Es gracioso. En tan sólo este año ya he hablado de dos interpretaciones de los 80’s (Paper Girls y Stranger Things) y antes de eso hice un texto de la sobre explotación de la nostalgia en la música, cine y televisión. Pero, aun así, henos aquí. Escribiendo de otra representación de la cultura de los 80’s y que tiene todo para estar en un Top 5 de mejores películas del año (o al menos en el mío).
Para los 5 gatos que me conocen, saben que la música, al igual que el cine, es parte importante de mi vida, y cuando encuentro películas en las que la música juega un papel importante, o es el tema principal de esta, es muy posible que me vuelva fan casi de inmediato. No por nada Almost Famous es mi película favorita de toda la vida.
Así que me senté a ver Sing Street con mucha expectativa, gracias a la recomendación de un par de conocedores de lo que es bueno (Julio y Elena MVPs) y el hecho de que la película fue dirigida por John Carney conocido por dirigir Once y Begin Again, dos películas con la música como parte esencial para la historia.
¿Pero de qué trata Sing Street y por qué tienen que verla?
La historia comienza cuando a Conor, el hijo del medio de una familia en Dublin en pleno 1985, es cambiado de una escuela privada a una escuela católica bastante problemática. De ahí conoce una chica mayor y la convence de que él tiene una banda para impresionarla. Luego de esta conversación tiene que buscar gente para crear dicha banda.
Con esto dicho, tengo que recalcar que Sing Street es una de las mejores películas del 2016.
Comenzando con la ambientación que, a pesar de suceder en 1985, no es para nada similar a lo visto en Stranger Things. Desde los primeros minutos nos recuerda que aunque estamos viendo algo situado en 1985, está sucediendo en medio de Europa. Tomas en las que predomina los colores grises y no tanto los colores brillantes de los que estamos acostumbrados a ver en películas de esta época.
El guion y la historia, ligeramente basada en algunas vivencias del mismo Carney en esa época y lugar, son muy originales y al final, son ejecutadas de gran manera.
El elenco, en su mayoría desconocido (exceptuando a Littlefinger Aiden Gillen y Jack Reynor conocido por la infame Transformers 4), fue increíble. Desde los integrantes de la banda, la familia de cada uno de estos, los bullies de la escuela, el reverendo. En fin todos logran grandes actuaciones pero los que se roban el show una y otra vez son tanto Conor, nuestro protagonista, Raphina, la razón principal por la que se empezó la banda, y el hermano mayor de Conor o el guru musical de la banda.
Y por obvias razones hay que hablar de la música, porque la música en esta película es increíble. Cuando les dije que los personajes aquí formaban una banda supongo que se pudieron haber imaginado algo como Hard Rock o un Punk tipo The Clash. Pero no, cada canción que van escribiendo suena a géneros y bandas muy diferentes entre sí. En alguna pueden sonar como Duran Duran, en otra como The Cure, Spandau Ballet entre muchos otros.
Y podría seguir hablando del guion por horas. Personajes bien creados, con interacciones entre ellos demasiado naturales y con decisiones que toman en la película que siguen fielmente las personalidades de cada uno.
La historia se puede escuchar muy genérica o incluso hasta cliché pero el ingenio con el que es construida esta película es lo que sea cualquier cosa excepto genérica.
En fin, Sing Street es una de esas películas que ocupan un pequeño empujón para que logren tener el respeto, la admiración y el reconocimiento que realmente se merece. La ambientación es buena, el guion es admirable, la música original y la historia es casi Freaks and Geeks meets School of Rock.
Por favor háganse un favor y vayan a ver esta película lo antes posible.
