Ava DuVernay, primera cineasta afroamericana en ser nominada a un Globo de Oro por su labor en la cinta Selma, es la encargada de traer a la vida Queen Sugar, co-producida por Oprah Winfrey para su canal OWN. Adaptada de la novela epónima escrita por Natalie Baszile, Queen Sugar gira alrededor de los Bordelon, y en especial de tres hermanos, que heredan 800 acres de cultivos de caña de azúcar, luego de la muerte de su padre.
Como dicen por ahí, las bodas y los funerales suelen congregar a la familia en un mismo lugar, a pesar de los roces existentes. En este caso, la muerte del patriarca Bordelon, uno de los más grandes cosechadores de caña de azúcar del sur de EEUU, es lo que provoca que los tres hijos se reúnan nuevamente. La tía Violet (Tina Lifford) y su pareja Hollywood (Omar Dorsey) son estandartes del núcleo familiar, velando por cada miembro de ella con un especial cariño y dedicación.
Nova (Rutina Wesley, a quien recordaremos como Tara en True Blood) es activista, curandera por medio de plantas medicinales, practicante de santería y formidable reportera. En su labor como periodista independiente, y gracias a su valentía, ha logrado destapar el racismo colectivo y el trato inhumano al que son sometidos las personas de color, especialmente en entornos carcelarios. Un alma libre, es lo opuesto a sus hermanos.
Charley (Dawn-Lyen Gardner) es culta, emprendedora, una mujer de negocios y ex esposa de un jugador de la NBA. Digo ex porque su esposo, Davis (Timon Kyle Durrett), se vio envuelto en un escándalo sexual, con grandes repercusiones para Charley y su hijo adolescente, Micah (Nicholas L. Ashe). Criándose de manera privilegiada durante toda su vida, Micah deberá asumir ciertas realidades acerca de su identidad que irá interiorizando. A pesar de tener una madre blanca, el vínculo de hermandad que tiene Charley con Nova y Ralph es inquebrantable. Pasa a convertirse en la primera mujer afroamericana en ser dueña de un molino de caña de azúcar en todo Louisiana, lo que constituye un gran logro.
Ralph Angel (Kofi Siriboe) es un padre soltero y recién salido de la cárcel. Trata con todas sus fuerzas de ser un decente candidato para dirigir las plantaciones y cosechas de la nueva hacienda, pero sus esfuerzos se ven interrumpidos al tener que lidiar con la madre de su hijo, Darla (Bianca Lawson). Ella, drogadicta en recuperación solo quiere volver a ser parte de la familia. Uno de los vínculos más fuertes es el de Ralph con el pequeño Blue (Ethan Hutchison), a quien le quiere brindar la vida más digna posible.
Los que se aventuren a ver la serie, van a confrontar escenarios duros de asimilar, pero cada subtrama es tratada con una sensibilidad especial, pocas veces vista en este tipo de producciones. Piensen en un This Is Us o un Parenthood con personas de color. Es refrescante. Todas las actuaciones son valiosas y se apoyan las unas de las otras: todos son indispensables.
Queen Sugar es un drama familiar cautivador desde el primer momento. Además de ser sumamente emotiva y muy bien conducida, es estética y visualmente placentera, con encuadres y composiciones que recuerdan a los mejores episodios de Mr. Robot, aunque no tengan nada que ver temáticamente. Encanta su trasfondo, al ser filmada en New Orleans e involucrar la cotidianidad de cada miembro de la familia y sus allegados. Las historias que tratan acerca de afroamericanos normalmente conllevan experiencias duras, pero esta es más intencional, y a su vez más consciente, haciendo eco al movimiento de Black Lives Matter.
Somos partícipes, casi que de manera íntima, por la manera en la que está filmada, de sus alegrías y tristezas; el dolor de las pérdidas y el luto que estas conllevan; sus éxitos y fracasos personales y profesionales; las adicciones que los llevan a sembrar discordia; divorcios y enfermedades; engaños, egoísmo y luchas sociales; los conflictos de una gran herencia en común, viéndose reflejado el interés de terceros por el poder. Aborda todo esto sin llegar a caer en clichés o estigmas, y esto se le aplaude a los escritores y al grupo de directoras, todas mujeres.
Pero también refleja la necesidad innata de ser amado y reconocido que todos los seres humanos conllevamos por dentro; sentimientos de bienestar, lealtad, solidaridad, y fundamentalmente, unión familiar. En medio de que a todos nos toca vivir historias desgarradoras, es muy gratificante encontrar en ella la esperanza de que el bien predomina: los pequeños momentos de felicidad son los que hacen de la serie algo que queramos continuar viendo. ¡Por muchas temporadas más!
Los dejo con las palabras de DuVernay acerca de su proyecto:
There is fresh air and room to roam. There is an artist-driven atmosphere and an intention to share stories that nourish. There is a spirit of inclusivity and imagination moving at all times.