Aunque un poco tarde, finalmente pude ver Edge of Tomorow» (“Al filo del Mañana”, como fue titulada en español). Desde que vi el trailer de esta película me llamó la atención y a la vez me lamenté de no ser yo quien tuvo la idea de hacer una versión de acción de “El Día de la Marmota» (1993). Es interesante considerar el dilema existencial de vivir continua y eternamente el mismo día y a partir de ahí pensar en todas las posibilidades y limitaciones. En el mencionado clásico de comedia de 1993, Bill Murray hizo un excelente trabajo interpretando a Phil Connors, un arrogante reportero atrapado en el tiempo. En este caso el plato principal es Tom Cruise y su personaje tiene mucho en común con Phil: ambos personajes son sumamente egocéntricos, inicialmente ninguno de los dos tiene el conocimiento necesario para escapar de su situación y los dos cuentan con una «Rita» en sus vidas.
La película comienza muy bien. El mundo está perdiendo la batalla contra unos seres extraterrestres llamados “mimics”, que, para variar, han decidido invadirla y exterminar a los humanos. Tom Cruise interpreta al Mayor William Cage, un hombre que prefiere combatir con sus palabras, pues de soldado no tiene un pelo. A pesar de esto, su superior considera que es necesario que salga al campo de batalla en una operación que promete no tener retorno, al menos para el inexperto soldado Cage. Este se niega, pero lo que consigue es deshonrarse y ser enviado a la batalla como un desertor.
Debido a una serie de eventos casuales, durante la batalla logra matar a un “mimic” especial, conocido como “alpha”. A pesar de su esfuerzo, Cage muere, pues al parecer estos seres son parientes del Xenomorfo de “Alien” y su sangre es, a grandes rasgos, ácido. Sin embargo, este baño de sangre le otorga un poder y despierta nuevamente en el aeropuerto, justo antes de conocer Sargento Farell. De este modo todo se repite y cada vez que Cage muere, el día vuelve a comenzar.
Vivir eternamente el mismo día le permite aprender muchas cosas y conocer más a fondo a las personas que lo acompañan en su repetitiva aventura. En este proceso conoce a la súper estrella del ejército, Rita Vrataski, interpretada por Emily Blunt -quien, no es por seguir citando Alien, pero realmente proyecta muy bien una Ellen Ripley en película. En fin, Rita al parecer tuvo la misma experiencia hace un tiempo y sabe mucho al respecto, por ello decide ayudarlo. Así que después de un arduo entrenamiento y muchos “reinicios”, Cage consigue convertirse en verdadero guerrero.
La trama tiene sus agujeros y muchos defectos, pero la película es muy entretenida. El guión y la edición consiguen que el espectador permanezca constantemente inventando teorías sobre qué va a suceder, por ejemplo: ¿Será que Rita debe morir y esto es inevitable?¿Tal vez Cage tiene que sacrificarse?¿Qué pasa cuando el día termina? Así como esas constantes dudas que surgen cuando se plantean alteraciones al paso del tiempo. Creo que conseguir esa conexión y esa interacción es un gran logro.
En general la película va bien, tiene un aura oscura y el panorama es desesperanzador, hasta poco antes de que se acaba, pues al final la película me parece que pierde por completo lo que había ganado. Tal vez el problema de este final es que es un déjà vu del final de The Last Samurai y Oblivion, otras dos películas de Tom Cruise que terminan exactamente de la misma manera. Y es que una vez más y de manera injustificada, podemos ver como el personaje de Tom Cruise entra en escena lentamente y cruza miradas con la mujer que ama, se miran fijamente y corte, felices por siempre, como siempre.