Por Sue Mey Pacheco

Encontrar un rato libre es toda una odisea fantástica en la que tengo que luchar con dragones imaginarios llamados horas. Lo peor de todo es que tengo tantísimas cosas que quiero compartir con ustedes y todas nadan en mi cerebro día a día, sin tener ninguna parte por donde salir. Hoy casualmente pensaba en todo aquello que uno da por sentado. Y el cómo vamos sin detenernos a admirar las pequeñas cosas que nos rodean y que los libros en casi todas sus formas son un vivo recordatorio que el mundo no es un lugar tan horrible como pensamos.

Las páginas de una buena historia pueden llegar a romper la monotonía de un día ajetreado. Unas cuantas líneas bien escritas te pueden sacar de una depresión. Y cuando menos lo esperas estás de la mano de quien protagonice ese maravilloso mundo plasmado en papel.

No sé si ustedes son como yo, pero cuando leo un libro, sea independiente o  mejor aún, parte de una saga larga, me transformo en tercera persona participante. Y todo lo que me imagino estará sucediendo en ese momento dentro del universo de turno, es vivido a plenitud por mi avatar invisible. Sufro, río y muero de la misma manera que nuestro personaje favorito.

Así que hoy mientras caminaba con mi hijo, pensé el modo tan fuerte y sentimental que los niños viven sus emociones. Puesto que ellos aún no manejan bien la auto regulación, todo lo sienten a flor de piel. Y leerles un libro del modo correcto es en extremo importante.

Sé que esto puede aportarle un poco más de presión a la paternidad responsable, pero créanme cuando les digo que uno escoge las “batallas” y la lectura es una de ellas. Inculcar este hábito para que fluya de modo natural es uno de los regalos más grandes que pueden darle a su bebé y no se necesita dinero para hacerlo. Mi abuelo me contaba miles de historias y muchas de ellas fueron de su propia invención. La función de oralidad de la palabra no tiene precio.

Les decía que existe un modo correcto de contar una historia, no importa si se está haciendo uso de un libro o si la magia nace de uno mismo. Lo primero que hay que recordar es la vocalización y el ritmo. Pronunciar bien lo que se está contando e ir a un ritmo pausado, masticando cada frase y ojalá actuando cada escena del modo en que les salga natural. Y luego si el niño es más grande, se puede recurrir a la retroalimentación señalando las figuras que pueden venir en la página o preguntando qué piensas de lo que acaba de suceder. Pero todo lo anterior debe darse en concordancia con pasar un buen rato sin obligar a nadie a quedarse escuchando si no quiere.

Acá les dejo algunas opciones poco convencionales para practicar un poco la lectura, 5 libros hermosamente ilustrados que los harán llamativos para todas las edades.

The Hunter 

De Joe Sparrow

El personaje principal es una gran cazador que aburrido de sus presas vuelca su atención para perseguir un reto más grande, creaturas de la mitología. Cuando encuentra a la bestia elegida se da cuenta que ésta no es más que la suma de todos los animales que asesinó a lo largo de los años.

Golemchik

De Will Exley

Soledad, amistad y fantasía. En esta historia un niño es abandonado por todos sus amigos lo cual lo lleva a deambular por los bosques y para su sorpresa se encuentra un golem. El golem no sabe medir su fuerza y arrebata contra la ciudad y nuestro pequeño amigo lo deberá poner en raya.

Wild

De Emily Hughes

Una suerte de libro de la selva, esta vez con una niña como protagonista. Ella solo conoce la naturaleza, su entorno es pura inocencia. Pero de un momento a otro unas bestias extrañas se la llevan, pero curiosamente éstos animales se parecen a ella y esto es todo un misterio.

Black and White

De Dahlov Ipcar

Una linda historia de dos amigos perrunos es la base para proyectar de modo sutil las situaciones básicas derivadas de la época de la lucha por los derechos civiles de los ciudadanos afro americanos. La imaginación vuela desde áfrica hasta el árido frío del ártico.

Malala, a Brave Girl from Pakistan/Iqbal, a Brave Boy from Pakistan: Two Stories of Bravery

De Jeanette Winter

Dos historias distintas entre sí pero con un lazo en común, querer cambiar la situación en la que se nace. Dos poderosos momentos en la historia, dos vidas que deberían de marcar la de sus hijos y la suya.

Todos y cada uno de estos libros les van a generar horas de introspección y de preguntas de los más grandes, mientras que los más chicos se volverán locos con las ilustraciones.

A dejar volar la palabra mediante la imaginación.