Así como los constantes “flashbacks” a la isla Lian Yu, la cuarta temporada de Arrow llegó a su fin. Y terminó como comenzó, sin mucha pena ni gloria.
Tiendo a olvidar que este tipo de serie tiene temporadas que se prolongan por meses y meses y meses, así que no es de extrañar que pierdan un poco su rumbo. Tuvo sus aciertos, pero me parece que fueron más sus errores.
Creo que 23 capítulos son demasiados, por ejemplo, el misterio de la tumba tardó mucho en resolverse y se sintió como una manera barata de mantener entretenida a la audiencia, no digo que la muerte de Laurel no fuera triste, pero la usaron como un recurso para mantenernos interesados, cuando podrían haber usado mejor nuestro tiempo.
Otra debilidad de esta temporada fue el villano. A pesar de que Neal McDonough es un muy buen actor, muy carismático y con gran presencia, creo que nunca lo he podido ver en un rol que realmente le haga justicia a su talento, sus personajes siempre terminan siendo unidimensionales. Damien Darhk no es la excepción. Es malvado, sin nada muy interesante que agregar. A pesar de que el actor hizo su mejor esfuerzo, creo no se puede hacer mucho cuando un personaje está mal escrito.
El último error de esta temporada fue extender el final por más capítulos de la cuenta, pues la emoción quedó diluida. Las intenciones de Darhk estaban claras desde hace tiempo y los misiles ya habían sido activados e incluso detenidos en el capítulo anterior, por lo cual la trama fue bastante repetitiva.
La amenaza imposible
Los misiles nucleares siempre han sido una amenaza bastante atemorizante, pero en el caso de Arrow, simplemente se sintió como un amenaza vacía ¿Por qué? Simplemente porque los poderes del “equipo Arrow” son evidentemente limitados en lo que a detener 15,000 misiles nucleares se refiere y esto pone en evidencia a los héroes en cuestión, dejándolos en una categoría inferior a digamos Supermán, Batman o incluso Flash, quienes, por como han sido establecidos, sí podrían hacerle frente a una amenaza de este tipo.
En el caso de Arrow, todo dependía de las habilidades sobrenaturales de Felicity para teclear, con las cuáles cada vez se me hace más difícil hacer suspensión de la realidad.
La oscuridad vs la luz
El tema de esta temporada fue la luz contra la oscuridad y, una vez más, Oliver lidiando con sus propios demonios. Después de un juramento solemne de no matar en la segunda temporada, tras la muerte de Tommy y de convertirse en “algo diferente”, Oliver Queen se ve obligado a matar nuevamente y a dejar la oscuridad entrar en su vida, con todas las implicaciones que esto puede tener sobre la trama y sobre el personaje, un conflicto que honestamente ya no tiene el peso o la importancia que tal vez podía tener en una segunda temporada.
El capítulo terminó con un destino incierto para el equipo Arrow: Thea, Diggle y hasta el capitán Lance, decidieron tomarse un tiempo para lidiar con sus vidas y con su propia oscuridad. Sin embargo esta desintegración es una amenaza tan vacía como los misiles de Darhk, pues para la próxima temporada todos estarán de vuelta inevitablemente, probablemente después de un poco de drama.
El futuro para Arrow
Espero que la próxima temporada vuelva a traer a escena a Oliver Queen, quien siento que desde que perdió su compañía y en realidad todas sus pertenencias (¿de qué vive?) pasa la mayor parte de su tiempo siendo Green Arrow, a pesar de que el hombre detrás de la máscara puede ser interesante también. No digo que lo dejaran de lado por completo, después de todo lo vimos en su carrera por convertirse en alcalde -objetivo que finalmente logró de casualidad-pero esta trama se sintió un poco superficial. Ya veremos si en la próxima temporada desarrollan más a Oliver, sin necesidad de recurrir tanto al ya agotado recurso de los flashbacks o al cansado drama amoroso con Felicity.
En esta cuarta temporada se hizo evidente que Arrow ha perdido bastante de lo que la hacía única y entretenida al principio, está por verse si logran refrescarla para la quinta temporada. También tal vez sea interesante ver como se va a afectar la trama con la integración de las cuatro series de CW dentro del universo de DC: Legends of Tomorrow, Flash y ahora Supergirl.