTBQ+. [Diana]
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