Por Sergio Beeche Antezana
No debemos olvidar que todas las tramas ya fueron utilizadas. Una historia debe verse por su tratamiento específico de temas y la manera en que cuenta y desarrolla su premisa. En cine, se pueden traer cuentos viejos y volverlos a imaginar con un toque de modernidad, hasta se puede jugar con las fórmulas utilizadas mucho, que estén agotadas o muy explotadas y contarlas con el giro necesario para que sean frescas y agradables de nuevo.
Este año, el que sin duda fue un tema utilizado más veces de lo que se esperaría fue el de los espías. Donde el espionaje puede ser un asunto peligroso y oscuro, con mucha escena de acción y adrenalina, como en la desigual Spectre (de Sam Mendes); o puede ser algo totalmente histórico y callado, con un trabajo de conversaciones y viajes antes de apuntar con un arma, como en la muy buena Bridge of Spies (de Steven Spielberg).
Pero la fórmula ganadora dentro de la temática del espionaje fue, simplemente, la de divertirse.
Podría ser como una sátira punzante de los antiguos filmes de Bond y llevarlo a situaciones extremas que causaran gracia por su estilo ridículo. En Kingsman: The Secret Service (de Matthew Vaughn), sucede que se toma en serio a sus personajes y las motivaciones que vienen detrás de cada personalidad, pero no así con las escenas de acción o maldad; más bien, las exageraciones (en especial en la secuencia final) permiten que la seriedad del asunto se convierta en esa nueva manera nueva de ver la fórmula conocida. Kingsman sale de la nada y gana por abarcar toda una historia en apenas dos horas, con giros inesperados y muy buenas actuaciones de un excelente reparto: Colin Firth, Samuel L. Jackson (genial), Michael Caine y el novato Taron Egerton.
Por otro lado, más que sátira, el tratamiento podría ser de comedia pura. Con el título más simple de todos, Spy (de Paul Feig) está al servicio de Melissa McCarthy y sus dotes de comedia física, pero acompañada de un buen guion del mimso Feig que tiene chistes hilarantes, aún mejores por el estilo propio de cada actor que lo dice. Ahí, Jude Law y Jason Statham proporcionan buena comedia, pero el poder femienino de McCarthy y una excelente Rose Byrne llevan a buen paso la explosión de risas con sucesos en cubierto, donde la agencia o cuartel general no impiden que la espía improvisada dé rienda suelta de sus locuras y palabrotas.
Más conocido es Tom Cruise en el quinto capítulo de Misión Imposible. Con Rogue Nation, el estilo sigue siendo centrado en la acción y en las situaciones extremas que Ethan Hunt enfrenta, pero aquí, el director Christopher McQuarrie sabe filmarlas de manera que cada escenario y las coreografías de pelea se vean bien en pantalla y no cansen una escena tras otra. Es seguir la línea de una historia que mueve sus piezas para establecer cada pieza de acción, pero bien hecha y como ejemplo de puro entretenimiento de calidad de un personaje y franquicia ya conocidos, pero que pueden reinventarse sin perder la línea de lo que ha sido desde el principio: espías en acción.
Pero la ganadora de esta lista es, sin duda alguna, The Man from U.N.C.L.E. o El Agente de C.I.P.OL. (de Guy Ritchie). Un regreso a la serie de los sesentas del mismo nombre que trae de vuelta el estilo y actitud propias de los prepotentes espías que creían ser mejores que los demás por saber algo más que el resto de las personas. Es con su conjunto de fotografía, música, montaje, color, actuaciones y guion que U.N.C.L.E. se apropia y crea una atmósfera genial de conflicto entre naciones pero sin tomarse muy en serio a sí misma, mientras moldea bien a sus personajes, y eso la hace tremendamente creíble, por más que uno ría pero también se asombre por el estilo de filmación y posiciones de cámara que aporta Ritchie en su dirección y visión. Y, de nuevo, con muy buenas actuaciones de Henry Cavill, Armie Hammer, Alicia Vikander y hasta Hugh Grant. Es la combinación perfecta para hacer una buena historia de espionaje y para buen cine de entretenimiento.
Entonces, por sus propias características, toque de diversión y nuevas maneras de manejar los temas de lealtad, peligro en cubierto y dispositivos de espionaje, es que el año lleno de historias de espías no se siente forzado o congestionado; y es por esa misma línea temática que podemos juntar estas cuatro películas (todas parecidas, pero muy distintas entre sí) en esta lista, e igualmente las podemos recomendar con mucho entusiasmo.
