Al hablar de The Americans, tengo el impulso inicial de convencer a todos de que tienen que ver esta serie y después procedo a controlarme, un poco. Empezaré exponiendo mis argumentos. En primer lugar, está ambientada en plena guerra fría en los años ochenta, esto nos garantiza buena música, nostalgia y una muy importante carencia de celulares, internet y pruebas de ADN. Esto último es clave, pues la historia se centra en dos agentes de la KGB y muestra muchas facetas “no tan frías” de esta guerra.
No podemos negar que el espionaje ha sido una realidad en nuestra historia, como mecanismo de balance entre fuerzas. Sin embargo, gracias a Hollywood, tenemos un sin fin de ideas preconcebidas y distorsionadas que afloran al momento de escuchar la palabra espía, principalmente la noción de que son muñecos de acción muy bien vestidos -no que sea algo completamente malo-. Esta serie, creada por Joe Weisberg, un ex oficial de la CIA convertido en guionista y basada en las notas dejadas por Vasili Nikitich Mitrokhin, un desertor de la KGB, aporta una visión del espionaje más profunda y mucho más interesante.
La historia se centra en Phillip (Matthew Rhys) y Elizabeth Jennings (Keri Russell, la mismísima Felicity), un matrimonio en apariencia convencional que vive tranquilamente en Washington, junto a sus dos hijos. Hace 15 años fueron enviados como parte del Directorio S, la inteligencia ilegal dentro de la KGB -espías infiltrados- y sus propios hijos desconocen su verdadera identidad. Altamente comprometidos con su madre patria y dispuestos a lo que sea por defenderla, ambos tienen su lado cautivador. Phillip es completamente carismático y se gana al público desde el primer momento. Con Elizabeth la relación es un poco mixta, sin embargo, se aprende a quererla.
La parte humana de los personajes está muy bien trabajada, la situación tensa en la que se encuentran y sus conflictos personales tienen, a fin de cuentas, mucho más protagonismo que el tema del espionaje en sí. Cuenta con actuaciones potentes, un guión muy bien escrito y una trama sin pelos en la lengua.
Finalmente, lo que más deseo destacar de esta serie es que su aura es completamente gris. No hay buenos -definitivamente- pero tampoco villanos. La serie está balanceada en ese sentido, se trata de personas guiadas por convicciones muy fuertes, algo mucho más complejo que un simple conflicto entre el bien y el mal. Sí, se llama The Americans, ocurre durante la Guerra Fría y es hecha en Estados Unidos, sin embargo, nos muestra facetas respetables y cuestionables de ambas partes y creo que eso es digno de reconocimiento.
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