Los zombis son un tema recurrente en nuestra historia literaria, cinematográfica y televisiva. Casi se puede afirmar que desde Dawn of the Dead hasta Shawn of the Dead, pasando por The Walking Dead, este tema se ha abarcado desde casi todos los ángulos posibles e imaginables. Hasta llegar a la cosa más inaudita -aunque después de Twilight se podía ver venir- una historia de amor entre un muerto viviente y un mujer viva, esto es Warm Bodies, sin embargo, creo que ahí sí llegaron demasiado lejos.
A pesar de esto, siempre ha habido una premisa de esta versión del Apocalipsis que a mí personalmente me ha interesado y nunca la había visto expresada en ningún medio, tan es así, que consideré seriamente escribir un libro al respecto e incluso lo empecé. Eso fue hasta que vi In The Flesh.
En la mitología de los zombis, hay muchas maneras en las que este final de la humanidad se puede desencadenar: un virus creado en un laboratorio, comida contaminada o simplemente la versión más clásica -mi favorita- el juicio final, cuando los muertos salen de sus tumbas, básicamente Thriller de Michael Jackson. Esta serie trabaja con este tipo de zombi. Sin embargo, lo que hace de esta serie interesante es que se centra, no en la carnicería ni en los seres monstruosos, sino en lo que sucede después, cuando estos muertos recobran su consciencia y con tratamiento se pueden convertir en personas “parcialmente muertas”.
Ese es el caso de Kieren Walker, un muchacho sumamente sensible y adorable, atormentado por su pasado de zombi sin consciencia -sí, cuando se comió a un par de personas- y una persona que carga con un gran equipaje de recuerdos amargos, los cuáles básicamente lo llevaron a su primera muerte.
Al delicado estado mental de Kieren, se suma un contexto cien por ciento intolerante para este tipo de personas. Una situación en la que el monstruo puede ser cualquiera. Esto es lo que hace de la serie una maravilla, los conflictos humanos y de moral, así como el manejo de los dobles estándares… Se puede decir que esta serie es una metáfora para muchas cosas que están mal en nuestra sociedad.
El mérito de In the Flesh, está en que es una serie de zombis en la que realmente no importan mucho el maquillaje -aunque sí es muy bueno- ni los efectos especiales. Es más drama que horror y demuestra que no es necesario gastarse todo el presupuesto anual de un país pequeño para mantenerte al filo del asiento.
El único pecado es que es muy corta y nos deja con muchas dudas, la buena noticia es que ya fue comisionada la segunda temporada para el 2014.
No tenía idea que existía esta serie. Me parece que habrá que darle su merecida oportunidad. Aprovecho ahora que habla de zombies para mencionar esta mini de la BBC que me pareció súper bien lograda y que le patea el trasero a muchas versiones del género:
http://en.wikipedia.org/wiki/Dead_Set
Es divertidísima.