Elle es cine transgresor, desafiante, contundente

Sergio Beeche Antezana
Sergio Beeche Antezana

 

 

 

Las historias que se cuentan en cine, por una u otra razón, siguen ciertas reglas que estructuran el relato y forman una coherencia lógica dentro de las imágenes que presenta el filme. Así como pueden existir excepciones en cuanto a ritmo, acercamiento o estilo, todo tiene algo que contar. El texto fílmico explícito será lo que lleve a que el espectador encuentre o interprete el subtexto y aquello que la película quiere decir. De lo contrario, serían un montón de imágenes puestas una después de la otra, sin sentido alguno.

Entonces, hay historias que se cuentan solas, que sus premisas se prestan para desarrollar fácilmente, en las cuales una cosa lleva a la otra y todo termina en su lugar, más o menos desde la perspectiva que se le dio. En cambio, hay relatos que, por más fáciles que parezcan, resultan los más difíciles de asimilar. Más por su complejidad y profundidad que por su simple manera de ser estructurada.

Elle
Elle

En Elle, por más que parezca de esa manera y lleve una estructura conocida del desarrollo de su trama para quien la vea, no deja de sorprender durante los 130 minutos de su metraje. Para empezar, no hay un solo giro narrativo que no sea satisfactorio (y bien que los hay a partir de su cargada premisa). El planteamiento del guion, desde su estructura y desarrollo, fluye a la perfección dentro de una combinación perfecta, con el estilo y la gracia que impregna su director, Paul Verhoeven, a las imágenes. Lo que lleva a una edición precisa y puntiaguda, sin salirse de un estilo más neutral y apropiado para lo básico que es contar una historia.

La música y la genial fotografía (cremosa y rojiza) aportan increíble atmósfera a los escenarios casi teatrales que se disuelven y forman parte de la vida de la protagonista, de la cual seguimos su viaje. Lo que culmina en la fabulosa caracterización, construcción y desarrollo de uno de los personajes más complejos y contundentes que se haya visto en el cine en mucho tiempo.

Elle
Elle

Ahí, Isabelle Huppert respira las contradicciones de su personaje, Michèle. Ella es el brío enigmático que trasciende cualquier estereotipo o siquiera personalidad fija que se acostumbra a ver en las películas. Su actuación es tan buena, que no opaca al resto del elenco o a la historia misma; sobresaliendo de todas maneras. A través de ella es que aparecen las maneras incómodas, misteriosas, atrevidas y enigmáticas de esta mujer que debe soportar la violación de un hombre encapuchado que la ataca al irrumpir en su casa. Además, tiene las dificultades de ser diseñadora de video juegos (ni más ni menos), los altibajos emocionales de su hijo y ex marido y debe enfrentar la paradoja que es ella misma frente a todo lo que la rodea y la define. Parece mucho, pero no hay cabo suelto ni pieza que no quepa a la perfección en el rompecabezas que es Michèle; que es ella.

Así, Elle es un monstruo de película que abarca, estira, encoge, sugiere, denuncia, contradice, alarma, asusta, divierte, plantea y deconstruye (Ignatiy, incluso, la llama “corrosiva”). Todo en una línea argumental que no deja ni una sola de sus subtramas olvidadas, solo para hacer cada una más importante conforme se llega al desenlace. La sutileza y crudeza de los acontecimientos no son tomados a la ligera en ningún momento, pero siempre están dentro de una apropiada caracterización de este bizarro personaje que no deja de sorprender, por dentro y por fuera.

Elle
Elle

Dentro de una ambientación misteriosa e incómoda, se presentan características grotescas e irónicas (se notan las risas nerviosas de la audiencia al verla) en las escenas bien planeadas y escogidas. Con una representación completa e intrigante de una sexualidad propia y clara de esta mujer con un pasado revoltoso y un presente escandaloso. De esta manera, se abre la oportunidad para encontrar sutiles referencias y conceptos del poder, amistad, sexualidad, venganza y resentimiento, referenciados en relaciones madre-hija y madre-hijo, en las amistades de toda una vida, en camaradería y sospecha entre vecinos y hasta en curiosos detalles de las creaciones de video juegos.

Las emociones que transmite Elle son parte de una experiencia tan intensa e interesante que solo podrían darse con un filme de este calibre. Sea cual sea la interpretación de lo que se ve y se analiza, es la sensación que deja la película luego de vista lo que la hace tan sugestiva. No queda olvidada en la sala, sino que deja un resabio en la mente de cada espectador, para bien o para mal. Al final, llena de contradicciones y manifestaciones de su propia profundidad (que la enriquecen aún más) y lista para sacudir las incomodidades externas de cualquiera, la película se corona como uno de los estudios de personaje más intensos y bien contados que ha tenido el cine de los últimos años. No se la pierdan por nada del mundo.

Calificación: 10

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