Hasta hace un mes yo no tenía la más mínima noción de todo el arte y contenido psico-sexual que representa la serie televisiva American Horror Story. ¡Pueden amedrentarme, lo merezco! Pero nunca es tarde para descubrir tesoros. Y en menos de 30 días me he consumido las cinco temporadas que produce mi nuevo Dios: Ryan Murphy. Más allá del suspenso y el arte estético de los charcos de sangre de alguien que acaba de ser degollado, estoy extasiado por los intertextos que la serie –creada en 2011– representa.
Hay una carga sexual interesante, un feminismo que pone en contexto a la mujer madura, un fulgurante vuelco a las preferencias sexuales y un diseño de vestuario que quiero ya mismo para mi guardarropa, I’m a fashion lover. Es así que no puedo esperar más y descubrir el 14 de septiembre qué nuevas sorpresas nos depara la sexta entrega de este proyecto que considero transgresor y vanguardista.
1. Acento feminista
American Horror Story nos ha mostrado que ser feminista no es malo como nos lo han hecho creer. No le tengas miedo a la palabra si eres un macho alfa, y siéntete orgullosa de nombrarte “feminista” si eres una mujer que goza de su libertad a plena conciencia.
La mejor representante de este ejemplo es Jessica Lange a quien tuvimos el gozo de ver de la primera a la cuarta temporada. Como Constance Langdon, Jude Martin, Fiona Goode y Elsa Mars, la actriz nos mostró que una mujer madura puede ser tan sensual como se quiera ¡Quién te va a venir a decir cómo actuar o vestirte, vida sólo hay una! En sus cuatro personajes nos mostró además que se puede ser tan libertaria y auténtica con maldad o sin ella. Aplauso para el señor Murphy que reconoce el valor histriónico de mujeres mayores como Lange y las encumbra en roles destellantes.
2. Fashionista de la A a la Z
Con los personajes de Sally McKenna, Liz Taylor y La Condesa –Sarah Paulson, Denis O’Hare y Lady Gaga, respectivamente– American Horror Story se graduó con honores en diseño de vestuario. Lou Eyrich –creadora del concepto estético de los personajes– es una diosa, me quiero casar con ella.
De temporada en temporada fuimos descubriendo la moda de los años 20s, 30s, 50s, 70s, 80s y el presente, todo cuidado con una línea muy propia de cada década, pero en la quinta temporada –que es la más oscura– hay un propuesta clara de lo que significa la serie, con la opulencia y glamour de Gaga, lo chic e inobservante de Paulson y lo atrevido y revolucionario que nos ofreció el personaje de O’Hare.
3. Diversidad sexual
No hay nada más emotivo y reconfortante que ver una serie de televisión de suspenso y terror que englobe en la historia personajes abiertamente sexuales y homosexuales, una desinhibición del ser donde se aprecia que el deseo, la pasión y a veces el amor, va más allá del género y se enfoca en la atracción. Si eres puritano te vas a ruborizar, pero bien que lo vas a disfrutar. Es interesante como cada día que pasa, las libertades de temática y lenguaje se van abriendo para el espectador.
Y también es importante que no se estereotipa al elenco, recordemos que Zachary Quinto, Denis O’ Hare y Matt Bomer son abiertamente homosexuales, han encarnados papeles gay en esta serie, pero también heterosexuales y el trabajo histriónico sigue siendo valiosísimo ¡Ya era hora, estamos en el siglo XXI!
4. Sin complejos
Sadomasoquismo, fetichismo, hedonismo, bisexualidad, ménage à trois y toda la amplia gama de la sexualidad son representados en American Horror Story, y me encanta. Es un universo apasionado y carnal compuesto de elementos cinematográficos llevados a la televisión, es una alegoría a la libertad, al placer y al voyerismo.
No te sientas culpable de sentir gozo al ver una escena erótica, es lo más natural del mundo, aunque la religión nos haga pensar lo contrario. Gracias American Horror Story, eres una de mis series favoritas.