Luego de varios estrenos significativos para la plataforma de Amazon Video (Tom Clancy’s Jack Ryan y The Romanoffs, la nueva antología de Matthew Weiner), estamos ante Homecoming, que más bien llegó sin hacer mucho alarde ni bulla. La fuerza estará en aquellos que la descubran. Empezó siendo un podcast, co-creado por Eli Horowitz y Micah Bloomberg, y algo particular es que las voces de los personajes provenían de actores reconocidos (Oscar Isaac, David Schwimmer, etc.) pero aun así decidieron ponerle nuevas caras a los nombres.
La transición al medio visual se logró de manera acertada, y la mayor parte de esto se la debemos a Sam Esmail, testamento de su característica dirección. Sí, hay mucho de Mr. Robot en Homecoming*, pero también de Hitchcock y De Palma, como el mismo Esmail dijo. La lucha contra una gran corporación sin una clara figura de autoridad, trae a relucir el mensaje implícito del anti-capitalismo en ambas producciones. Se alternan las proporciones en la pantalla para diferenciar el pasado (2018) del presente (2022). La caja cuadrada de 1:1 con la que vemos todo lo ocurrido durante el 2022 nos puede llegar a generar tensión y hasta claustrofobia. De cierta forma, se siente como si no se nos pudiese revelar más información: por asociación, nos convertimos en cómplices de ese secretismo.
*Importados desde Mr. Robot tenemos a Bobby Cannavale y Frankie Shaw (quien además escribe, produce y estelariza su propia serie: SMILF)
Los planos picados, escenas partidas a la mitad, la musicalización ominosa… todo esto es ejemplo ilustre de una estética a un nivel superior, y la atmósfera forma parte del juego como un personaje más. Homecoming es un centro de ayuda en donde los militares recién llegados de la guerra pueden rehabilitarse por medio de pláticas y actividades grupales. La meta es que se integren de nuevo a la vida civil sin pormenor alguno… o eso es lo que se supone. Salen a relucir los conflictos éticos al hablar de una supuesta “cura al PTSD” y el trato a estos soldados, tocando la temática de manera delicada pero efectiva, así como lo hizo en su momento el episodio Men Against Fire de Black Mirror. Se podría reconocer que la verdadera cura está en la cercanía, el contacto humano y ese intercambio tan íntimo, reflejado continuamente en las conversaciones entre los protagonistas.
El Departamento de Defensa le otorga una misión a Thomas Carrasco (Shea Whigham): cuestionar a Heidi Bergman (Julia Roberts), en el 2022, acerca de su rol como trabajadora social en Homecoming, pero ella no recuerda nada de ese lugar. Extraño, ¿no? En este momento es cuando supe que iba a necesitar respuestas, y pronto. Si fuera necesario nombrar a alguno, se puede decir que el antagonista es Colin Belfast (Bobby Cannavale), supervisor de Heidi, y representante del Grupo Geist, quienes son responsables de las prácticas cuestionables en el centro de apoyo.
Su asistente es Audrey Temple (Hong Chau)*, quien está buscando ser cada vez más valiosa para el Grupo Geist. Por su parte, Roberts es la más reciente adición a estrellas del cine que hicieron el salto a la TV, y sin mayor inconveniente. Estamos tan confundidos como Heidi, y sus gestos son alarmantes: sufre delirios de persecución y su memoria le hace una mala pasada. Ya a todos ellos los habíamos escuchado nombrar, pero Stephen James es la verdadera revelación como Walter Cruz, por su carisma y la vulnerabilidad que le brinda a su personaje. Mi fan de Shameless interno* se alegró al ver a Jeremy Allen White (Joseph Shrier) como uno de los veteranos más afectados tras su paso por la guerra. Siempre he pensado que él debe trabajar en más cosas, porque es un excelente actor, y he aquí la prueba de ello.
*Chau ha estado apareciendo en muchas cosas, desde BoJack Horseman como Pickles Aplenty, hasta el episodio 6 de Forever, uno de los mejores de la nueva serie de Maya Rudolph y Fred Armisen.
*Hay bastante que asociar con Shameless. No solo hace aparición Lip, sino que Dermot Mulroney también actúa en ambas y Esmail está casado con Emmy Rossum.
Algo importante de recalcar y de lo que más se agradece es la longitud de sus episodios (el más largo es de tan solo 37 minutos), haciéndola una de las series más fáciles del año para practicar el binge-watching sin problema. Binge away, y déjense conquistar por la experiencia que es ver Homecoming.