¡Es Halloween! Y para celebrar, nada mejor que un clásico para alimentar uno de los sentimientos más básicos del ser humano: el miedo. No importa cuántas novedades alusivas al horror concurran cada año en la tele, The Twilight Zone siempre será una referencia importante de lo que conocemos como terror psicológico. Sin contar con un gran presupuesto o utilizar efectos especiales de alto calibre, esta serie poseía un arma mucho más poderosa: historias impactantes e irrepetibles.
Intro clásica del programa ¿quién no se pone nervioso solo con la música?
Empecemos con un poquito de historia sobre su invención. Rod Serling (1924-1975) no solamente creó la serie en 1959, además era anfitrión y narrador de cada episodio desde 1959 a 1964 (emisión original), también escribió más de 90 episodios en ese lapso de tiempo (5 temporadas) por lo que puede considerarse uno de los guionistas de tv más prolíficos de la historia. Como dato curioso, Serling también co-escribió Planet of the Apes en 1968.
Algunos escritores famosos que participaron en The Twilight Zone son Ray Bradbury (Farenheit 451, Crónicas Marcianas) y Richard Matheson (I am Legend, What Dreams May Come) A la vez, muchos episodios eran adaptaciones a historias clásicas de terror y ficción escritas por reconocidos autores norteamericanos. Podría decirse que cada episodio era una pieza magistral brillantemente compuesta.
Cabe mencionar que al tratarse de una colección de historias sin personajes recurrentes y al igual que la mayoría de los programas clásicos más reverenciados en la actualidad, The Twilight Zone fue cuna de muchos actores que luego serían famosos, entre ellos Dennis Hopper, Robert Redford, Leonard Nimoy, Burt Reynolds y William Shatner.
William Shatner en «Nightmare at 20,000 feet»
The Twilight Zone nunca escatimó en el uso de la ciencia ficción como motor principal en sus episodios y esto contribuyó enormemente a cambiar la percepción de la audiencia respecto a la misma; se empezó a considerar como un género más al que se le atribuyó la importancia y seriedad correspondiente, abandonando poco a poco etiquetas como “absurdo e infantil” Sin lugar a dudas, abrió camino para muchos otros programas en la misma categoría.
La variedad de argumentos permitía sacudir a la audiencia con un relato fantástico cuya conclusión siempre era sorpresiva: objetos encantados, viajes en el tiempo, monstruos, humanidad, etc. Cada situación estaba enlazada cuidadosamente con una moraleja o enseñanza final para causar conmoción en el público, así es como existen algunos desenlaces más aterradores que otros. Afortunadamente para los nostálgicos, The Twilight Zone se puede ver en Netflix, y si quieren una búsqueda más detallada con The Twilight Zone Episode Finder se pueden encontrar episodios mediante palabras y categorías clave.
«Eye of the Beholder» Season 2, Ep.42
Las alusiones a The Twilight Zone en la cultura popular son incontables y han tenido cabida en programas de todo tipo; así podemos recordar muchas parodias en los especiales de “La casita del Horror” en Los Simpsons, varios sketches de SNL, como tema de fondo en The X-Files (¡no podía faltar!) e incluso en la escena del avión de la película Bridesmaids, donde Annie (Kristen Wiig) ve “a alguien” en el ala del avión, una clara referencia al episodio “Nightmare at 20,000 feet”
La serie se revivió en 1985-1989 y luego nuevamente en el año 2002 (un real fracaso), además, en 1983 Steven Spielberg produjo Twilight Zone: The Movie basada en historias famosas de la serie. El impacto de la «Dimensión Desconocida» ha sido tan fuerte que hasta existe una atracción especial en Disney’s Hollywood Studios llamada The Twilight Zone Tower of Terror. Pero esto no es realmente tan importante como la marca que dejó en todos aquellos que alguna vez nos asustamos voluntariamente mientras disfrutamos de un programa que nunca pasó de moda en la memoria colectiva de la tele audiencia.
Twilight Zone: The Movie