CRFIC, 2017 – días 3 y 4: historias que contar

Si de contar historias se trata —como dice el lema del festival de este año— los temas para cautivar a la audiencia se basan en la universalidad de cada perspectiva particular. La clave está en los personajes que crecen y se desarrollan en sus propios entornos, pero que su caracterización es lo suficientemente concreta para darles la atención y eventual cariño. Esto para evidenciar la precisión de cada filme dentro de su narrativa y, en este caso de festival, como parte de un grupo de películas que revela diversas idiosincrasias.

Sin que el frío dé tregua, este tipo de historias continúa durante las funciones y mejora el manejo de los lenguajes narrativos que puede ofrecer el cine.

Por ejemplo, Una mujer fantástica (c:8) consigue enfocar su historia alrededor de toda circunstancia de su protagonista. Un ritmo pausado y melancólico lleva la vida de Marina cuando su pareja, de varios años más, muere inesperadamente. Ese sería el detonante de los eventos que la llevan a sobrellevar los constantes rechazos de la familia de él. Ella, al ser mujer trans, es rechazada e insultada de tal manera que nunca revela más de lo que debería. La construcción del personaje principal es llevada con enorme compromiso por parte de Daniela Vega, con una manera esquiva e impenetrable que caracteriza un relato lleno de dolor y de frustración.

Una mujer fantástica - CRFIC 2017
Una mujer fantástica – CRFIC 2017

Ahí está la fortaleza de Una mujer fantástica: la demostración de la realidad que esta particular persona debe vivir y los encuentros nada agradables con el resto de la humanidad. Así se muestra la narrativa, la cual debe mantenerse a flote con el desarrollo de eventos pausado, a veces un poco repetitivo, en los conceptos que muestra. Incluso, siguiendo la línea del título, un par de secuencias que el director decide mostrar podían haber sido un poco más acentuadas para darle el carácter de su propio mundo a Marina: el caparazón en el cual se encierra y que tiene su vida propia, alejada de los demás. Entonces, con un par de deslices, es el comienzo de un mejor panorama dentro del festival.

Una mujer fantástica - CRFIC 2017
Una mujer fantástica – CRFIC 2017

Llega El puma de Quelepa (c:7) y rompe con cualquier idea de narrativa convencional. Este es una especie de anti filme que centra su objetivo en representar más una experiencia sensorial. Sin diálogos, en blanco y negro y con encuadres centrados y bien fotografiados, se trata de una inmersión al espacio rural y acoplado al punto de vista del protagonista. Él es el puma, su adaptación al mundo humano y el regreso al misterioso y alejado universo natural.

El Puma de Quelepa - CRFIC 2017
El Puma de Quelepa – CRFIC 2017

Sea una experiencia positiva o negativa, El puma de Quelepa va desde la cruda realidad social y demostración de un contexto salvadoreño bastante específico, hasta la explosión de un volcán y los enigmas propios de la jungla de los que podemos ser testigos. Es una interpretación de las imágenes que surgen a partir de un poema y que se enmarcan en un estilo completamente distanciado del cine narrativo convencional. Las escenas tienen su propósito específico: son experiencia a través de los ojos del puma, pero podría haber dinamizado más su segundo acto, en el cual el espectador es testigo de un destazamiento completo de una vaca. Imágenes duras de ver, aunque pueden ser parte de la incomodidad que se llega a sentir al estar ya inmersos en ese pequeño, inmenso universo.

El Puma de Quelepa - CRFIC 2017
El Puma de Quelepa – CRFIC 2017

Pasan las horas y el cine se prepara para una de las protagonistas del festival. Es día de conversaciones y repasos de todas las películas que se han visto. Las favoritas comienzan a surgir y las opiniones no dejan de hacerse notar entre los comentarios de los espectadores. Del director de Leviatán y El Regreso, Andrey Zvyagintsev, el enfoque trágico de Loveless (“Nelyubov”, c:9) se hace notar y vigila por completo cada centímetro de la pantalla.

Loveless - CRFIC 2017
Loveless – CRFIC 2017

He aquí una manera extraordinaria de enmarcar una historia. Es desde un planteamiento cuidadoso y de diálogos atinados que se exponen los conflictos, no para el espectador, sino como la continuidad de un proceso que ya venía desarrollándose desde antes. Un matrimonio roto y las consecuencias que sufre el hijo, quien debe soportar las discusiones de sus padres, solo para luego desaparecer y enmarcar el resto de la historia con su búsqueda. Ese retrato permite que la narración se vuelva tensa, envolvente y alucinante en el ambiente helado de la entrada del invierno en Rusia. Con un diseño sorprendente de personajes que son acentuados por las increíbles actuaciones y con una técnica formal (genial la fotografía) cuidadosa e ingeniosa que sigue cada movimiento con propósito y seguridad.

Loveless - CRFIC 2017
Loveless – CRFIC 2017

El relato de Loveless, como texto, es maduro, sufrido y aplastante. Es la angustia de una familia y las consecuencias que trae la actitud y terrible trato entre ellos. Además de la posición rusa de ciertas características de vida actuales que distraen de la realidad. Al mismo tiempo, es una representación de esa sociedad que no conocemos tanto, pero que resulta la clara demostración de que un suceso así puede pasar en cualquier lugar del mundo y que el dolor humano es más universal de lo que siempre pensamos.

Ahí está la ventaja de estas historias que llegan de todas partes del mundo: la posibilidad de identificarnos (o simplemente empatizar) con los rasgos que nos convierten en las personas que somos ante las situaciones más incómodas o dolorosas de la vida. Ahí está la clave de este festival: encontrar las experiencias plasmadas en imágenes y poder decir que no están tan lejos de la realidad que tenemos al frente o que vivimos todos los días.

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