Como saben esta serie hizo estragos en los Emmys 2016 con 22 nominaciones y 9 estatuillas. Después de esto, sentí la necesidad de verla completa y no duré mucho en darme cuenta que esta tiene que ser una de las mejores series de Ryan Murphy.
Yo sé, yo sé. Primero que nada, la serie la crearon Scott Alexander y Larry Karaszewski. Segundo, la serie está basada en libro que escribió Jeffrey Toobin. Así que tranquilos, yo sé que técnicamente no está hecho por Murphy, pero es uno de los tantos productores y además director de varios episodios. Así que para mí tiene una gran influencia en el desarrollo de toda la serie.
Si la comparamos con el resto de series que ha hecho, debo decir que se quedan cortas. Les voy a explicar una por una.
Glee: Nació como una serie innovadora e interesante que mezclaba música e historia de una manera nunca antes vista en la tele. Sin embargo, después de la muerte de Cory Monteith la serie perdió la fuerza que llevaba y seamos sinceros, para esa parte, ya se estaba quedando sin aire. Con un aire atropellado y desafinado, dejó a muchos de los seguidores pensando en qué demonios se estaban fumando en el cuarto de escritores. ¡Le cantaron una canción a un gato que tenía su propio canal de Youtube! Sí, así como lo leyó.
American Horror Story: Ok aquí se pone un poco más complicado porque confieso que me gusta mucho toda la idea de que sea un terror poco convencional. Actrices que, como Jessica Lange, le dieron mucha vida a las primeras 4 temporadas de la serie. Después, se perdió el sentimiento original que tenía la serie. Aunque debo admitir que My Roanoke Nightmare bien puede salirse de este esquema.
Scream Queens: Nadie sabe por dónde va esto. Tramas súper complicadas sin ninguna razón y chistes muchas veces quemados, no es la mejor serie de Ryan. Las historias que sacan y los one liners, de vez en cuando hacen que la serie sea más llevadera, sin embargo, no me termina de convencer del todo.
Ahora, como pueden ver, este prolífico productor tiene en su haber series que nos han marcado para bien o para mal.
Cuando fue anunciada su participación en esta nueva instalación en escena de uno de los crímenes más famosos de todos los tiempos, pensé que iba por el mismo camino. ¡Estaba completamente equivocado!
Cada capítulo te lleva más y más adentro de la historia de una manera creíble y sin forzar emociones por parte de los actores. Una historia lineal y llena de intrigas que mucha gente que seguía el juicio desde su casa nunca llegó a conocer. El trabajo realizado por los equipos de abogados, todos los problemas que tuvieron los jurados y toda la situación que encierra un caso que terminaron señalando como un crimen que habría sido juzgado diferente si O.J. hubiese sido blanco.
Muchos errores se cometieron en el juicio por ambas partes, pero no hubo ningún error en la producción de esta serie. Completamente adictiva y recomendada por mil.
