En el episodio de esta semana, continuamos acostumbrándonos a Jess y Nick como pareja. Además, sigo notando cómo de alguna manera, Schmidt y Winston tienen un lazo que funciona armoniosamente sin Nick, a pesar de que los tres se llevan bien. Creo que con el paso del tiempo, los guionistas lo han ido sacando a ratos de esa fórmula absurda a la que perteneció en un principio junto a Schmidt y Winston. Sin embargo, en este episodio nos regalan un poquito más de los tres juntos y eso es algo que disfruto demasiado.
Jess y Nick son los mejores amigos. Más que mejores amigos, los mejores novios. Pero al sentirse insegura en su nuevo trabajo como maestra de otra escuela, acude a Nick por ayuda. GRAVE ERROR, JESS.
Es como un regreso al colegio cuando ella solo quiere ser aceptada por el grupo cool de profes, pero nuestra Jess sigue siendo la rara, cuya particular manera de ser la convierten en una nerd incomprendida. Nick la aconseja, pero mal. Jess termina esforzándose demasiado por encajar mientras un sorpresivamente ecuánime Schmidt lo regaña por no protegerla y evitar que caiga en el ridículo.
Pero detengámonos un momento en Winston, que también tiene sentimientos y está tristemente descorazonado a raíz de una posible infidelidad. Con Winston tengo sentimientos encontrados, es como que me siento mal porque no me interesa lo suficiente cualquier cosa que le pase, pero al mismo tiempo veo necesarias algunas de sus intervenciones. Esta vez, sigue en su propio mundo, con sus problemas ajenos-no relacionados a sus amigos (¡un gato!)
Schmidt toca fondo demasiado pronto con esto de sus dos novias. Elizabeth y Cece son invitadas a una fiesta en su oficina y cuando se encuentran es imposible de creer, pero él se sale con la suya. Schmidt, ¿cómo duerme de noche? Y ellas, ¿cómo es posible que no sospechen?
El episodio termina con una lección importante para todos, y es el amor propio. Me gustó cómo esta vez pude tomar las historias individuales y asociarlas a la misma conclusión.
Lo bueno
Una de las maestras cool es Angela Kinsey, a quien recuerdo con mucho cariño por interpretar a «Angela», en The Office.
Lo malo
Nunca he considerado tontas a Elizabeth y a Cece, pero me está cansando tanta credulidad.
Lo raro
Todo el asunto del gato y los pezones de Schmidt. ¡Ew!
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