Bloodline, una de las nuevas series de Netflix, retrata a la perfección el significado de la familia como origen de todos los males.
Creada por Todd A. Kessler, Glenn Kessler y Daniel Zelman (los mismos productores de Damages de FX), y producida por Sony Pictures Television, la serie tuvo su premier el 10 de febrero de este año, en el Festival Internacional de Cine de Berlín y los 13 episodios salieron al aire en Netflix el pasado 20 de marzo.
Con las actuaciones estelares de Kyle Chandler como John Rayburn, a quin antes conocíamos de Friday Night Lights,y que en Bloodline se desempeña como el hijo pródigo y protector e la familia.
Ben Mendelsohn, como Danny Rayburn, la legítima oveja negra de la familia Rayburn.
Linda Cardellini, como Meg Rayburn, a quien conocimos una vez en E.R. y en Freaks and Geeks; la típica hija del medio: pacificadora, inteligente, abogada.
Norbert Leo Butz, como Kevin Rayburn, el hijo menor y más atarantado, pleitero, explosivo.
Sissy Spacek, a quien nunca olvidaremos como Carrie (en la película original de los 70s), esta vez como Sally Rayburn, la matriarca de la familia.
¿De qué se trata?
La familia Rayburn se compone de 5 hijos, 3 de ellos viven cerca de la familia, una de ellos murió trágicamente en un accidente (Sarah Rayburn), y Danny vive en Miami, lejos de su familia. Los Rayburn viven cómodamente en Florida, tienen un hotel bastante conocido en el área que recibe una cantidad considerable de visitantes y cuenta ya con 50 años de funcionar. Es por esto que la comunidad hace una fiesta de reconocimiento, donde asisten amigos, familia y Danny.
A partir de este momento un serie de eventos empiezan a desencadenar una turbia historia nunca antes discutida por la familia Rayburn; una historia que avergüenza a todos y que hizo que Danny se alejara de su familia por años y que después de 30 años, volviera a acercarse a la familia, con otros motivos poco decentes, con el motivador de la venganza en sus venas.
Danny Rayburn, la oveja negra
Danny Rayburn es sin duda el personaje principal de la serie y definitivamente el µás interesante. La relación de la audiencia con Danny es bien complicada desde el primer episodio y hasta el último de esta primera temporada.
Sin conocer sobre su historia, cualquiera que empieza a ver “Bloodline” detesta a Danny desde la primera entrada.
Danny es la típica escoria, manipulador, irritante, un aparente parásito y oveja negra de la familia, que solo se aparece en el hotel cuando necesita dinero.
Conforme pasan los episodios, uno va entendiendo mejor a Danny. Uno comprende que en parte es víctima de los acontecimientos: del trágico accidente de su hermana, de la mano dura de su padre, y de la falta de comprensión de sus hermanos y su madre, en el momento en que más lo necesitaba.
Entonces, empezamos a excusar a Danny de sus terribles “metidas de pata”: sus incómodas apariciones y comportamientos en eventos familiares, sus terribles acotaciones, sus miradas inquietantes y el veneno que sale constantemente de su boca. Pero si le damos más tiempo a la serie, comenzamos a dudar, nos genera confusión, ya que no estamos tan seguros de que Danny sea por completo una consecuencia de su vida y por momentos nos desviamos a pensar que Danny es realmente un antihéroe si piedad ni perdón. Y este sentimiento que cae en la audiencia es el mismo que sienten sus hermanos: Tratan de darle una tras otra oportunidad (en parte por lástima, y en parte por culpa), pero a pesar de la unión de sangre, sus hermanos no se sienten culpables únicamente por no haberlo defendido cuando era niño, si no de odiarlo ahora que es adulto.
Una serie confusa, con buena musicalización (mucho Jack White), un “storytelling” que mezcla la actualidad con elipsis y flashbacks del pasado y niñez de los hermanos Rayburn, por medio de los cuales nos revelan cada vez más detalles de los secretos que muestra esta familia, haciendo que cada vez sea más adictivo e interesante ver cada episodio. ¿Qué pasará con los Rayburn? ¿Cómo pueden llegar a convertirse en las personas en las que evolucionaron (o involucionaron)? ¿Cuánto tiempo más seguirán escondiendo secretos con otros secreto? ¿Y cuándo será el momento en que toda su fachada se descubra?
Para esto habrá que esperar la segunda temporada de Bloodline por Netflix. Por ahora, les dejamos el trailer.
¿Ya la vieron? ¿Qué les pareció?
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