Hubo que esperar mucho tiempo para poder ver el espectáculo visual que es Star Trek: Discovery. Y en ese apartado, no defrauda ni un ápice. No hay duda de la dedicación que la cadena productora (CBS) tomó con el proyecto para que saliera bien en todos los aspectos posibles. Tan es así que la serie continuó producción cuando su creador, Bryan Fuller, se retira de su trabajo por conflictos creativos. De todos modos, el resultado final mantiene un aire fresco dentro de los aspectos conocidos del popular universo creado en 1966.
Ahora, la mejor parte de Star Trek: Discovery es que no parece tener ganas de mostrar demasiada acción innecesaria (solo lo justo) o secuencias con tanto movimiento (la debilidad más grande de las películas más recientes). El concepto central, a juzgar por los dos primeros episodios, se basa en caracterizar a sus personajes; por ahora, solo los principales. Las dinámicas que se establecen entre las dos mujeres al frente es audaz, dedicada y de inmensa fortaleza. Ellas son Sonequa Martin-Green y Michelle Yeoh, ambas actrices sobresalientes y comprometidas con sus papeles, concretizando la parte más interesante de esta nueva generación de la saga.
Como promesa de su título, lo esperado de la serie sería que el universo de Star Trek sea explorado desde la inmensidad y vastedad que tiene y, además, de lo puede ocultar. La exploración de nuevos mundos y las consecuencias que vengan de esas interacciones con seres desconocidos son parte del encanto que caracterizó los primeros programas; algo que se puede mantener en esencia con las exigencias de la actualidad. Siempre con elementos de peligro y acción, pero junto a características de astucia e investigación que den el balance entre historia, personajes y el desarrollo de ambos en conjunto.
La debilidad de la serie está en sus villanos. Representados apenas como figuras antagónicas un poco sosas que hablan muy lento entre ellos (agradable que se comuniquen siempre en Klingon —que puede, además, seleccionarse como opción en los subtítulos—*). Hasta el momento, no hay muchas pistas de establecer algo más allá de sentimientos de venganza o conquista por parte de estos seres que tienen buen maquillaje prostático, pero que justo eso no les deja hablar bien ni mostrar mucha emoción fuera del diálogo de exposición que recalca todo lo que piensan y sienten. Lástima.
Entre la temática de aventura y exploración, las manifestaciones de vida inteligente de otros mundos y los alcances tecnológicos que están al servicio de los personajes, la serie tiene potencial de ser imperdible (una pequeña discusión sobre la ética con una computadora durante el segundo episodio estuvo particularmente ingeniosa). En especial, porque la protagonista, Michael, mantiene una extraodinaria seguridad en sí misma y en las acciones que realiza; además de ser tan proactiva y capaz mientras nos demuestra su lado vulnerable. Es el centro principal adecuado, lo cual hace sus escenas las más interesantes.
Entonces, junto a diferentes posibilidades de expandir y explorar su elenco para perdurar durante más temporadas, Discovery llega como la opción perfecta para los fanáticos de la saga y un inicio adecuado para los novatos. Una vez que el lazo de la audiencia con las protagonistas queda asegurado, el resto solo debe manifestarse en aventuras ingeniosas, centradas en la premisa —o promesa— inicial, escondida ahí, en el título mismo.
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*Star Trek: Discovery es producida como la segunda serie exclusiva para el servicio por Internet de la cadena de televisión CBS, CBS All Access. Para Latinoamérica, como parte de algún trato monetario que desconozco, estará disponible en Netflix semanalmente. El problema es que Netflix la promocione como parte de su marca cuando debe alinearse a sacar un episodio individual en fechas establecidas (no la temporada completa como sus verdaderas series originales). Pongan atención a los cortes en negro que distinguen la entrada de los comerciales. En todo caso, resulta una ventaja para nosotros (fuera de Estados Unidos) poder ver este tipo de series más rápido, con facilidad y alta calidad de imagen. ¡Y subtítulos en Klingon!