Durante abril, mayo y junio estuvimos sobrecargados de series y era tarea casi imposible mantenerse al día con todas. Ahora es tiempo para ver todo lo que no se pudo en su momento, especialmente con la revelación de los nominados a los Emmys 2017. Aun así, siguen habiendo series de estreno en esta temporada de verano y aunque hay menos opciones, hay unas cuantas que no podemos dejar pasar.
John Singleton fue el primer director afroamericano nominado a un Oscar por allá de 1992 por Boyz n the Hood. Las memorias de Singleton creciendo durante las décadas de los ‘70s y ‘80s son parte fundamental para construir esta historia y traer a nuestras pantallas la nueva producción de FX, Snowfall, co-creada con Eric Amadio y Dave Andron. Hasta el momento, se han estrenado 2 episodios y en ellos me basé para este review.
Sur de Los Angeles, 1983
Franklin Saint (Damson Idris), joven de 19 años, vende marihuana para su tío, pero quiere escalar rápidamente, y es seducido por el mundo del dinero fácil y el desenfreno. Al conocer al dealer psicópata israelí Avi Drexler (Alon Abutbul) se arma de valor y promete vender un kilo de coca en 24 horas y si no, sufriría las consecuencias.
Luego, con la mente fría, Franklin se da cuenta que no es tan sencillo cómo pensaba, especialmente cuando su tío Jerome (Amin Joseph) no le quiere ayudar, algo con lo que él contaba. Lo que nadie se esperaba: su tía Louie (Angela Lewis) escucha la desesperación en la voz de su sobrino y viene a su rescate.
Singleton experimentó en carne propia el incremento en la violencia y la disparidad económica al mercadear crack sobre otras drogas. En sus propias palabras:
I remember friends who never had any money starting to have money. It was like, ‘OK, that’s where it’s coming from.’ I’ll never forget seeing kids I knew – who used to play ball with us – shaking down grown people for money they owed for drugs. Seeing a kid, just nine or 10, kicking a grown man in the leg saying, ‘Motherfucker, you better get me my money.’ It was surreal.
La gran duda era si Idris, actor británico en el 2017, podría capturar la esencia y los matices de un adolescente estadounidense en los años ‘80s. Por dicha, sí estuvo a la altura, y puedo decir que su fragmento de la trama es la que más me atrapó.
Varias caras de una misma moneda
Podemos apreciar también cómo operan los distintos niveles, ofreciéndonos amplias perspectivas al respecto. Lucia Villanueva (Emily Rios) es la hija de un narco mexicano que quiere formar parte del negocio familiar hasta llegar a tomar las riendas del mismo. Gustavo “El Oso” Zapata (Sergio Peris-Mencheta), un atleta de lucha libre, hace el trabajo sucio que ella no está dispuesta a concretar.
Por otra parte, una lección de historia no caería nada mal para comprender el contexto: los Contras eran un grupo guerrillero anti Sandinista en Nicaragua, subsidiado militar y económicamente por el gobierno de EEUU (la administración Reagan en aquel momento).
El gobierno obtenía ese dinero vendiendo crack a las comunidades afroamericanas y armas a los iraníes. Lo irónico es que fue la misma época en la que Nancy Reagan fomentó su campaña de “Just say no to drugs”. Ahí hubo gato encerrado, ¿no creen? Para reflejar esa corrupción en la serie, contamos con el agente de la CIA Teddy McDonald (Carter Hudson).
Las tres historias hasta el momento se interconectan de manera tangencial. La serie puede resultar familiar, pues hace eco a The Wire, las películas de Michael Mann y a varias otras cintas exponentes del hyperlink cinema, de las cuales escribí un tiempo atrás. Aun así, todos los ingredientes están ahí para hallar su voz propia: una atmósfera bien establecida, interés por los personajes y un soundtrack matador cargado de funk vintage y rock clásico. ¿Listos para ver el nuevo hit del verano?