Nunca había visto una serie que cerrara su historia con tanta clase. Y es que existen series en las cuales es muy importante saber cómo terminan, deseamos conocer el final más que nada y no podemos vivir con la idea de que alguien nos arruine esa sorpresa. Con Mad Men es diferente, con esta serie es realmente el camino lo que importa. Me atrevería a decir que si ya hubiese leído el final, eso no cambiaría mi necesidad de verlo.
Está bien, Don Draper lleva casi toda su vida -al menos su vida exitosa- ocultando un terrible secreto y tal vez nos preocupa el futuro de este perturbado personaje, sin embargo, si algo nos ha enseñado esta serie, es que, pase lo que pase, la vida sigue.
Honestamente espero el final de Mad Men sin dudas ni temores, con plena confianza de que no importa cómo lo hagan o qué suceda, ha sido un viaje increíblemente interesante. Va a ser difícil despedirse de Don Draper y de todos los personajes que por siete años han colmado la televisión con sus cualidades y sus defectos, mismos que hablan mucho de la humanidad de las personas que se han encargado de darles vida, desde los escritores hasta los actores que los interpretan.
Para cerrar esta despedida, los dejo con algunas -sólo algunas- de las frases que quedaron marcadas en mi memoria.
Esta frase de Don a Edgar Raffit sobre la demolición de Pen Station y la aceptación del cambio, definitivamente una de las más icónicas de Don Draper.
Una frase que refleja, sin duda alguna, todo lo que Roger fue, es y será, simplemente su esencia.
Las adorables palabras de Bertram Cooper para despedir a Ida, la secretaria de Don.
Después de estar bajo mucha presión y temiendo que la nueva computadora de la oficina lo reemplazara, Michael decide buscar una inusual válvula de escape y se la entrega a Peggy en una cajita.
Don y Peggy tienen una de las relaciones más complejas en Mad Men y por ello sus conversaciones e intercambios en pantalla siempre fueron de los más interesantes durante toda la serie. De entre todos elegí este, porque muy raramente Don se expone de este modo ante alguien más.
Betty sabe muy bien lo que significa amar a Don, por ello, después de tener un encuentro lleno de nostalgia con su ex esposo, dedica unas palabras de lástima para nueva señora Draper.
La constante insatisfacción de Don con los demás y con él mismo.
La sexta temporada no fue el mejor momento para Pete… Bob, además, no fue de mucha ayuda.
Esta frase ES Joan, ella no ha tenido una vida fácil, así que definitivamente no tiene tiempo para tristezas ajenas.
Definitivamente uno de los momentos más tristes y emotivos de Mad Men. Betty Draper Francis siempre me pareció un personaje de carácter fuerte, pero en el penúltimo episodio fue simplemente inquebrantable.