Luego de un largo hiatus tal cual serie de televisión, tengo el agrado de volver a escribir sobre un programa que todos debería de ver. Para dar un poco de contexto sobre mi prolongada desaparición, les cuento que acabo de tener a mi primer ser humano. Nada me preparó para el drenaje de tiempo y energía, que esto implica. El primer mes no pude ni ver la hora pero ya todo se ha ido normalizando y la adicción tiene su campito en mi ajetreado horario.
Pero con un poco de malicia y logística, logré sacar el rato para ver este show, el cual consta de 4 episodios nada más y termina con un círculo completo típico de las miniseries.
Al ser parte de la programación inglesa, la sensibilidad, la cinematografía y las actuaciones se sienten muy particulares. Para quienes estamos familiarizados con los trabajos fuera de los EEUU, este tipo de formato es bienvenido y celebrado.
Reitero que son pocos episodios pero con mucho contenido y tensión, los actores que se ven más de carácter, y nos liberan de la superficialidad a la cual nos tiene acostumbrados los amigos de la televisión de nuestro vecino del norte.
De una vez les advierto, como muchas otras veces lo hecho con mis recomendaciones, esta serie no es para quienes utilizan la palabra lento de manera peyorativa. El timing es pausado, no es lineal y la narrativa se toma su tiempo para estructurar a los personajes principales.
La trama de esta serie resuena mucho en estos tiempos en los cuales el matoneo o bullying ha sido tan cubierto por los medios, tanto digitales como tradicionales. En este caso tenemos dos historias paralelas.
Por un lado se encuentra el presente, en el cual un adulto Stephen Morton, es el arquetipo del desadaptado, el cual se enfrenta a las burlas de la gente en su pequeño pueblo, mostrando que en lugar de apoyo por lo general la burla se convierte en un efecto en masa que termina afectando de modo profundo a la víctima. Esto nos muestra que el fenómeno del individualismo está superando la mentalidad comunal de ayuda, para dar paso a personas más ego{istas sin reparo por el sentimiento ajeno. Esta persona es víctima de gente que quiere aprovecharse de él, más que todo por su evidente “otherness” y pone en evidencia la superficialidad de carácter típico de la sociedad actual.
Por otra parte tenemos el personaje “bueno”, el cual de un modo u otro está ligado a la extranha historia de Morton. Los flashbacks de la ninhez de ambos nos transportan al matoneo vivido por uno de ellos y el apoyo que encontr{o este en quien se convertiría en el villano de la historia mas tarde.
Ambas historias se unen en el presente, cuando la serie nos lleva a un viaje de dolor, tragedia y la manera en que la gente maneja la muerte violenta de 15 personas en el pueblo de Southcliffe.
La intriga, la hipocresía e inclusive la bondad serán parte del desenlace de esta historia.
Aunque estos dos personajes no son los únicos que toman una posición principal, sí son el eje central de la trama. Para quienes aprecian un buen drama, que solamente dura 240 minutos, esta serie es para usted.