¿Cómo How I Met Your Mother cambió las sitcoms para siempre?

Por Frank Rodríguez.

¡Vaya título! Ni quiero pensar que responderá la gente cuando compare esta loca idea de Carter Bays y Craig Thomas con las icónicas Friends y/o Seinfield.

No me imagino la basureada cuando diga que Thomas y Bays están al lado de Chucke Lorre como los mejores escritores de sitcoms de la actualidad.

Mejor no lo hago…

Esta historia de un grupo de amigos viviendo en la ciudad Nueva York es fresca y distinta. Los personajes están bien desarrollados, el nivel de comedia y drama es el justo y el guión es genial. También hay mensajes política y moralmente correctos y de gran profundidad; pero nada de eso me atrapó.

Para mí todo empezó con Barney Stinson, probablemente uno de los personajes mejor construidos de la televisión de los tiempos modernos, interpretado por un singular actor de televisión y de Broadway: Neil Patrick Harris (sus nominaciones a los premios Emmy y Globos de Oro hablan por sí mismos).

Conocí HIMYM y a Barnabus en la cuarta temporada. En el episodio “The Stinsons”, Barney engaña a su madre, haciéndole creer que estaba felizmente casado y tenía un hijo; ahí lo conocí en su máxima expresión de hombre sin escrúpulos (eso pensé en ese momento, pero claramente todavía no conocía The Playbook).

Él es oportunista, manipulador y mujeriego, pero sobre todo gracioso e inspirador.

 

When I get sad, I stop being sad and be awesome instead. True Story.

Sin duda, mi personaje favorito.

Pese a ser un punto alto para la serie, no es el único que destaca. Podría seguir toda la tarde hablando bellezas de Theodore Evelyn, Liliam, Marshall y Robin Charles. Pero sólo yo me leería. Todos están llenos de contradicciones y se complementan los unos a los otros. La química entre los actores es única.

 

Is this gonna take a while? Yes.
Are we being punished for something? No.

Los hijos de Schmosby no fueron los únicos en crecer. Los guionistas de la serie hicieron crecer a punta de pichazos al gang.  El drama y la comedia siempre estuvieron presentes en ese proceso. Lo genial, era verosímil.

¿Por qué me lo creo? Porque todo está contado desde la perspectiva de una persona que le cuenta sus loqueras de juventud a sus niños. Algunas cosas no tendrán sentido porque hablamos de Ted Mosby.

Por ejemplo, la genialidad de los sándwiches se encarna de manera magistral en «Tick Tick Tick” – aquel episodio en que Teddy Westchester y Big Fudge se pierden en un concierto.

La cabra, la piña, la sombrilla, la corbata de patito, las cachetadas… El non-linear storytelling es grandioso. Todo es un gran flashback. Los elementos y las bromas  recurrentes hicieron de HIMYM una sitcom completamente distinta a las demás.

Las serialidad de las sitcoms usualmente no permiten que existan chistes recurrentes, pues si la audiencia no los conoce, simplemente no dan gracia. Por ello, la fórmula ganadora siempre serán las referencias externas. Aquí Los Simpsons han dado cátedra durante décadas.

El arco narrativo permite que los guionistas dejen múltiples cuestiones sin resolver. Para quienes los recuerdan, las cachetadas pendientes, la piña perdida o la cabra en el cumpleaños de Ted se resuelven incluso hasta después de dos o tres temporadas.

HIMYM lo ha hecho excelente en al menos un 80% de la serie (de hecho la escritura ha mejorado en los nueve años de duración). Y bueno, sí, algunos episodios han apestado, pero otros simplemente son de antología (Girls Versus Suits, Challenge Accepted, Ducky Tie, por ejemplo).

En resumen: HIMYM tiene personajes bien hechos, una estructura de guion innovadora y las proporciones justas y necesarias de comedia y drama que una serie necesita.

HIMYM tuvo todo lo que una serie requiere para durar nueve temporadas y cambiar la forma en que se escriben y producen sitcoms para siempre.