Colaboración por Gabriela Brenes.
Hace una semana se estrenó en Latinoamérica la serie “How to get away with Murder” (Cómo matar y salirte con la tuya) de la productora Shondaland, creadores de series como Gray’s Anatomy, Private Practice y Scandal. La serie transcurre en la Universidad de Middleton Filadelfia, donde Annalise Keating (Viola Davis), una profesora de altísimo calibre, imparte la materia Derecho Penal 100—ella la bautiza “cómo matar y salirte con la tuya”—y sus alumnos deben competir por su atención, el derecho de piso y un lugar en su prestigioso bufete.
Si no la han visto, acá les dejo mis 5 razones para sintonizar Murder y descubrir una nueva prisión domiciliaria…serie, pues:
1. Las 3 “I” de Viola Davis
Impecable, Imponente, Implacable. La serie merece una oportunidad sólo por la entrada en escena de la profesora Annalise Keating. Cuando por primera vez se presenta un personaje, y la secuencia arranca con un plano desde atrás e intriga condensada en planos detalle, hay que estar muy seguro de que al voltearse este personaje, su revelación podrá superar todo el universo de expectativas que se generó previamente. Davis lo logra: con una simple mirada toma el control de su clase, de la serie y de nosotros mismos.
Ella ejerce un liderazgo carismático, respaldado por una meritocracia incuestionable y una fortaleza explosiva. La profesora Keating es, en cierta forma, una francotiradora de verdades, de enseñanzas crudas y lacerantes. 0:58 es el momento más esperado:
2. Una nueva generación participa del procedural
HTGAWM se distingue marcadamente, ya que el vértigo del género procedural (criminal) se entremezcla con los “avatares” del ambiente universitario estadounidense. CSI y sus variantes, Criminal Minds, Law & Order, Justice, NCIS, Scandal, Castle… todas nos muestran profesionales ya insertos en el campo laboral y con más o menos experiencia en su oficio.
En este sentido, las preocupaciones de los personajes, los desafíos o vicisitudes que atraviesan, así como las formas de resolverlos, nos confrontan con nuevos horizontes de acción—y por qué no, de perversión.
3. Empatía con el villano
La consigna de “atrapar al malo” se ha ido desdibujando en el procedural, como en Scandal y The Blacklist, por ejemplo. En esta serie no estamos del lado del fiscal como brazo operativo de la justicia, sino de ese tipo de abogados que no preguntan si su cliente es culpable o no, se ocupan de ganar casos. Son abogados resultadistas, eruditos de la ley, que conocen el sistema lo suficiente como para adaptarlo a sus necesidades. Como indica la Prof. Keating: “As a defense attorney, I spend my life around professional liars”. (“Como abogada defensora, me paso la vida alrededor de mentirosos profesionales”.)
Los estudiantes quedan atrapados en esta vorágine, y para sobrevivir, sólo tienen 2 opciones: “show up or drop out of the competition”.
En su degeneración, no sentimos asco, sino empatía, por más que su éxito implique que un criminal salga impune.
4. Cambios de ritmo
Murder mantiene un dinamismo narrativo mucho más intenso que otras series. Mezcla rupturas cronológicas con una división bastante freudiana de la trama: un nivel superficial engloba la resolución de un caso por episodio; un nivel intermedio nos muestra las exigencias universitarias o laborales, y lo que deben hacer los estudiantes para dar la talla; finalmente, hay un nivel más profundo, casi como el inconsciente de la serie, en donde vemos el núcleo de su carácter, lo más recóndito de la naturaleza humana (dejémoslo acá para evitar spoilers).
Si bien le han dado demasiada importancia a Shonda Rhimes, para mí lo que más suma en la narrativa es la labor de Peter Nowalk como creador y escritor, y de Michael Offer en la dirección. La serie presenta una fotografía y musicalización vibrante, enérgica; es una propuesta superadora a lo que conocemos de Rhimes.
5. Las preguntas más interesantes
Una vez me pidieron que respondiera, en pocas palabras, por qué Batman era mi superhéroe favorito. Mi respuesta fue: “Porque es el que hace las preguntas más interesantes”.
Esta serie hace preguntas muy interesantes. Así como Revenge es un ensayo filosófico sobre la venganza y sus aristas, Murder ataca el derecho o sistema judicial en lo práctico, no lo teórico. Luego de dos episodios, la serie incita cuestionamientos como:
- ¿La ley es la que se dicta o la que se aplica?
- ¿Quién decide qué es justicia?
- ¿Conocemos realmente a alguien, quien sea?
- ¿Cuál es nuestro punto de inflexión moral?
Les prometo una serie totalmente adictiva. ¿Ya la vieron? ¿Qué les pareció?
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