Justice League: meh…

Sergio Beeche Antezana
Sergio Beeche Antezana

 

 

Sucede por el historial de la visión o la compañía productora que no logra sacar a flote las historias que adapta de los cómics más famosos del universo DC. Sucedió cuando la restricción de las críticas en Estados Unidos apenas se liberó y resultaran negativas, creando un ambiente de aversión hacia el filme.

Y seguirá sucediendo si el ojo creativo (con excepción de la muy bien lograda Wonder Woman) no tiene un enfoque más definido con la manera en que se cuentan los relatos de estos personajes, antes de preocuparse por el espectáculo visual, el bullicio y pensar que los golpes y la acción serán lo único que agrade a los espectadores. (En todo caso, podría ser mera fatiga —ya hasta reciclada— de superhéroes y la fórmula de siempre).

Justice League
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Ese fue el proceso mediático que tuvo la reciente agrupación de héroes extraordinarios en la bien enmarcada Liga de la Justicia (Justice League). Con eso en mente, y por curiosas maneras en que funciona la expectativa, era de esperar que el desastre fuera total al ver juntarse el montón de personajes. Las hazañas que realizaran como grupo debían ser emocionantes y de gran carga pasional por verlos luchar unidos ante las conocidas fuerzas que buscan destruir el mundo. Fórmula para triunfar o fracasar. ¿Qué tal si fuera un lugar en medio de eso?

Aquí, la escala siempre iba a ser mundial. Curiosamente, lo pequeño es lo que mejor funciona, y resulta, a final de cuentas, más interesante a la hora de ir conociendo a los personajes individuales que conformarán el grupo, no solo la exhibición (y efectos especiales) de sus habilidades. Hay cierto reconocimiento de las personalidades de cada uno y el razonamiento —un tanto apresurado— de por qué deben unir fuerzas. A pesar de transcurrir rápido para poder entrar en acción, la colocación de cada personaje, para luego tenerlos en la misma habitación, es fluida y de buena edición. Nunca se pierde el hilo principal con respecto a los secundarios (excepto con Jeremy Irons y J.K. Simmons: desperdiciados).

Justice League
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Las circunstancias e interacciones quedan perdidas con la entrada de las batallas y escenas de acción. Con cierto dinamismo entre personalidades, cada una parece sacada de su propio agujero para obligarlos a trabajar juntos. Lo curioso es que la relación entre todos tiene justificación dentro del relato. Por eso, parecen más comprometidos con sus papeles Gal Gadot y Ezra Miller, quienes brindan carisma y un poco de vida a la delgada caracterización y bromas baratas que tienen. Por otro lado, hay que soportar las terribles, terribles actuaciones de Ben Affleck y Henry Cavill. Una lástima que los héroes más poderosos sean encarnados por actores tan sosos.

Justice League
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Los hilos conductores se ven dispersos cuando entran las dos distintas visiones que quedan impresas en la versión final de Justice League. Es la mano de Joss Whedon, quien se encargó de editar el filme. Visión diametralmente distinta a la de Zack Snyder, director original que tuvo que lidiar con un asunto familiar antes de terminar la película.

De la mano de Whedon (quien también aparece como co-guionista), durante la primera hora, los diálogos aparecen adecuados y justos para plantear conflictos y temas propios de las circunstancias en las que se ve implicado el universo de los héroes. El debate de la traída de vuelta de Superman es particularmente ingenioso. Ojalá y todo el filme fuera así, porque ya durante la segunda mitad, se concentra en la fórmula conocida y bulliciosa de las películas de acción, con un clímax apenas satisfactorio y la resolución rápida de los arcos narrativos. Felices como perdices.

Justice League
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Eso sí, el cierre del filme es más concreto que cualquiera de los del universo vecino. Aprecio que exista una posibilidad hacia el futuro, pero que la historia que vemos aquí queda concretizada sin necesidad de emocionar para las inevitables secuelas. Se pasa el rato y no daña más que al montón de moscas monstruo espantosas que funcionan como ejército malvado. Por eso, mejor no pensarla mucho y seguir con lo demás, no quiera uno quedarse atascado en el aparatoso y tieso disfraz de Batman.

Calificación: 6

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