La última vez que supimos de Duncan Jones, vimos la decepcionante adaptación del videojuego, Warcraft. Tengo que admitir que lo dejé pasar porque desde cierto tiempo le perdí la esperanza a películas basadas en videojuegos.
Así que desde que desempolvó un guión que estuvo trabajando desde hacía años, incluso antes del estreno de Source Code o incluso Moon, y por fin llevarlo a la luz era algo emocionante para mi. El trabajo de Duncan Jones como director me parece una de las cosas más interesantes de la ciencia ficción de los últimos diez años.
El poder de tratar una película en un espacio tan reducido como una mina en la luna y convertirlo en una película que no se llega a tornar aburrida, o la forma en la que va desenvolviendo una historia poco a poco como lo hace en Source Code, la cual pudo tornarse repetitiva, no lo hace y al contrario llega a tocar temas tan profundos como la vida, la muerte e incluso múltiples realidades.
Y tengo que darle crédito a Jones por lograr formarse de su carrera sin tener que estar bajo la sombra de su padre. Más aún si su padre es una de las personas más legendarias como lo fue David Robert Jones, o más conocido por su nombre artístico, David Bowie.
Por todo esto, confiaba en que una historia de un bartender mudo en busca de su novia en un futuro a lo Blade Runner 2049 podría ser una buena idea. Aparte, un reparto con Alexander Skarsgård, Paul Rudd y Justin Theroux era una propuesta bastante sólida. Además, Jones se refería a esta como una secuela espiritual de Moon con rumores incluso de que Sam Rockwell iba a repetir su papel como Sam Bell de dicha película.
Cuando se dio a conocer que Netflix tenía los derechos de distribución tuve un poco de miedo. Lentamente la distribución de una película por medio de Netflix, al contrario a las series de televisión, se convierte en una forma fácil para las productoras con proyectos que no les tienen mucha fe. Sucedió con The Cloverfield Paradox y con Annihilation. Esto da para otro texto pero lo que quiero decir es que los estrenos de Netflix son casi de la calidad de lo que veíamos antes como los “straight to DVD”.
Y una vez más, me duele decir que Mute sigue por esta línea.
Con un sentimiento similar al que tuve con The Cloverfield Paradox, quise amar esta película, en serio traté de amarla pero no fue tan fácil como esperaba.
La película no es pésima, viendo en retrospectiva puede que The Cloverfield Paradox sí caiga en esta categoría y puede que fui muy suave con la reseña, pero ese no es el tema.
Mute es decepcionante, en muchos niveles.
Intenta muchas cosas que no termina de calzar en la historia o que terminan siendo innecesarias, como la ambientación cyberpunk que termina siendo como algo que sin problema se pudo haber omitido y la película no tendría ningún cambio.
Y no me lo tomen a mal, yo amo la ambientación cyberpunk, Blade Runner 2049 fue mi película favorita del año pasado, pero el punto de tener una ambientación tan representativa como esa merece que uno se comprometa e intente cosas nuevas en el género, no copias sin mucha gana de películas que hemos visto en los últimos 40 años.
En cuanto a las actuaciones, puedo resaltar un poco a Paul Rudd, quien aún con un personaje más agresivo y peligroso mantiene ese carisma característico y le da un brillo especial a las escenas donde aparece.
Justin Theroux da una actuación decente, a veces muy caricaturesco, otras veces más serio.
Skarsgård cumple sin pena ni gloria. El hecho de que sea un personaje mudo no es simplemente que no hable y ya. Sally Hawkins en The Shape of Water es un claro ejemplo de esto. No es solo el hecho de que a pesar de que este personaje pasó 30 años sin voz y no aprendió lenguaje de señas, sino que simplemente se ve como un personaje que no habla. No se llega a sentir creíble el hecho de que es mudo lo cual es una gran desventaja tomando en cuenta que es el personaje principal.
La historia termina siendo mucho más convencional de lo que intenta ser, con giros argumentales bastante predecibles y que se han visto decenas de veces en el cine. Solo una pequeña revelación en el tercer acto fue algo inesperado pero no llegó a cambiar mi percepción de la película como un todo.
Las conexiones con Moon aunque son un tanto divertidas, se sienten fuera de lugar y sin muchas consecuencias.
En fin, la película como un todo desgraciadamente no llega a estándares que ya habíamos visto de este director anteriormente. Lo cual es una pena ya que la semilla para crear una historia de calidad estuvo ahí pero no fue explotada de la mejor forma posible.
En serio intenté amar esta película, o al menos decir que me gustó, pero no hubo muchas razones para lograrlo.