Todas las temporadas de Rupaul’s Drag Race suelen tener algún elemento que las hace memorables: Nunca olvidaremos de la sexta temporada el humor dulce-ácido de Bianca del Rio, o la muy talentosa y a la vez shady Monsoon Season (la temporada 5) con todo y la conspiración de Rolastakatox, o el fashion Extravaganza de Raja en la Temporada 3 ¡y ni hablar del excentricismo gótico de Party City de la camaleónica Sharon Needles en la cuarta! Después de 6 temporadas potentes, llegó la temporada 7 de RuPaul’s Drag Race, nombrada la Fashion Season por falta de un nombre que representara mejor lo aburrido de esa temporada.
A ver, ok, tuvo sus momentos. Miss Fame y sus historias de pollos tendrán por siempre un espacio en mi memoria y en mi corazón, así como los diferentes looks de pasarela de la diminuta y altamente creativa Violet Chachki, indudable ganadora. Pero aparte de eso -y obviamente mi amada Katya Zamolodchikova, aburridísimo.
Por eso ¡gracias a Mama Ru por esta octava temporada! que ha logrado redimir el programa y convertirse en una de las mejores temporadas, sino mi favorita de la historia de la franquicia de RuPaul’s Drag Race, el mejor reality show de la televisión actual.
¿Por qué la Temporada 8 de Rupaul’s Drag Race podría ser la mejor de todas?
Lo dije antes y lo digo ahora. Después de una temporada tan floja como la 7, a los productores del programa no les quedaba más que buscarse al cast más completo y diverso posible para crear una serie de episodios inolvidables. Finalmente estos genios sacaron a relucir sus dotes de producción y reunieron a un equipo de reinas tan diversas como sumamente talentosas -cada una en su área, para sembrar en nosotros, televidentes, diversas crisis de indecisión, intriga, incertidumbre, pero sobretodo, mucho mucho shade.
Shadier than a palm tree: Acid Betty
En un principio la detestaba y con el tiempo, empecé a agarrarle el gusto. Sus looks, si bien son originales, me provocaban una anti-nostalgia ochentena/noventera de clubbing en ácidos. Ajá. Acid logra su objetivo. En los primeros episodios trató de ser recordada como la shadier de las glamazonas, sin embargo, muy pronto alguien le quitaría la corona a la Reina de Hielo y Ácido.
La frustrada hermana mayor: Thorgy Thor
En un principio odiaba a Thorgy. No sé si fueron los dreads o el look de lesbianilla de principios de los 90 que me parecían absolutamente rancios. Pero con el tiempo empecé a quererle cariño. Thorgy realmente quería ganar, y tenía el talento para hacerlo o al menos llegar lejos, pero la envidia, los celos y el pseudo perfeccionismo la hicieron perder. La verdad, no siento que la vaya a extrañar nunca. Mentira, la extrañaré por su Michael Jackson épico en el Snatch Game.
You drive me crazy, Derrick Barry
Sinceramente no sé si sentir lástima o ira hacia el imitador de Britney que no sabe maquillarse como drag y empezó hasta el episodio número 7… Histórico: llegar al top 5 sin poder ponerse goma en las cejas. A ver, ¡hasta yo lo he hecho y mejor! (Realmente no me salió tan bien). Quien haya visto los «Untucked» religiosamente y en repetidas ocasiones como yo, entenderá que Derrick es semi psicópata. Está fuera de sí. Pero al menos cosió todo en su traje de hombre hojalata.
Una historia de superación: Chichi Devayne
Tengo que decir abiertamente que la amo, como se ama a una hija cuando a pesar de los berrinches en el súper, llega a la casa con un 100 de nota. Si por mi fuera, Chichi habría llegado al top 3 ¿Por qué? Chichi hace lo que puede con lo que tiene -como una vez lo manifestó en el Untucked del episodio 06. No tendrá el cerebro ultra artístico de Kimchi, la disciplina de Thorgy Thor o el humor de Bob The Drag Queen (¡aunque la verdad Chichi es realmente graciosa!), pero Chichi es producto de sus circunstancias. Es la drag queen que posiblemente mejor represente al grueso de la población drag mundial. Una luchadora de verdad, que con su sueldo de dos empleos de bajos ingresos le saca lo couture a Payless. Claro, no conoce quién es Marc Jacobs, pero no se pierde un solo episodio de Little Women of L.A. Esta reina de la “hot glue” nos robó el suspiro en el Book Ball y siento que hará falta en mi vida, en general. La queen por la que nadie daba un céntimo, llegó a las 4 finales.
La Fashion Post Millenial Long Legged Queen: Naomi Smalls
Otra historia de superación. La fashion queen que pensó que podría ganar con sus looks de pasarela de Victoria Secret, después de estar amenazada por el fuego del Lip Sync se vio obligada a marcar la diferencia a partir de entonces. Un episodio después, Naomi Smalls se llevaría todos los elogios continuos de los jueces de Rupaul’s Drag Race. Moda, piernas, gracia y buen corazón. No mucho más que eso. Pero hay que darle el crédito a que fácil es mucho más «mujer» que yo.
Fat, Fem and Asian: Kim Chi
Nada. Para mí era la número uno. Pocas veces en Rupaul’s Drag Race (y en la televisión en general) se tiene la delicia de degustar un arte tan completo como el que nos ofrecía semana tras semana la koreana de 28 años (ahora 29). A Kim Chi la seguía desde hace meses y me enamoré de su drag, de su maquillaje y con el show, de su personalidad. Kim Chi representa el triunfo del artsy nerd, virgen a los casi 30. Gordito y asiático, gracioso, de fuerte criterio… pero no sabía bailar ni caminar. Siento toda la empatía y comprensión del mundo. Ganadora en varios retos, Kim Chi se ganó por encima de todo, nuestro corazón.
The Good Queen: Bob the Drag Queen
No me molesta que haya ganado Bob, realmente mi segunda opción era Bob the Drag Queen. ¿Por qué? Era el paquete CASI completo. Graciosísima, esforzada, humilde (a veces), madura y racional, activista… Lo único que no tenía Bob the Drag Queen y en lo que Kim Chi arrasaba era en el buen gusto. Creo que la única vez en que Bob the Drag Queen se mostró bien maquillado fue en el reto de Black and White, y no quiero ni mencionar el incidente del episodio de Wizard of Drag… ¡Ese vestido! Demasiado Mall San Pedro en el 2002 para la humanidad. Sin embargo, nadie le podía ganar a Bob en actitud, presencia, actuación y humor, eso no hay duda. Desde el episodio 1 era claro: Bob había llegado a ganar.
Por otro lado, puntos extra por el fenomenal papel de Uzo Aduba (Orange is The New Black) del Snatch Game. Lo mató. También a Black Carol Channing.
¿Por qué la Temporada 8 fue excepcional?
1. Nunca sabíamos quién sería el siguiente en estar en el top… o en el bottom
A pesar de las habilidades sobrenaturales de Derrick Barry para adivinar quién es top y quién es bottom , ni Derrick habría podido predecir el resultado de cada semana. A diferencia de otras temporadas, donde desde el inicio podíamos saber quién encabezaría el top final, en esta temporada todas tenían sus fuertes-fuertes y sus específicas debilidades. Así fue como todas (menos Kim Chi) llegaron a hacer lip sync. Esto le subió un 200% la emoción al programa.
2. Historias de superación
Absolutamente conforme el programa avanzaba, es notable el aprendizaje y la superación de un episodio a otro. O sea, la que pudo haber sobrevivido al lipsync la semana anterior, ganaba a la siguiente. Esto me daba esperanzas. Niños, los sueños pueden hacerse realidad <3