No hay que ser experto para imaginar lo costoso que puede ser producir una serie de televisión, pues muchas veces se impone la necesidad de recrear una época o situar a los actores en un hábitat que complemente de forma idónea lo que la historia pretende contar. Es posible que esta sea una de las principales razones que justifique la amplia proliferación de sitcoms a lo largo de los años, después de todo es más fácil poner cámaras en un set que salir con equipo carísimo y grabar al aire libre.
Yo prefiero un balance, y aunque algunas de mis series preferidas están filmadas en sets prefabricados, también siento inclinación hacia las que ofrecen hermosos escenarios naturales que me hagan desear estar ahí. Dentro de estas últimas, hoy quiero resaltar mi más reciente adoración: Outlander.
La premisa de Outlander es, a simple vista, sencilla: viajes en el tiempo. Y realmente lo es, por lo menos eso fue mi gancho para decidirme a verla. Pero conforme avanzaba en episodios, descubrí que este show, distribuido por la cadena Starz (que tiene en su haber dramas históricos como Spartacus y Magic City), ofrece muchos otros detalles interesantes. Outlander es la adaptación televisiva para la serie de novelas homónima escrita por Diana Gabaldon que utiliza elementos de ficción histórica, romance, misterio, aventura y ciencia ficción mezclada con fantasía para narrar las aventuras de Claire Beauchamp al transportarse mágicamente desde 1945 a 1743 a través de una especie de portal del tiempo ubicado en unas antiguas ruinas escocesas.
Como mencioné al principio, Outlander es una de esas series estilo Game of Thrones o Vikings que coexisten con el entorno al punto de convertirlo en un personaje más. Con Escocia como locación, en Outlander tenemos la oportunidad de admirar fantásticos y legendarios castillos.como el famoso Doune Castle (construido en el año 1400), que también ha servido como escenario para Game of Thrones y Monty Python; y Cairngorms National Park cuyo hermoso paisaje podemos admirar en la intro.
Dado que Outlander está situada en un momento interesante de la historia de Inglaterra y Escocia, mucho de lo que sucede gira alrededor de los conflictos que formaron parte de la lucha independentista que los escoceses libraron contra los ingleses. Esto me impulsó a informarme sobre el tema y aunque no puedo decir que quiero ser experta en ello, muy pocas veces un show de televisión me motiva a leer algo que no sea ficción.
Otro detalle llamativo del programa, es la bonita variedad de acentos que ofrece. Inglés británico, inglés escocés e incluso, gaélico escocés que es la lengua histórica de la mayor parte de Escocia. Para la producción era sumamente importante que los miembros del elenco fueran capaces de hablar fluidamente gaélico, por lo que tuvieron que aprender el idioma para esos diálogos cortos donde se necesitó. Personalmente, agradezco a la infinita Internet por proveerme con los subtítulos necesarios para ver esta serie, honestamente aunque agradable al oído, la pronunciación escocesa no es precisamente entendible para mí.
La actriz irlandesa Caitriona Balfe interpreta al personaje principal, Claire Beauchamp a quien las circunstancias la convierten en una especie de heroína. En contraste con el papel sumiso que tenían las mujeres en la sociedad del siglo XVIII, Claire viene siendo algo así como la más feminista de todas, porque evidentemente le favorece haber nacido doscientos años en el futuro donde por lo menos ya se aceptaba al género de manera participativa en la sociedad. El actor pelirrojo escocés Sam Heughan le da vida a Jamie Fraser, un soldado forajido y bien educado que se convierte en el protector de Claire principalmente contra Jonathan “Black Jack” Randall, el ancestro del esposo de Claire, Frank Randall ambos protagonizados por Tobias Menzies a quien ya pudimos ver como Edmure Tully en Game of Thrones.
Como era de esperarse en una producción tan minuciosa, el vestuario es sobresaliente y bastante apegado a la época. Vestidos, calzado, quilts, guantes e incluso los accesorios fueron cuidadosamente seleccionados y elaborados para sumarle el mayor realismo posible. Además, es importante señalar que el tratamiento del romance y el sexo en Outlander le ha valido ser equiparada con otras series que también han dado un paso adelante respecto a cómo integran el erotismo desde un punto de vista femenino y también donde ambos géneros son igual de importantes, como Girls o Masters of Sex.
Finalmente, Outlander ya empezó a cosechar éxitos y buenas críticas por parte de la audiencia, hace poco resultó ganadora del People’s Choice Award en la categoría SciFi/Fantasy TV Show para el 2015. Recién tuvo su final de media primera temporada a finales de setiembre 2014 y estamos esperando la continuación, el 4 de abril de 2015, pueden visitar su sitio oficial y ver material exclusivo. Para Latinoamérica, el canal Movie City se ha encargado de incluirla en su programación, pero para todo lo demás, existe Internet con sus mil y un recursos.
