Tuve la suerte de vivir mi infancia durante los años noventa. Esto significa que recuerdo con mucho cariño mis horas frente al televisor viendo programas de Nickelodeon. Usualmente ni siquiera me importaba lo que estaban dando, cuando era hora de ver televisión, simplemente dejaba ese canal -el 21 en mi servicio de televisión por cable- y abrazaba sus contenidos.
A pesar de que programas como Clarissa lo explica todo o ¿Le temes a la Oscuridad? Me gustaban mucho, siempre preferí ver las series animadas de este canal, porque hay que aceptar que algunas de ellas tenían grandes dosis de locura y excentricidad, tanto en su temática como en su gráfica, lo cual era parte importante del encanto.
Entre mis favoritas de esa época figuran:
Ren y Stimpy
Se trata de las aventuras de Ren el chihuaha y Stimpy el gato, pero esa es una manera demasiado simple de definir esta serie. Sumamente surrealista y controversial, nunca fue realmente apta para niños, pero esto la hizo sumamente atractiva para adolescentes y adultos. Personalmente su humor nunca me pareció su lado más fuerte, pero su estilo gráfico siempre me hipnotizó. En el 2003 sacaron la versión para adultos, Ren y Stimpy «Solo para adultos» la cual resultó ser demasiado grotesca, pueden buscarla si quieren arruinar su infancia un poco.
La vida moderna de Rocko
Llevo años sin ver Rocko, pero conservo recuerdos bastante claros, como que era un wallaby -no un kanguro y esta diferencia era muy importante- y que su temática giraba en torno a su vida cotidiana como un inmigrante australiano y a su particular grupo de amigos. Cómo olvidar las extrañas insinuaciones sexuales camufladas dentro de la trama de la serie, por ejemplo cuando Rocko encuentra trabajo como operador telefónico. Rocko fue cancelada por ser “rara”, yo opino que era única.
¡Aaahh Monstruos de Verdad!
Siguiendo con la tendencia de la época ¡Aaahh Monstruos de Verdad! fue una serie muy particular, se trataba de monstruos juveniles en entrenamiento para asustar a los humanos -sí, es el argumento original de Monsters University- pero Ickis, Oblina y Krumm eran adorables a pesar de ser físicamente espeluznantes, en especial Krumm. Un dato curioso de esta serie es que la “moneda” de los monstruos eran los residuos de cuando los humanos se cortaban sus uñas y Oblina era rica porque vivía debajo de un salón de belleza ¿Qué tan asquerosamente adorable?
KaBlam!
KaBlam! Tenía un formato muy interesante para ser un programa para niños. Entre lo mejor de KaBlam! estaba la Liga de la Acción, que era el más brillante matrimonio entre la Liga de la Justicia y Toy Story, convertidos en parodia. También estaban Prometeo y Bob, o mejor dicho los esfuerzos inútiles de un extraterrestre por enseñarle cosas nuevas a un hombre de las cavernas.
¡Oye, Arnold!
Aunque parece una típica serie animada de sobre un niño y sus aventuras en la escuela, los personajes de esta en particular tenían personalidades muy definidas y familias e historias de fondo. Arnold, más allá de tener su cabeza con forma de balón y una relación complicada de amor/odio/acoso con Helga, vivía con sus abuelos y tenía que lidiar el dolor de no tener a sus padres. Por otro lado Helga sufría también mucho con su familia que era evidentemente un desastre.
Esta es solamente una pincelada lo que fue la época dorada de Nickelodeon, más adelante quiero profundizar en cada una de estas series, así como incluir algunas más nuevas, como Bob Esponja y Los Padrinos Mágicos, que lograron prolongar la esencia de los programas de Nickelodeon de los noventas hasta a finales de los 2000.