The Good Place y One Day At a Time: comedias de ingenio y sensibilidad

Sergio Beeche Antezana
Sergio Beeche Antezana

 

 

 

Holy motherforking shirtballs.

 

Hace unos días, sin que muchos le pusieran atención, terminó la primera temporada de The Good Place, comedia nueva de NBC con genial concepto que pasó de muy buena a excelente en muy poco tiempo. Por otro lado, y de manera un poco diferente, estrenó en Netflix (en su estilo regular de dejar disponible toda una temporada al mismo tiempo) el remake de una comedia de los años setenta (que estuvo al aire casi diez años), One Day at a Time: una comedia de situación sobre los días en la vida de una familia de origen cubano en Estados Unidos. Ambas series llegan, con su formato específico, en un momento de escasa reinvención del género, pero con los aspectos narrativos y emocionales correctos para destacar de las demás propuestas, en lo que respecta a comedias ligeras o familiares.

Con The Good Place, por su premisa inicial y subsecuente desarrollo, cada giro y sorpresa viene justificada y mostrada de manera tan orgánica que nunca se siente como mero golpe de atención al espectador para seguir viendo. La rapidez y agilidad narrativa se mezclan a la perfección con los peculiares, y a la vez muy representativos, personajes. Ahí, Michael Schur (creador de la fabulosa Parks & Recreation), tiene el ingenio al máximo, aprovechando la prohibición de la TV al aire de no utilizar palabras ofensivas y haciéndola el mejor chiste continuo de toda la serie. La serie irradia originalidad, ingenio y comicidad con cada episodio.

Por su lado, en One Day at a Time, no hay muchas sorpresas; más bien, se trata de una simple comedia de familia con las dinámicas que aparecen de personajes poco comunes en la TV: cubanos-americanos. Esa simpleza no le quita la complejidad emocional y gran acercamiento de la historia que se quiere contar para mostrar diferentes visiones de esta familia, con la cual se puede tener empatía o, incluso, sentirse identificado. Desarrollado de la fresca creatividad de Gloria Calderón Kellett, el propósito de esta serie es hacer visible un tipo de familia que lucha por sobrevivir ante la sociedad y dentro de su propio núcleo. Aquí existe una consistencia interna y visión específica para demostrar los mejores resultados de los pocos personajes regulares (y teniendo dinámicas muy apropiadas con los que aparecen invitados).

One Day At A Time

Lo mejor de ambas: su estructura episódica clara y concisa, la cual, al mismo tiempo, cuida el arco narrativo de trece episodios que abarca bien el viaje de cada personaje. Es de admirar el cuidado que tienen los escritores al dar en el blanco en esos momentos que pueden quedar en memoria por destacar entre otros, pero que no se pierden de una generalidad de temas y conceptos presentes durante toda la temporada. Mientras The Good Place hace de las suyas construyendo dinámicas y evolucionándolas para darnos una increíble y genialmente ideada revelación final, One Day at a Time aprovecha su núcleo familiar y desarrolla los conflictos familiares que vienen con la maduración del adolesente, las relaciones entre madres e hijos y los tiempos cambiantes que no necesariamente cambian a las personas. El final de esta es más emotivo y de ideas de unión y agradecimiento por la familia cercana.

The Good Place

Mejor aún: las actuaciones comunican a la perfección los momentos y diálogos cómicos y las partes que necesitan un poco más de seriedad para alcanzar los puntos emocionales que profundizan la serie. Profundización que no se olvida de que es comedia y que el ingenio va en el mismo nivel y plano creativo de la caracterización. Es cuando se agradecen, por poner un par de ejemplos, los trabajos de Kristen Bell y Ted Danson en una; y a Justina Machado y la incomparable Rita Moreno en la otra.

Al escribir esto, encuentro paradójico que dos de las mejores comedias que he visto en mucho tiempo sean parte de dos maneras de producción tan diferentes (una con la cual estoy muy de acuerdo y la otra no tanto), pero que, aún así, funcionen tan bien por sus claras ideas y objetivos que ponen en pantalla. Es contar historias de singular premisa, acentuada y mejorada por el enfoque humano y fortalezas en los respectivos jefes de serie que se abren más a estudiar a sus personajes primero, para luego cumplir con cierto estándar de narrativa serializada.

No cualquier serie puede sobrevivir sin el apoyo o visión de su casa productora y respectivo canal de exhibición; pero las mejores series pueden encontrarse en cualquiera del montón de opciones que hay ahora para ver programación original (comprobando que no solo un servicio o canal será el que tenga lo mejor por tener la mayor cantidad). La individualidad y alta calidad de las series está ahí, solo hay que saber dónde explorar para encontrarla.

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