El arte de dibujar es tan viejo como la historia misma. Desde los jeroglíficos, pasando por los retratos, hasta las tiras cómicas en los periódicos y las caricaturas de Bugs Bunny y el pato Lucas. Y desde esos días donde la razón principal de las caricaturas era divertir a los niños hasta nuestros tiempos, ha habido una evolución en la animación a pasos agigantados. Mejor animación, mejor producción y, lo más sobresaliente, mejores historias.
Pero aunque las cosas han cambiado para la animación, algunas personas no llegan a notar eso y lo siguen viendo como cosas para niños con moralejas para niños y ya. Y algunas personas que se encargan de producir estos programas y películas han usado esto para pasar de forma desapercibida, mensajes más serios y maduros de lo normal.
En estos días me he estado dedicando a volver a ver las dos temporadas de Bojack Horseman para llegar con los recuerdos claros para la tercera temporada (¿¡ya es 22 de julio!?). Y curiosamente hace un par de días vi Zootopia, la más reciente producción de los estudios Disney. Lo cual me pareció interesante, ya que logré ver algunas similitudes que tenían entre si, a pesar del público tan diferente al que son apuntadas ambas producciones.
No se dejen engañar. Esto no es una película más de animales que hablan.
Me gusta ver estos proyectos como “Caballos de Troya mentales”. Cuando nos dan un primer vistazo de estas producciones no nos enseñan estos temas oscuros que vamos descubriendo en el camino. Nos enseñan algo divertido, con colores y tal vez hasta inofensivo.
Los primeros episodios de Bojack nos recordaba un poco el humor de Family Guy o American Dad; los trailers de Zootopia nos mostraban una película más de animales que hablan; incluso hasta en los inicios de The Legend of Korra nos prometían una aventura no tan diferente a The Last Airbender.
Nos atraen poco a poco y ya cuando están en un buen lugar en nuestro cerebro, explotan y atacan con sus verdaderos motivos. Bojack enseña una forma más genuina de la depresión, el alcoholismo y lo insignificante que puede sentirse la vida. Zootopia habla de temas raciales de los cuales hasta los noticieros temen hablar. The Legend of Korra contó historias en base a la religión, la política y hasta las relaciones entre dos personas del mismo sexo.
El final que sorprendió a fans y desconocidos…
Pero, ¿cuál es la diferencia entre estos ejemplos y cosas como Louie o Master of None? Estas series hicieron lo mismo. Tuvieron un inicio más humorístico y cuando las series estaban rodando, hablaron de temas más filosóficos.
Y también uno podría pensar que estas series y películas animadas no son las primeras en hablar de estos temas. Mad Men también mostró lo que era la depresión y el alcoholismo, Django Unchained mostró la cruel realidad del racismo en la época pre guerra civil. Y Blue is the Warmest Color enseñó el despertar de la sexualidad de una chica.
Así que, ¿por qué nos sorprende ver esto en animaciones?
Pues, por el simple hecho de que son dibujos animados. De este lado del mundo, no estamos acostumbrados a que una animación nos enseñe cosas así de profundas, al igual que no estamos acostumbrados a ver una niña pequeña decir algunas verdades de la política en nuestro país.
La historia es diferente en el oriente, ya que el anime se ve muy diferente a como se ve aquí. La animación puede ser impactante y surreal (Akira) o hasta dolorosa en la forma más humana posible (Grave of the Fireflies).
En cambio por estos lados uno no puede pensar en lo más mínimo en una película animada que no tenga comedia. Incluso películas tan filosóficas como Anomalisa deben pasar como Comedia-Drama.
Aunque sí me parece que los dramas animados se podrían explotar de este lado del mundo, este período donde todavía no hay tantas películas de este estilo es aprovechable para estos Caballos de Troya.