Retrospectiva del Buffyverse

Huh?

Cuando puedo traer el tema de Buffy a colación lo hago sin dudarlo. Es una figura femenina de fábula que me marcó la vida.

En sus siete temporadas, las alegorías a situaciones reales mediante el monstruo de la semana hicieron que me identificara demasiado con los personajes.

La sola premisa de la chica rubia e indefensa, caminando sola en la noche por un callejón donde acechan todos los posibles peligros imaginables, se ha puesto en escena incontables veces.

Pero es el twist lo que hace a esta serie encantadora, nuestra pequeña heroína le patea el culo de aquí a la eternidad a cualquiera que se le ponga en frente.

Cuando cumplí 30 hace un año me reventó la cabeza que han pasado 15 desde que salió.

Recuerdo que fue la cadena Fox quien la trajo y al principio estaba traducida al español. Yo estaba en el cole y fue amor a primera vista.

Cuando la pasaron al inglés con subtítulos se me hizo difícil acostumbrarme a esa nueva voz, aunque obviamente terminé acostumbrándome a la voz de Sarah Michelle Guellar.

Esta serie fue pionera en la televisión estadounidense, reveló piel y sexo (entre otras cosas) en la programación normal antes de las 10 p.m, la cual estaba dirigida a gente como nuestra protagonista y amigos, adolescentes entre 13 y 18 años.

Entre sus temas preferidos Whedon, mostró que las mujeres pueden ser femeninas y defenderse por sí mismas. Que pueden debatir con los mayores y mantener su posición con argumentos mostrando que los adultos no siempre tienen la razón.

Un punto fuerte fue que demostró que la femineidad no es sinónimo de debilidad. Lo cual contradice el discurso de muchas feministas de hueso colorado, no es requisito sine qua non que una persona fuerte sea una tomb boy.

OMG la ropa.

Los episodios tenían bastante subtexto, este nos dejaba claro que las tradiciones no están escritas en piedra, todo tiene una razón de ser y se debe preguntar cuál es, sin aceptar a ciegas la respuesta impuesta por la mayoría.

Por supuesto que no siempre las cosas le salían bien a nuestra heroína, antihéroe para algunos, después de mucha paridera su scooby gang salía adelante y otro apocalipsis era detenido, como dicen en Buffy, it must be Thursday, refiriéndose a que siempre venía algo nuevo que enfrentar.

Nuestra diminuta cazadora nunca reparó en dejar claro lo que quería y cómo lo iba a conseguir, era bastante vocal al respecto.

Si tenía sus debilidades, el típico triángulo amoroso, amó sin reparos les abrió el corazón a los chicos, fue traicionada y nada de eso le hizo mella a su personalidad, más bien le ayudó a crecer.

Como lo dijo en una de sus frases más famosas (al menos para mí) en el episodio final de la segunda temporada llamado Becomming part 2:

Angelus: No weapons, no friends, no hope. Take all that away, and what’s left?

Buffy: Me.

Angelus: Sin armas, sin amigos, sin esperanza. Te quitan todo eso, y qué queda?

Buffy: Yo.

Me.

Podemos tener un núcleo afectivo que nos ayuda a nuestra formación como ser humanos, pero al final, si nos vemos en aprietos debemos recordar que somos valiosos por nosotros mismos ycapaces de enfrentar las cosas más feas que se nos puedan presentar.

Pero como en todo no sólo existe el poder de Uno, la familia fue un tema súper importante en esta serie. Los lazos que nos unen, si uno es más familia por la sangre o por cómo nos tratamos los unos a los otros. El estar ahí para quien lo necesite en el momento que sea y dar todo por esas personas que son parte de nuestro círculo.

Los originales.

El dar segundas oportunidades era un tópico recurrente, se veía reflejado en los personajes de Spike (<3) y Angel, pero no se limitaba a ellos. Cada miembro de la Scooby Gang tenía sus errores a cuestas, pero a todos se les apoyó incondicionalmente porque al final de cuentas sus errores no eran sinónimo de su carácter sino resultado de malas decisiones. Lo importante es que lo aceptaban y trataban de remediarlo juntos.

Faith la personificación de las segundas oportunidades.

Un punto fuerte fue que Whedon no se anduvo con titubeos a la hora de presentarnos un tema taboo como lo era (sinceramente aún lo es) el ser gay.

Kiss, kiss.

Fue una de las primeras veces que vi lesbianismo sin reparos y excusas interpretadas por personajes fuertes sin el síndrome del camiseta roja.

La relación entre Willow y Tara fue interpretada con bastante realismo (bueno en la medida de lo posible cuando la pareja la conforman dos brujas). El primer beso y sus encuentros sexuales se manejaron de un modo bastante respetuoso.

En el programa la violencia era cosa de todos los días, pero siempre o casi siempre, venía de fuentes mágicas.

Pero hubo un episodio que en USA no dieron porque coincidió con la masacre de Columbine, aunque había sido filmado previamente, se consideró que iba a afectar sensibilidades. Se llamó Earshot.

Ratas.

Por un acto random del destino (este siempre le juega bromas pesadas a nuestra protagonista) Buffy empieza a escuchar lo que dice todo el mundo y una de las voces dice que los va a matar a todos. Luego de varios intentos fallidos de encontrar al verdadero culpable, nos topamos con la figura del debilucho, típico estereotipo de niño atormentado proclive a la violencia por el maltrato sufrido y con sed de venganza.

Acá en Costa Rica lo dieron en la programación normal en el orden que ya estaba dispuesto desde antes de la masacre, en USA lo pasaron tiempo después.

Para mi la muerte ha significado un encuentro con la depresión, la auto destrucción y el ostracismo autoinflingido. La muerte de mi abuelo es uno de los eventos más horribles que he vivido y que me hicieron tocar fondo.

Arruiné amistades, mi relación con mi novio y su familia. Nunca pensé que a mi me iba a pasar algo así. Pero al parecer mis cimientos no estaban preparados para afrontar una pérdida.

Por dicha la depresión se calmó y logré aceptar que se fue.

Dentro del mundo que creó Joss Whedon hay un episodio que no puedo ver sin llorar y está considerado por muchos como de los mejores, The Body.

No vea para atrás.

En este episodio Whedon optó por no usar música y un tipo de cinematografía que resaltaba lo lento y tedioso que es el proceso de luto, nada de fantasía, sin posibilidad de algún hechizo para regresar al muerto a la vida, sin culpables sobrenaturales.

Vemos a nuestros mágicos personajes lidiar con algo que no pueden controlar, donde la particularidad de cada reacción es intensificada por el silencio, la ausencia de razón que existe tras darse cuenta que alguien que amas murió.

Siempre que pienso, leo o veo este episodio termino en lágrimas, me identifico y me recuerda la pérdida de un familiar, sin sentido sin fanfarrea, solo vacío.

La serie terminó en su sétima temporada (May 20, 2003) de un modo que en mi opinión fue excelente pero luego The powers that be nos trajeron a Buffy en versión cómic.

En la octava temporada en su versión comic, Whedon se volvió loco y metio cosas que jamás un presupuesto de televisión permitiría. Pero hizo que la serie perdiera eso que la hace especial, el núcleo familiar, las crónicas personales. Se le fue de las manos.

Por dicha comenzando la novena temporada vemos que Whedon entendió que Buffy va más allá de explosiones, mechas y demás recursos rimbombantes. El punto son los personajes, las relaciones entre ellos, cómo salen de los predicamentos y como manejan las consecuencias.

Descrubrí al leer los cómics que supe desligar los distintos medios, llámese, cine, televisión y escrito, lo cual me permitió apreciar todo aquello que Whedon podía llegar a cumplir con el cambio de formato.

Ahora en mis treinta tengo otras prioridades pero Buffy siempre tendrá un campo privilegiado en mi corazón. Crecí con ella.

*Confesión, a veces entro en pánico cuando pienso en una nueva versión de Buffy, pero siendo sinceros, la mitología de la serie es tan grande que se puede hacer muchísimo, no sólo un reboot sino hacer una mini de la primera slayer o de lo que pasó en Fray, que sucede cien años después del final de Buffy.

Y si decidieran hacer un refrito en lugar de una nueva dirección, amaría que Chloe Moretz sea la nueva Buffy.