Por Luis Sáenz

@Todobien506

¡Hasta que al fin, terminó! Bueno eso fue lo pensé cuando hace poco después de 6 años llegó a su final una de las series más culposas que he visto en mucho tiempo, y eso es decir bastante (vi la primera temporada de Gossip Girl en 2 días).

En una sola frase, lo que sentí en el final de la serie fue una mezcla de sensaciones. Creo que debo elaborar en esto: Cuando vi el primer capítulo, fue algo que llamó el “showman” que llevo adentro, además que no había serie parecida en ese momento. Música, buena comedia, bailes sin sentido. Todo en un solo capítulo. Era una quimera hecha por Ryan Murphy  que parecía ir justo en la dirección correcta.

Chamacos del cole tratando de ser alguien, siendo rechazados, perdedores de pedigree, bastardos con talento. ¡Ay qué chiva! (grité por dentro para no ser juzgado por las personas que me miraban mientras veía la peli en un restaurante).  La seguí viendo ya en la comodidad de mi casa, hasta que todo tomó un giro hacia lo peor: Me gustó.

Muerte por sobredosis de heroína de Cory Monthieth. Simple, sencillo y fatal. Con eso los escritores tuvieron que vérselas para tratar de darle sentido a una serie que perdió trágicamente a su personaje principal. Pero bueno, decidieron seguir adelante y hacer capítulos como “The Quarterback” en donde despidieron a su personaje sin decir exactamente que se había muerto. Tal vez uno de los capítulos más emotivos de toda la serie.

Después de eso la serie no vuelve a tener sentido. Nada de sentido. Creo que debo explicarles mejor a lo que me refiero y por eso debo enlistar las cosas que me gustaban de Glee de manera totalmente subjetiva y sin orden de importancia. Ryan lo hubiera querido de esta manera. Never Stop Believing.

1. Reparto que desaparece

Todos están MIA. Ya sea que estuvieron presentes en algún momento importante para el desarrollo de la historia o simplemente, otra backup voice agradable en varias interpretaciones musicales. Es posible que ninguno de ellos llegara a ser el favorito de la audiencia, sin embargo, en Glee cada pieza importa para el todo.

Lauren Zizes

Inadvertida al principio, Lauren logró adaptarse rápidamente a McKinley High gracias a su participación en diferentes clubes. Su personalidad cambió visiblemente con el tiempo y eso aportó suficiente entretenimiento como para notar su salida del show en la sexta temporada.

Matt Rutherford

Uno de esos personajes que no tienen mayor función que ser relleno en escenas y momentos, o mejor dicho, recurrentes.  En la primera temporada solo tuvo dos líneas (¡dos!) y en la segunda temporada lo dejamos de ver pues se va a otro colegio. Chao, Matt.

Sugar Motta

Sugar encajó muy bien en el cliché de hija caprichosa de padres adinerados. Su costumbre a hablar sin filtros estaba respaldada por su supuesto auto diagnóstico de Asperger y su primera interpretación en la serie siempre nos hará recordarla.

Rory Flanagan

Otro personaje recurrente, lo conocimos (y despedimos) en la tercera temporada. El típico estudiante de intercambio que no podría faltar en la historia, también fue novio de Sugar Motta.

2. Todos se saben las canciones de memoria

El club de música nada más tocaba y listo. Sin preparación. Al igual que el Brad #JesuisBrad

Claro, algunas interpretaciones son simplemente memorables. Imposible olvidar a Brittany Pierce como Britney Spears en I’m a slave 4 U y Me Against The Music.

It’s Britney. Bitch.

3. Will Schuester / Sue Sylvester

No hay mejor definición de friendnemies que estos dos. La mejor relación de amor/odio envuelta en bromas sobre gel e insultos. Además, Jane Lynch siempre será posiblemente el mejor atributo que Glee pudo tener en su existencia.

4. Sectionals, Regionals, Nationals

En todas las temporadas luchaban por conseguir un trofeo pero primero debían pasar por diferentes competencias. Nunca logré encontrar la diferencia entre ellas, creo que al final tiene que ver con el tamaño del trofeo.

5. Temas fuertes

Siempre me gustó que en Glee los escritores cubrieron temas fuertes de manera directa como: LGBT, desórdenes alimenticios, luchas internas, adopciones, suicidios, tiroteos en escuelas, entre muchos más. De alguna manera, Glee logró llegar a un balance rescatable de temáticas entre tanta televisión light y sin mensaje adicional que tenemos hoy en día.

Amada u odiada, es un hecho que Glee marcó a una generación de jóvenes televidentes que se sintieron identificados con alguno de sus personajes, con los dramas juveniles que la caracterizaron o simplemente con la música que el show recreaba, de manera incansable, semana tras semana.  Es muy probable que en el futuro veamos más shows en esta misma línea de historias enlazadas.

Y ustedes, ¿qué es lo que van a extrañar de Glee?