Hace poco terminé de ver la tercera temporada de Grace & Frankie y, la verdad, esta vez tengo mis reservas. Le cuento que he sido fan desde el inicio de la serie y la vuelta que le dieron a la carrera de Jane Fonda y de Lily Tomlin, pero esta temporada no tiene la misma energía que tenían las primeras dos.
Desde aquí hay todos los spoilers que se puedan imaginar, así que quedan advertidos.
Desde la segunda temporada vimos como 2 mujeres que están en un lugar muy difícil de sus vidas deciden hace un negocio. ¡A los 70 años! Y este negocio no es más ni menos que una fábrica de consoladores para mujeres mayores. Estos nuevos consoladores tienen mango suave y agarradera fácil, una pantalla para ajustar las velocidades con luz y botones grandes para ver sin la necesidad de anteojos. Un producto bastante innovador y que al parecer no daña las muñecas con artritis. Go you girls!
Por esto de verdad me alegro, porque les va muy bien desde el inicio con la venta del producto. Lo difícil de todo es como vendérselo a sus amigas. En los capítulos finales van a poder ver una sesión de grupo un tanto incómoda con señoras que pertenecer a un grupo de iglesia. Obviamente salieron corriendo después del pitch que les dio Grace.
Por si quieren un resumen
Sol y Robert están más unidos que nunca (#lovewins) pero no ocurre mucho más en la relación de ello. Ahora se dedican a hacer obras de teatro en la comunidad y luchar con los grupos homofóbicos que le quieren robar el protagonismo a su trabajo. O mejor dicho, les impide disfrutarla como deberían.
La trama un poco más interesante sucede alrededor de los hijos de ellos. Las hijas de Grace tienen un rumbo nuevo en su vida y no se entiende muy bien cómo puede terminar de buena manera para ninguna de las dos. Esta parte se las dejo para que ustedes la vean.
Los hijos de Frankie por su lado encuentran el amor y una casa bastante pequeña en donde Coyote tiene un poco más de libertad para ser él y disfrutar de sus dos años de sobriedad. Bien por él.
Lo que me faltó
Lo que amaba de esta serie era ver el drama humano de dos esposas que no sabían qué iba a pasar con sus vidas, luego de estar casadas tantos años. Todo el sufrimiento emocional que tuvieron que pasar es lo que hacía esta serie tan entretenida. El tratar de salir adelante de una situación casi imposible para cualquier persona era lo que hacía que se mostrara un lado más humano, especialmente, de personas que casi nunca tienen protagonismo en la televisión.
Ahora que son mujeres exitosas, que está todo bien, los problemas que ellas tienen no son los mismos que vimos anteriormente. Ahora tratan, en miles de reuniones, de tener el financiamiento necesario para que su Menage a Moi sea un éxito en el mercado.
En esta temporada también ingresa un nuevo interés romántico para Grace de la mano de Peter Gallagher. Tal vez, lo recuerden la muy famosa serie The O.C. El ingreso de este personaje fue un toque brusco e innecesario. Esperemos a ver como evoluciona él y sus cejas con Gracie.
Lo que rescato
Hay una razón de peso que creo que lleva al clímax de esta temporada y es que Frankie con su novio actual se ve envuelta en un dilema. Pasar a vivir a Nuevo México y tener su vida con él o quedarse con Grace y ver como florece el negocio de los consoladores. Es una situación que no tiene respuesta fácil. En esta parte, la serie hace un claro contraste con esta situación y lo breve que es la vida y cuál es la mejor forma de aprovecharla.
Cómo dicen, la vida es muy corta y hay que saber cómo vivirla. Hay que tomar las decisiones correctas, en el momento indicado. Pero, ¿cómo saber cuál es? Creo que muchas veces necesitamos montarnos en un globo y dejar que le viento nos lleve a donde tenemos que ir. ¿Verdad?
Les dejo el tráiler de esta nueva temporada:
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