The World’s End: El destino del mundo en las manos de unos ebrios

Daniel Matarrita
Daniel Matarrita

 

 

Sólo hay dos cosas infinitas en la vida. El universo y la estupidez humana.

Y del universo no estoy tan seguro. 

Albert Einstein (presuntamente)

Edgar Wright (antes de sorprendernos con Baby Driver), lanzó en el 2013 The World’s End, y nos presentó un grupo de 4 viejos amigos, en sus años no tan juveniles, que siguen a un quinto amigo: el líder de esa pandilla en su adolescencia. Este líder, Gary King (interpretado increíblemente por el gran Simon Pegg) los lleva a cumplir una misión que les fue imposible terminar en su época de adolescentes: “La Milla Dorada”, una ruta por los 12 pubs que existen en Newton Haven, su viejo hogar. En cada pub debían tomar una cerveza e irse al siguiente hasta llegar al número 12, The World’s End.

Como cualquier película de este director, el humor es lo que sobresale. Es el mismo que podemos encontrar en Shaun of The Dead, Hot Fuzz o Scott Pilgrim vs The World, de lo más inteligente que ha sobresalido en los últimos años. Transiciones, humor gráfico, diálogos ingeniosos. De todo se puede encontrar en estas películas. De todo excepto humor simple.

Pero no estamos aquí para hablar de su increíble trabajo en general. Para eso otros ya han dado su gran opinión de esto.

En este caso vamos a hablar de The World’s End y cómo va logrando que la ruta de 5 ebrios termine teniendo más importancia para el mundo entero del que cualquiera hubiera imaginado.

Claramente habrán spoilers de la película así que les recomiendo firmemente que la vean primero y luego vuelvan para analizar esto.

The World's End
The World’s End

Ok, empecemos con lo más sencillo.

Tres borrachos acabaron con el mundo

-Bueno, ésta tal vez no sea la mejor forma de iniciar. Retrocedamos un poco al inicio de la película.-

Luego de un intro altamente influenciado en la televisión británica de los 90’s y la televisión de esta época en general, vemos cómo solía ser la vida de nuestros 5 protagonistas, cuando eran más jóvenes mientras nos cuentan la historia de la milla dorada.

Al volver al presente, podemos ver la vida de cada uno de estos 5 personajes y nos damos cuenta de lo miserables que son. Pete no intenta ser parte de su familia, Steven no se siente completo con la vida de lujos que lleva, en el transcurso de la película nos damos cuenta que Andy está lidiando con el divorcio con su esposa y ella teniendo la custodia de sus hijos y a Gary lo tienen en rehabilitación después de un intento de suicidio.

Este último, al recordar sus años de gloria, decide que tienen que volver a esta ciudad para terminar sus asuntos pendientes.

Después de toda una odisea por todos los once pubs llenos de robots (no robots), rostros conocidos de la juventud, escenas de acción dirigidas de la mejor forma y más alcohol de lo que se puede considerar “responsable”, encontraron su camino al destino final.

The World's End
The World’s End

Aquí es donde entramos al tema del que vamos a hablar esta vez.

Al llegar al último pub, el mítico The World’s End, se dan cuenta que ahí es donde se encuentran un escondite donde se ven cara a cara con la razón por la que todas las cosas están más raras que de costumbre.

Un destello de luz parpadeante a las pulsaciones de la potente voz de Bill Nighy (conocido como The Network). Este personaje omnipresente les explica a Gary y a Andy la razón de su existencia.

Y exactamente aquí es donde empieza una de las escenas mejor escritas en los últimos años.

Lo que inicia con una explicación civilizada por parte de este ente sin rostro, tratando de dar la razón por la que reemplazaron toda población de Newton Haven y seguido de una propuesta a “Gary King, of the humans” para unirse a ellos y volver como una versión joven de sí mismo. Propuesta que, obviamente por la actitud que ya conocemos de Gary y aparte de estar absolutamente ebrio, rechaza de la forma más dramática posible. Decapitando al robot (no robot) de él joven.

Then you have made your choice. Gary King, of the Humans

Responde The Network con un poco más de enojo. Vuelvan a leer la frase y vean la diferencia.
Exacto: Gary, King of the Humans.

La representación de los humanos en una discusión con algo tan poderoso como The Network la hace un ebrio. Un ebrio, terco, egoísta y con memoria selectiva, tal y como fuimos aprendiendo durante la película.

Esta luz le intenta explicar que ellos llegaron a la Tierra para mostrarnos el camino para ser mejores. Según The Network, somos los seres menos civilizados de la galaxia y seguimos teniendo los mismos ciclos de auto destrucción una y otra vez. Razón suficiente por la que ocupamos su ayuda.

Con esto se dispara la curiosidad de Andy quien no había dicho nada hasta el momento.

Dos ebrios contra el líder de un cambio en toda la humanidad.

Andy empieza a cuestionar a esta voz. ¿Quién lo puso a cargo? ¿Qué pasa con los humanos que sí son reemplazados? ¿Qué ha sucedido con las otras ciudades que han sido un fracaso tal y como sucedió con Newton Haven?

Preguntas que más allá de obtener una respuesta real denotan la curiosidad de alguien que ha tomado once cervezas y cinco shots en una sola noche.

Es una conversación que se vuelve cada vez más agresiva. Incluso cuando Steven llega y se les une. Tres ebrios cuestionando al alien que está reemplazando a todos los seres humanos de la tierra.

La estupidez y la terquedad de este trío hace que The Network desista. Que tal vez no vale la pena ayudar a los humanos. Todo porque estos tres son la única representación de La Tierra en estos momentos.

Estos somos nosotros.

Necios, ebrios, llenos de malas palabras, repitiendo nuestros errores una y otra vez, sin querer cambiar ni mejorar.

Y solo así, sucede lo siguiente:*

*Este es un extracto del guión original de esta película, escrito también por Edgar Wright.

THE LIGHT

It is pointless arguing with you.

You will be left… to your own

Devices.

 

GARY

Really?

 

THE LIGHT

Yeah. Fuck it.

Y simplemente así, nos dejaron. Pero, ¿esto es algo bueno?

Pues no necesariamente. Como se puede ver en el epílogo de la película, al perder la electricidad todo volvió casi a la edad de piedra.

Si bien lograron vencer a los aliens invasores, no es algo que benefició a la humanidad. No hubo una medalla de parte de la reina, no hubo una celebración al final de la película. Simplemente la gente tuvo que seguir adaptándose a sus nuevas vidas.

Y esto nos lleva a otro punto que amo de las películas de Edgar Wright: Consecuencias reales.

La destrucción de la civilización como la conocemos no es el inicio del tercer acto de la película. Este es el final. Al igual que los humanos conviviendo con los zombies en Shaun of The Dead o Baby cumpliendo condena en la cárcel al final de Baby Driver.

Un final puede ser feliz aún estando en una mala situación. Cada uno de nuestros protagonistas están, a su manera, felices.

The World's End
The World’s End

Estos son solo unos cuantos ejemplos de lo listo que es Edgar Wright y una razón más por la que deberíamos estar agradecidos por sus películas. De igual manera, emocionarnos de lo que venga en el futuro de la carrera de este talentoso director y guionista.

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