Élite con E de engaño, enigma y excesos

Sergio Beeche Antezana
Sergio Beeche Antezana

 

 

 

Son muchas las series que comienzan como un placer culposo, pero que terminan sorprendiendo (de manera positiva) más de lo que uno se habría imaginado. La gran mayoría de estos guilty pleasures vienen de los países hispanohablantes (Luis Miguel: La Serie, La Casa de las Flores), los cuales brindan cierto grado de identificación solo con ser habladas en español. Las cualidades vienen de un aspecto novelesco, moldeado para dar más sorpresas y disgustos que desarrollo profundo serializado. Algunas, con todo y su estructura melodramática, se salvan; Élite es una de ellas.

Élite
Élite

Ambientada de manera casi cliché en un colegio de la alcurnia española, Élite comienza con la llegada de tres estudiantes becados a Las Encinas, institución de “prestigio” que, sabemos, solo se trata de educación muy costosa. Con una (re)conocida caracterización y planteamiento de su premisa inicial, la serie no pierde mucho el tiempo y entra directo a enredar a sus personajes entre ellos y a revelar las dinámicas que creemos que se extenderán durante toda la temporada. Pero, poco a poco, la serie se sale de su estereotipo y se permite avanzar su trama de una manera más ágil, sin descuidar el misterio que la caracteriza desde el inicio. Piénsenla como un híbrido entre Skins y Big Little Lies (con un poco de sabor español).

Élite
Élite

Con la demostración del pequeño universo dentro del colegio (basado casi solo en exámenes y fiestas), Élite pretende ir un poco más allá. Al reconocer los excesos y despilfarros de la clase alta, que parece creerse alta en todos los sentidos, el dinamismo entre estos estudiantes termina desmoronándose conforme los “pobres” parecen querer lo mismo que los “ricos”. Así, los chicos aprenden unos de otros, a la vez que explotan sus facilidades, artimañas y atributos (que, si no fuera por el uniforme, no necesariamente pasan como alumnos de colegio). Es una descarada visión de los dramas entre colegiales (drogas, sexo, alcohol y traiciones; casi nada), adolescentes que, típicamente, cambian de opinión de un día para otro, por lo que la serie nunca se le nota forzada con sus giros y sorpresas repentinos.

Élite
Élite

Es curioso porque, por más que Élite tenga un misterio específico el cual pretende revelar durante su final y se centre mucho en sus partes de desenfreno sexual (para dejar contenta a toda su audiencia), interesa por las relaciones y dinámicas que suceden entre sus personajes. Claro, no se escapa de los enredos y salidas disparatadas —totalmente novelescas— para mantener cierta tensión y constante enredo dramático (casi melodramático). Se salva, entonces, por los indicios sutiles del arco narrativo de los personajes, quienes son considerados con cuidado —y, me atrevo a decir, cariño— a través de los ocho episodios de la temporada.

Élite
Élite

Debajo de toda esa superficialidad y todo el exceso, Élite tiene unos cuantos momentos (muy esporádicos, pero ahí están) de verdadera y sincera calidad humana entre sus personajes. Sin haber construido y desarrollado las partes inevitables de neurosis, no se sentirían tan genuinos los momentos más íntimos, en los que las escenas funcionan en todos los niveles de su producción. Desde el diálogo, las actuaciones y la sinceridad que aporta el viaje emocional de cada personaje, para permitir esos minutos más humanos de los que se la serie misma puede admitir.

Élite
Élite

Entonces, Élite, por más que quiera llegar a la línea de cierto aire sobredramático y exagerado, nunca cruza hacia el campo de historia desastrosa. Con interesante estructuración que la perfila como texto entretenido, mientras alberga subtexto de temas ciertamente relevantes, termina siendo serie/novela que finaliza en el mejor lugar posible. El prejuicio de los placeres culposos se desmorona y me deja callado luego de admitir que nunca hay que juzgar una de estas nuevas producciones (en español) solo por su primer episodio. Esta vez, el cariño por los personajes vino luego de la cuarta hora, que terminó de engancharme y convencerme de acompañarlos en sus peripecias hasta el final. Si pensaron lo mismo solo con ver la foto promocional, advertidos quedan.

La primera temporada de Élite se encuentra disponible en Netflix.

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