Finalmente llegaron los 18. Esa edad que todos esperamos desde que tenemos 12. Esa búsqueda desesperada por la supuesta “libertad” e “independencia” que anhelamos desde el pupitre de alguna clase en un colegio de clase media. Ya nunca más tendría que pedir una cédula prestada para entrar a Sand o a Mosaikos, y menos volver a usar esa enagua horrenda de “tontita sin mama” por debajo de la rodilla. Si algo sabían hacer en el Samagu era uniformes feos.
Empezaba por fin una nueva etapa: la Universidad. Tuve el privilegio de poder entrar a Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Costa Rica, y pagar ¢2500 (como $6) cada semestre haciendo horas en el laboratorio durante el primer año, y los siguientes por rendimiento académico (#forever ñoña).
No sé si a ustedes les pasó, pero una vez que uno adquiere esa mágica pieza de plástico llamada cédula, las ganas de “pegársela” se redujeron exponencialmente con los años. Claro, de vez en cuando un Olafo en Caccio’s no estaba nada mal.
En ese entonces era fanática (pero FANÁTICA) de Myspace, me pasaba buscando grupos nuevos, jugando con los layouts, al punto de que ahí aprendí HTML y CSS [Luego mis compañeros de la U, como Warren, me despreciarían por mis trabajos en la clase de Nuevas Tecnologías de Anwar Alghassani].
Después de esta introducción a mis 18 [y en adelante], me permito contarles un poco de “a lo que vinimos”: El soundtrack de mi “juventud universitaria”, qué ñoño.
Por supuesto a los 18 no podía faltar el primer tatuaje, inspirado en la canción “Napoleon Solo” del In Casino Out (1998) de At The Drive In [“This is forever…”], una de mis canciones favoritas de todos los tiempos.
Uno de los más frescos recuerdos que tengo se vale de una fotografía. Estoy cumpliendo 18 años, tomando vino en mi casa con mis amigos y amigas, mi mamá y mi hermana Caterina, y llevo puesta una camiseta de Avenged Sevenfold. Tal vez en el post anterior toqué muy superficialmente el tema de mi amor por esa banda, realmente por sus tres primeros discos. La primera vez que escuché A7X tenía como unos 16 años y estaba pasando los canales de música (aburridísimos) de Direct Tv, y escuché Unholy Confessions. Inmediatamente me enamoré y le pedí el disco a mi hermana Cristina de cumpleaños. No había pasado una semana y lo tenía en mis manos. ¡Qué discazo el Waking The Fallen! Lo escuché miles de millones de veces, e incluso hoy lo sigo escuchando.
Por ahí de los 18 también descubrí un grupo (algo emo) con una propuesta muy diferente: Panic! At the disco. Un nombre basado en la canción de The Smiths “Girlfriend In A Coma”. Una vez, entrando a una tienda de música en Orlando, FL escuché “I Write Sins Not tragedies” de “A Fever You Can’t Sweat Out” y tuve que comprarlo de inmediato. Después de ese disco, no sé nada de ellos, para ser sincera. Pero ese álbum en específico me cautivó. Creo que era el mismo efecto «System Of A Down«: Panic at the disco era un grupo que sonaba muy diferente a lo que escuchaba en el momento, y sin embargo no se salía completamente del género.
En el 2005 también escuchaba una que otra banda mas pesada, desde Iron Maiden (cuidado pierde), hasta 3 Inches Of Blood (¡“Deadly Sinners” era parte del soundtrack de Tony Hawk Pro Skater 2!) y algunas otras de esas bandas metalcore de “tres o más palabras” como Between The Buried and Me, As I Lay Dying, It Dies Today, Fear Before The March Of Flames o mucho mejor aún: Darkest Hour con “Hidden Hands Of A Sadist Nation” (2003).
Y posiblemente mejor que todas las anteriores: In Flames. Quien niegue la perfección de un disco como el “Reroute To Remain” (2002) no sabe lo que dice.
Un año después saldría el “Damnation” de Opeth que me convencería por completo del valor de esta banda. En mi opinión (no me apedreen) , prefiero este disco sobre álbumes pesados. Por favor, si usted no lo ha escuchado, hágase el favor de hacerlo. Si quiere deje de leer ese post, pero escúchelo. O mejor aún, léalo y escuche a la vez y dígame si no es hermoso.
Para ese tiempo, a pesar de nunca haber sido muy fan de Dream Theater, años después me toparía con una joya de disco: “Scenes from a Memory” (1999). Uno de esos discos que te transportan. Que podés escuchar con los ojos cerrados, en la playa, sintiendo la brisa del mar en la noche. Inténtenlo.
¿O qué tal (para volver a la angustia joven y rebelde) algunas bandas de hardcore como Hatebreed (“The Rise Of Brutality” – 2003), Throwdown o inclusive por ahí Comeback Kid con el “Wake The Dead” del 2005?
Dentro de la categoría de grupos pesados puedo mencionar dos grupos que me encantaban en ese entonces, y que hoy, viendo la lista de más escuchados en esos años por Lastfm (Te amo, Lastfm), recuerdo con cariño. Entre ellos: Protest The Hero, con su “Kezia” del 2005. Voces maravillosas, guitarras bien trabajadas, bien rápidas, una batería poderosa y un poco de humor.
Y para terminar la “parte heavy” puedo decir que buena parte de esos años de universidad fueron consumidos por la genial banda de “metalcore” de Florida: Shai Hulud, especialmente con el disco “That Within Blood Ill-Temper” del 2003, mi favorito personal. Letras sorprendentes y profundas para aplicar en la vida. En serio. “Let not bitter fruit sour your breath”
Revisando los siguientes años, dándole vueltas a mi cabeza para recordar lo que escuchaba en la Universidad, puedo decir que mis 19 y 20 fueron algo punk, mezclado con rockcillo nerd, y alguna música en español. ¿Música en español? Sí ¿Soda Stereo, Héroes del Silencio? No. Desde hace muchos años me había inclinado más hacia algunas bandas mexicanas, tipo La Gusana Ciega, Fobia, Jaguares, Zoé y por mucho: Jumbo.
La banda de Monterrey fundada en 1997, que sacó su disco “Restaurant” en 1999 y que a partir del 2000 escucharía fuertemente en MTV, con temas como “Fotografía”, “Aquí” y “Siento Que…”, su primer single, seguido por el “D.D. y ponle play” (2001) donde sacarían temas como “Rockstar” y “Cada vez que me voy”. Mágicos momentos.
De Argentina, además de Los Fabulosos Cadillacs, rescato (por mucho) un grupo que conocí en la tienda de discos de Cucho en Galería Central en San José (o “por Insomnio de Avenida Central”): El Otro Yo. Un grupo lleno de angustia joven, pero al mismo tiempo feliz y colorido. Bellísimo. El otro día mi hermana se subió a mi carro y escuchaba esta canción… No podía creer que después de tantos años los siguiera escuchando. Pues sí. ¿Qué puedo decir? Me convertí en mis papás.
De Argentina también rescato a Fun People. Crazy shit. Para ese tiempo amaba At The Drive In (como si no lo hubiera dicho ya miles de veces) y cuando escuché Fun People encontré un sonido y actitud más o menos común y con letras bastante “polémicas” o más bien basadas en problema sociales, desde el aborto hasta la transexualidad.
En el 2007, escuchaba un poco de bastantes cosas, pero mucho de eso fue alimentado por grupos “indie” / alternativos que sumaban puntos en mi iPod Classic de 80GB. Algunos de esos grupos fueron: Rooney, que se hizo bastante popular después de sonar en un anuncio de perfume y después de que “Seth” invitara a sus amigos a uno de sus conciertos en The O.C.; Jack’s Mannequin formada en el 2004 por el “frontman” de Something Corporate Andrew McMahon, The Killers con su primer disco “Hot Fuss” (2004); Atom and His Package, un proyecto rarísimo synthpunk de Adam Goren (Seth Cohen de The O.C. tenía un poster de Atom en su cuarto ¡cómo no me iba a enamorar de este personaje!). Atom era tan raro y tan nerd, que por acá se los dejo.
¿Recuerdan el programa 120 Minutos de MTV? Ajá. El momento en el que por fin ponían música buena. Ok, yo lo veía siempre que podía, y de ahí saqué Audio Karate, un grupo fresquísimo, conformado por varios latinos (mexicanos) cuyo disco Lady Melody fue producido en el 2004 por Bill Stevenson de Descendents. En el 2011 cambiaron su nombre a Indian School, y desde entonces les perdí la pista. Lástima.
Recuerdo que entre el 2007 y el 2008 me asaltaron varias veces, en una de ellas, un viernes a mediodía esperaba el bus de la UCR en Sto. Domingo junto a varias personas. Yo escuchaba música en mi adorado iPod de 80GB, cuando de pronto dos muchachos como de 13 años se acercaron a mí con una pistola. La gente de la parada salió corriendo (gracias) y ellos apuntaron la pistola a mi estómago. Como siempre, yo sostuve mis cosas y puse resistencia, ellos lograron meter la mano en mi bolso y sacaron la única cosa que tenía un valor gigante para mí. Ajá. El bendito iPod. Salí corriendo detrás de ellos como 3 cuadras, hasta que un señor me paró porque estaban disparando y no me había dado cuenta. Lo que sí sé con claridad es que lo último que escuché en ese iPod (que no tenía respaldado -ouch) fue Hot Hot Heat, grupo que me encantaba en aquel tiempo.
Otras de las bandas que escuchaba, aunque pocos en aquel momento podían aceptarlo, era Dashboard Confessional. Realmente escuchaba Dashboard a los 17, pero años después seguí apreciando el valor de discos como “The Places You Have Come To Fear The Most” (2001) o “The Swiss Army Romance” (2000) […y ni hablar de la compilación de MTV Unplugged]. Años después puedo admitir que Chris Carrabba fue el interpréte y personaje del soundtrack de mis primeros rompimientos. No había música mejor para llorar desconsoladamente y sacar toda la mierda del sistema. No lo había. Bueno, sin contar The Blower’s Daughter de Damien Rice… pero este tema da para otro post.
Inclusive, hace poco tomé la decisión de ir al Riot Fest gracias a ellos y muchísimas bandas de la adolescencia / juventud rebelde, como Descendents, The Offspring, The Cure, Rise Against, Billy Bragg, NOFX, Taking Back Sunday y Weezer.
En fin, aquí está todo el unplugged de Dashboard:
Aprovechando que ya mencioné a Descendents, en esas época no solo tenía tiempo para llorar con Dashboard, si no que pasé posiblemente cientos de horas en el bus de la UCR a Heredia, o en los buses de Global Park a Santo Domingo, escuchando grupos mágicos de Punk Rock y sus derivados, como Alkaline Trio, The Ataris, The Bouncing Souls, NOFX, Lagwagon y SNFU, cuyo disco The One Voted Most Likely To Succeed [1995] descubriría mientras me sumergería en los discos viejos de mis exvecinos holandeses que luego me lo regalarían. Tremendo regalazo. Años después los escucharía en vivo en Latino Rock Café.
También escuchaba Me First and The Gimme Gimmes, The Loved Ones, Switchfoot, A Wilhelm Street [a quienes pude ver en concierto en el 2011 🙂 – ver foto]
Y en esta lista también figuraban un par de grupos específicamente: Comenzando por Descendents, cuyo disco “Cool To Be You” (2004) en particular me cautivó, con canciones como “Nothing With You”, “Anchor Grill” o “Talking”, o inclusive el “Everything Sucks” con piezotas como “When I Get Old” o “I’m The One”.
Nunca me gustó tanto la mezcla de temas políticos, o al menos los grupos que prácticamente dedicaban la mayoría de sus canciones a ellos, como un Propagandhi (lo cual mis amistades jamás comprendieron), y en este caso Descendents era refrescante. Tenía ritmos pegajosos, letras sencillas pero bien escritas. Debo admitir que inclusive describieron mi idea de una relación perfecta en una canción “I don’t wanna move. I’ll just sit here in my living room and see what’s on the tube while I’m hanging out with you”. Creo que tengo que salir más. Nah.
Por otro lado, estaba la banda alemana de punk Beatsteaks. Es gracioso. Siempre he pensado que todas mis relaciones o exnovios, por peores o mejores que fueran siempre me dejaron algo positivo: música nueva. En el caso de Beatsteaks le debo a un exnovio haberlos conocido, y le agradeceré siempre por ello.
El Living Targets (2002), Smack Smash (2004) y el Limbo Messiah (2007) se convertirían en unos de mis discos favoritos de la época y juro que algún día los veré en vivo, sea en Berlín o donde sea que tenga que ir, pero lo haré.
Entre el 2007 y el 2008 empecé a escuchar muchos de los discos y grupos que sigo escuchando ahora o que influirían notablemente en lo que ahora me define a nivel musical, y eso me hace sentir viejísima. Hace unas semanas en la oficina le mencioné a mis compañeros (en su mayoría menores que yo) que yo prefería a Pharrel en sus tiempos de N.E.R.D. … Silencio total… Solo yo había escuchado N.E.R.D.
Pero bueno, varios de estos grupos serían Yeah Yeah Yeahs, The Sounds, The Mars Volta, Arctic Monkeys (a quienes pude ver en Lollapalooza 2011)
En ese tiempo los Arctic Monkeys, en particular Alex Turner, eran unos bebés. Tenían solo 18 años, como yo. Y se veían todo débiles y enclenques. Hoy, Alex es una belleza de hombre (-jiji) Más adelante me enamoraría más de los Arctic Monkeys y tomarían un papel muy significativo al final de los años de mi Universidad y al principio de mi época trabajadora, de la cual hablaré en la Parte 4. Vean qué bebés se veían:
Además: Kaiser Chiefs, Tiger Army y Portishead, que ya escuchaba desde años antes, pero me detengo a rendirles el tributo que merecen por lo mucho que significó esta banda de trip hop durante mi temprana juventud y hasta el día de hoy. El dvd de Roseland NYC Live de 1998 es épico y todo el mundo debería verlo.
Aprovechando que ya metí el tema de Beth Gibbons, puedo decir que AMO las bandas conformadas por mujeres. Al ser mujer ya es natural, y más aún cuando una ya ha estado en una banda de alineación femenina. Para ese tiempo recuerdo que amaba dos grupos de esta índole:
Pretty Girls Make Graves, una banda de post-punk de Seattle con dos mujeres al frente, una banda formada en el 2001 y que debe su nombre a la canción de The Smiths y que lastimosamente se retirarían de la música en el 2007. Una de esas bandas que definitivamente me hacen querer salir corriendo hacia una montaña, bailar como si nadie estuviera viendo y gritar con todas mis fuerzas. Hermoso.
Por otro lado estaba Sahara Hotnights, un grupo sueco más viejito que mezclaba un poco de punk y pop y cuya alineación estaría integrada por 4 mujeres. Mis discos favoritos: “What If Leaving Is a Loving Thing” del 2007 y “Kiss and Tell” del 2004.
Me asusté realmente cuando me di cuenta de que empecé a escuchar algunos de mis grupos favoritos actuales hace 7 años, entre ellos Vampire Weekend, The Magic Numbers, The White Stripes (y Jack White en general), Nada Surf, Crystal Castles, Le Tigre, Muse, Belle and Sebastian, Nouvelle Vague (que todavía me sorprenden), DeVotchKa, My Morning Jacket, Rilo Kiley y Sonic Youth. Se siente como si hubiera sido ayer.
ESTA CANCIÓN de The Shins («Kissing The Lipless») es de mis favoritas ayer, hoy y siempre:
¿Y qué tal The Knife? Cuando vi que estaba entre mis grupos más reproducidos del 2008 me asusté. Hay mucho que decir de The Knife y nos podría dar para todo un post aparte, pero por ahora nada más voy a decir que el nivel artístico del grupo en todo el sentido, desde letras, música y material audiovisual, es único.
Seriamente, pocas veces se puede ver un grupo tan original con discos llenos de éxitos (a diferencia de muchos grupos que tienen un single bueno y se acabó). The Knife se convertiría a partir de ese momento en uno de los mejores grupos (dúos) que escucharía. Compuesto en el 99 por los suecos Karin Dreijer Andersson y Olof Dreijer, que definirían toda una nueva etapa para el electro pop. Rara vez aparecen en los medios y cuando lo hace es memorable, al punto que hasta hace poco aceptaron presentarse en vivo. Mejores canciones: Lasagna, Pass This On, Heartbeats, Kino, Listen Now. Para mí, el grupo es superior a Fever Ray y tiene tan buenos videos que cuesta decidirse por uno solo. Los dejo con Pass This On.
Para terminar (porque este post está quedando inmenso) en esta época conocí a uno de mis grupos favoritos. No necesariamente por un tema de género musical, pero la genialidad de Amanda Palmer, tanto como solista como en The Dresden Dolls, a nivel de letra, música y composición en general es magnífica.
Tanto Amanda como brian Viglione (baterista) se definen como “Cabaret Punk Brechtiano”. Estoy segura que Amanda y yo seríamos mejores amigas por siempre. ¿No mencioné que además tiene un disco de tributo a Radiohead en ukelele y un cover de “Two Headed Boy” de Neutral Milk Hotel? Almas gemelas. Ja. [El video es terrible, pero la música de Dresden Dolls y Amanda es increíble]
A pesar de que la lista cubre solo algunos grupos del 2005 al 2008, podría continuar por páginas y páginas. Definitivamente los años de Universidad (aunque me falta el 2009) fueron una época de exploración musical inmensa y diversificación de géneros. En aquella época conocí grupos que marcaron mis gustos musicales en la actualidad y algunos de ellos todavía se encuentran en mi lista de reproducción, tal vez no en un iPod de 80GB (Rest In La Cueva) pero sí en mi iPhone, donde me he acostumbrado a guardar solo lo necesario para sobrevivir el día. De eso hablaremos más adelante, pero por ahora quería compartirles este soundtrack ¿qué tal si ustedes me comparten el suyo?
Me gustan este tipo de post, por que asi conozco «nueva música»
yo la verdad que no conocía algunas bandas y otras las conocí mas adelante, como por ejemplo opeth en el 2010, solo que no he escuchado todos su discos.
En esas épocas mmmmm, diría que comencé alejarme un poco del pop chicle como yo le llamo jajaja, y me acerqué cada vez mas al metal/rock, pero apenas escuchaba Kamelot, Rhapsody of fire, iron maiden, nigthwish, Dark moor, y otros que sonaban en la radio.
MAs adelante conoci a una de mis favoritas:; Epica, y fue escuchando bandas de mi país, yo soy de El Salvador, así que me comencé a interesar por la escena local de metal, como Dreamlore (es death melódico) Berserk (Trash muy bueno aunque se separaron) entre otros.
Dresden dolls también las conocí como en el 2009, también Emilie Autumn, Abney Park, y seguí esuchando música popular en la radio, lo que estaba de moda jajaja, ya no se que otras bandas mmmm
Saludos 😀
Próximamente tendremos más posts de estos Ruzu. Muchas gracias por tomarte el tiempo de leer y comentar. Abrazo!