Nunca es fácil decir adiós. Muchísimo menos a alguien que hemos visto en pantalla interpretando el mismo personaje por 17 años. Sí, 17 años han pasado desde que fue estrenada la primera película de X-Men y cuando vimos por primera vez a Hugh Jackman y a Patrick Stewart interpretando a Logan y a Charles Xavier respectivamente.
Buenas y malas películas han pasado durante ese periodo de tiempo pero algo innegable es lo icónico que se ha vuelto la imagen de estos dos personajes en la gran pantalla. Lo cual hace pensar en esta película un golpe emocional inmenso al ser la última vez que los vayamos a ver interpretando estos personajes.
Otra de las razones emocionaba a los fans era que por fin íbamos a poder ver una película de Wolverine que sea Rated R (o para mayores de 18 años). Algo que tenemos que estar agradecidos por el tremendo éxito que tuvo Deadpool el año pasado y para recordarnos que una película calificada para adultos puede recaudar mucho dinero si se hace bien.
Y todo eso se pudo ver con solo los trailers que nos prometían una versión más sombría e incluso más depresiva de lo que habíamos visto en el universo de X-Men.
Y bueno, al final puedo asegurar que el reinado de Deadpool como la mejor película de este universo le duró muy poco. Logan no es solo una excelente película basada en un cómic. Es una excepcional película y el mejor cierre a la carrera de Hugh Jackman como Wolverine.
La historia, situada ya en un futuro no muy lejano, Logan está envejeciendo y su poder curativo ya no es lo que solía ser. Por razones que no prefiero contar, Logan y el Profesor Xavier, quien tampoco está en las mejores condiciones posibles, se ven envueltos en algunos problemas por tener que llevar a una pequeña niña a un lugar en específico.
Esto realmente es lo que ocupan saber en cuanto a la sinopsis. Y les recomiendo que así disfrutarán de la mejor forma esta película.
Empezando a hablar de la película como tal, y describiéndola en una sola palabra, sería sin duda alguna “brutal”.
Y no me refiero solo a la violencia, sino también de los temas, los personajes, la historia, la ambientación. Incluso la música y la cinematografía influyen en ese sentimiento de un mundo muy diferente al que vimos en algún momento en este universo.
La historia es muy sencilla y tampoco intenta complicarse mucho. Llevar algo (o alguien en este caso) del punto A al punto B. Nada que no hayamos visto antes. Pero la ejecución dirigida por James Mangold es impecable y la hace algo más que solo una película de superhéroes.
Y es que esa es una de sus virtudes. Es una excelente película. Punto.
Claramente está más a un nivel de seriedad como la trilogía de Batman de Christopher Nolan y no tanto a algo visto en los Avengers. Se siente real y oscuro. Pero tampoco se llega a sentir forzado. No es una medida de mercadeo para vender más porque “a Nolan le funcionó.”
La transición a pasar de PG-13 a R se siente muy orgánico y esencial para la historia que se iba a contar.
Hablando del Rated R, no se dejaron nada escondido. Desde la primera escena de la película, uno sabe que va a ver una película muy diferente a lo que conocíamos.
Sangre, brazos, piernas, malas palabras, cabezas, y mucha más sangre.
Me gusta pensar que lo que hizo Deadpool con el Rated R en la comedia, Logan lo hizo con el drama.
Las influencias están ahí y son bastante claras. Desde un claro amor puesto en pantalla al género de los Western clásicos, así como similitudes a algunos Western contemporáneos como No Country for Old Man o Hell or High Water. La similitud visualmente hablando a The Last of Us y Children of Men. Incluso influencias ya nombradas por Mangold como The Fighter.
Las actuaciones también son de un gran nivel. Hugh Jackman da la mejor de sus interpretaciones en toda la saga, al igual que Patrick Stewart. Uno les cree que llevan años conociéndose y sabe que han pasado por mucho, incluso sin haber visto todas las películas. Al igual que Dafne Keen quien interpreta a la pequeña Laura, es fenomenal. En serio es de tener bajo el radar de ahora en adelante.
En fin, Logan es un increíble viaje de emociones, una nostálgica despedida a un amado personaje y un ejemplo más de lo que debería ser una película de superhéroes.