Arrival

Sergio Beeche Antezana
Sergio Beeche Antezana

 

 

El lenguaje. La forma por excelencia de comunicación entre los seres vivos. Sea natural o artificial, escrita o hablada, por señas o símbolos, las aristas —y desarrollo— que contiene esta maravillosa manera de entendimiento permiten la comprensión entre las personas y toda clase de organismos. Hay tolerancia y paciencia con el diálogo. Las distintas maneras de tener conversaciones aseguran interpretaciones y transmisión de lo que se quiere decir o expresar, como en el cine, que busca relatar y transmitir a través de imágenes reales o ideadas. O esas que combinan la realidad y la imaginación; más aún, la suposición y la intuición de cómo y qué podría suceder en un escenario de ciencia-ficción que vemos ahora estrenado.

De la cuidadosa e ingeniosa mano de Denis Villeneuve (Incendies, Prisoners, Enemy, Sicario), llega ahora, con forma de óvalo negro imponente, Arrival (La llegada), que no intenta desafiar desde su narrativa, sino desde su núcleo emocional e intelectual. Fácilmente, podría ser el sueño de cualquier lingüista que se ve ante la posibilidad de descifrar una nueva lengua escrita, diferente de todo lo que se conoce en el mundo, y comunicarse con seres de otro planeta. Es un planteamiento de razonamiento humano ante el acercamiento que se tiene hacia foráneos y visitantes desconocidos. Es el reflejo de lo que sucedería en el mundo, del miedo y la incertidumbre (y hasta caos) ante una situación así.

Arrival
Arrival

Por suerte, la intuición femenina es la que trabaja mejor en ese contexto y no se deja llevar por la desesperación y brutalidad que tiene el hombre en situaciones extremas. Así, el secreto que plantea Arrival, sobre la llegada de estos seres a la tierra, es que no hay secreto alguno*. Es donde las palabras pueden ser interpretadas de las maneras menos agradables posibles, y es a través de ellas que debe existir el beneficio de la duda, más aún si solo son escritas. El simbolismo de la película va más allá de las mentes negativas humanas, y plantea que la mejor herramienta que se puede tener está frente a nuestros ojos, al alcance de nuestro conocimiento y, ¿por qué no?, en el ejercicio de la mera cortesía.

Las respuestas emocionales pueden ser parte de eso, y son las que perduran del pasado al futuro (aquí, es en imágenes y palabras, dos maneras de comunicación para con el espectador al ver esta película).

(*Spoiler: la revelación final es sobre el la apertura de los alienígenas al transmitir su lenguaje, el cual, al comprenderlo, la mente humana puede percibir el tiempo como circular y no lineal, al salir del esquema recto y entender la circularidad del universo. Un giro meramente narrativo, pero que encapsula bien el sentido claro de la importancia del lenguaje.)

Arrival
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Todo esto funciona sin que se interponga en la fluidez de una narración clara en los aspectos cinematográficos del filme. Es la audaz visión del cuidadoso Villeneuve que construye, como en todos sus filmes, la mejor atmósfera y ritmo (acercándose pronto a un claro cine de autor). En este caso, asemejan una hermosa pesadilla que parece ir muy despacio, pero muy rápido a la vez, y nunca queremos que termine. La fotografía cuidadosa se une a la precisa edición de sonido, la cual se intensifica con la brillante música de Jóhann Jóhannsson. Le sumamos la indiscutible fuerza protagónica de Amy Adams y el enorme peso que su presencia tiene como excelente actriz que es, sin descuidar una sola emoción durante su tiempo en pantalla.

Dentro del personaje de Louise es que transcurre la historia principal de Arrival (y la increíble tensión que comparte con el espectador desde la pantalla), pero es con sus subtramas que se expanden los temas interesantes. El subtexto político está ahí, el xenofóbico también, y hasta el de las meras relaciones humanas que penden de un hilo o los cambios ideológicos que se dan de repente en las personas. Es esa última que el filme no caracteriza muy bien sus figuras secundarias y/o antagónicas. Aunque son parte de una justificación clara del avance de la narración, no quedan del todo desarrollados como para respaldar las acciones que suceden para la trama.

Arrival
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Al final, Arrival nunca pierde su fuerza e intensidad narrativa en ningún momento. A la vez, se permite responder sus preguntas de manera poética y sentimental, pero con mucha sutileza, sin un solo cliché. Y aquellas que desaparecen en el aire, solo fueron parte de esta particular historia de ciencia-ficción que no necesita de más para sobresalir entre el montón de recientes filmes con temas parecidos. Lo nebuloso que queda de la trama puede traducirse como la clara esperanza de saber que tenemos ese privilegio de entender y comprender a través del lenguaje si nos detenemos un poco y no dejamos que los prejuicios nublen el juicio, por más desconocido, extraño, foráneo o alienígena que sea ese otro alguien al frente de nosotros.

Calificación: 9

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